Año: 2010.
Género: Horror.
País: Uruguay.
Duración: 82 minutos.
Dirección: Gustavo Hernandez.
Intérpretes:Florencia Colucci,Gustavo Alonso, Abel Tripaldi.
Laura y su padre Wilson se internan en una lejana casona de campo para reacondicionarla, ya que su dueño Nestor muy pronto la tendrá en venta. Ellos pasarán la noche allí, para comenzar los trabajos al día siguiente.
Todo transcurre con normalidad hasta que Laura escucha un ruido que proviene de afuera y se intensifica en el piso superior de la casona. Wilson sube a inspeccionar meintras ella se queda sola abajo esperando a su padre..."
Tal vez tenga que comenzar diciendo que muy pocas veces Latinoamérica tiene algo que ofrecer en materia de miedo, ya que el monopolio lo tienen Estados Unidos y países europeos como España, Francia y hasta Suecia en menor medida. La cuestión es que Uruguay salió con los botines de punta a pelearle el puesto a las grandes potencias, y La Casa Muda tiene la fuerza suficiente hasta para imponerse a ciertos tanques, y hasta incluso ya hay una remake norteamericana del mismo equipo que nos trajo Mar Abierto. Ya con ese prontuario, algo está pasando que arme tanto revuelo.
Otro claro ejemplo de la ola de horror latina es la argentina Sudor Frío, una nueva película que gira en torno a las convenciones slasher más convencionales del género, a diferencia del misterio suscitado en La Casa Muda y la peculiar forma en la que fue filmada.
La gran premisa de La Casa Muda gira en torno a una chica y su padre que se alojan en el medio de la nada para reacondicionar su casa; poco tiempo después, al filo entre el crepúsculo y la noche, ella, Laura, escucha ruidos afuera. Momentos después, en el piso superior de la casa. Su padre no le cree, pero se interna en la casa a investigar, tan sólo para desaparecer. Éste es sólo el comienzo de la historia, una historia muy bien construída desde la sobriedad del presupuesto, los desconocidos actores y la puesta en escena, un arriesgado plano secuencia setenta minutos.
Como cuento de terror, La Casa Muda funciona terriblemente bien durante el comienzo, cuando el padre y su hija llegan a la casa, se acomodan y comienzan a escuchar los ruidos; la escalada de horrores continúa hacia la mitad y casi minutos finales del film, en momentos increíblemente bien orquestados que son más bien un golpe bastante duro a la psique del espectador: llegan rápido, pegan fuerte, y se desaparecen al instante, dejando el aire más enrarecido y tenebroso que momentos antes. En este punto, el departamento de sonido juega el papel más importante de la película, con una música muy espeluznante y efectiva acompañando cada paso de Laura en la casa aparentemente sin salida.
Toda esta fascinante construcción de una atmósfera asfixiante encuentra su lastre en la resolución del misterio, un giro que se está utilizando bastante en el género y no es nada original; lo forzado de la revelación es que el guión es ya de por sí confuso llegado a este punto, los actores no ayudan apenas gesticulando y siendo difícil de entender lo que dicen, y por último está la expectativa del espectador, que a este punto generó desmasiadas esperanzas para verlas destruídas por este final ó por no entender qué es lo que está pasando en pantalla. Hay, claro, un epílogo luego de los créditos (y el mensaje típico de las películas cinema veritas para darle un poco de cierre a la historia) que ayuda a cerrar esta idea presentada en el giro final.
Películas de tono similar como [REC] y Actividad Paranormal servían en su historia porque generaban miedo de diferentes maneras (una con sangre y la otra con el miedo a lo desconocido) e iban generando un crescendo hasta llegar al final, que en ambas propuestas no te dejaba respirar hasta que no terminaba. La Casa Muda tiene una construcción maravillosa que decepciona bastante llegado el final.
El elenco está bastante comedido, con dos interpretaciones masculinas bien sosegadas, mientras que la heroína de turno (que luce otra vez más según las reglas de las peliculas de horror una musculosa blanca) interpretada por Florencia Colucci apenas si se destaca y tiene la fuerza suficiente para llevar la película en sus hombros. Sí, tiene las decisiones más estúpidas, pero si no las hace, la película duraría 20 minutos. Hay algo que no cierra en su interpretación.
Mucho se dijo de si la película fue en realidad grabada en una sola toma como se promociona en todas partes, o que en realidad hay varios cortes escondidos hábilmente en diferentes momentos. En mi caso, y calculo que en el de muchos, si hay cortes no han de notarse a menos que uno sea un versado en la edición, o porque la adrenalina que genera la película impide ver ese detalle, pero de cualquier manera, la dirección de Gustavo Hernández es para felicitar.
La Casa Muda tiene sus momentos de gloria y horror, unos momentos que no le envidian ni al mejor ni peor cine norteamericano, pero es finalmente su insulso y convencional guión que debilita enormemente la fuerza creada por un potente arranque y segundo acto. ¡Aún así, bravo por nuestros compatriotas uruguayos por animarse a una película del género!
Calificación: C+