Revista Opinión

La casta de los controladores vuelve a la carga

Publicado el 04 diciembre 2010 por Rgalmazan @RGAlmazan

Pues sí, éramos pocos y parió la abuela. Si este gobierno pone un circo le crecen los enanos. Aunque también hay que decir que su falta de eficacia en casi todos los frentes es notable.

Uno se acuesta con un problema y se levanta y se encuentra con un país a punto de proclamar el Estado de Alarma y con el cielo militarizado. Así es que lo mejor es no acostarse.

Voy a intentar ser objetivo porque este problema es poliédrico –como dicen los modernos—, o sea que tiene más de un plano.

Todos los trabajadores tienen derecho a defender sus conquistas sociales y a reivindicar mejoras. La diferencia de este colectivo, los controladores aéreos, es que, a sabiendas de su indispensabilidad, ha actuado a traición y tratando de hacer el mayor daño posible a terceros, en este caso tomando como rehenes a los pasajeros.huelga controladores

Si en un trabajo a alguien se le ocurriera faltar al trabajo o ir al mismo y no hacer nada, y más en los momentos que más trabajo hay, seguro que la respuesta sería un despido inmediato. Pero claro, los controladores tienen tal poder que pueden paralizar el país con todo lo que ello comporta, sin que se les despida de inmediato.

Y aunque tuvieran razón, estos tipos, tendrían que haber utilizado los medios pertinentes, o sea la convocatoria de una huelga legal, con preaviso previsto y no dejar tirados a un cuarto de millón de personas, sin el menor recato.

Esta pija aristocracia aérea cuyos emolumentos y condiciones son de absoluto privilegio, actúan con un egoísmo e insolidaridad total. Incapaces de ver más allá de sus narices, utilizan todos los medios, incluso paralizar el país y tomar como rehenes a cientos de miles de pasajeros.

Pero no quiero dejar de lado la actitud del gobierno que, a sabiendas de cómo actúa el colectivo más elitista de este país, no ha sido capaz de poder tener previsto un plan B.

Hasta la llegada de Blanco al Ministerio, todos los anteriores gobiernos han ido cediendo, ante el chantaje de estos energúmenos del aire, y dejándonos en manos de estos operadores millonarios, que siempre han utilizado la extorsión para su propio beneficio. Blanco ha sido el primer ministro capaz de enfrentarse a los controladores y que ha tratado de aminorar los privilegios.

No obstante, el mismo Blanco, desde hace más de un año viene aparcando este problema y salvándolo como ha podido. Ha tenido ya enfrentamientos y estoy convencido de que conoce bien el paño. Y sin embargo, no se le ocurre sino lanzar un decreto, para que trabajen más horas los controladores, al principio de un puente, sabiendo que los controladores estaban en contra.

Si la respuesta de esta gentuza era esperada:

¿Por qué el gobierno no han tomado las medidas pertinentes?

¿Por qué no se ha habilitado, mediante la formación necesaria, a los controladores militares para que puedan hacerse cargo del control aéreo civil?

¿Por qué no se ha suscrito acuerdos con otros países, como Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, etc. para que ocuparan los centros de control de los aeropuertos españoles, temporalmente?

¿Por qué desde hace un año no se han formado más controladores que pudieran sustituir a estos zánganos, aplicándoles las nuevas condiciones?

Es increíble que el gobierno se haya visto sorprendido por esta casta sátrapa y que tenga que tomar medidas urgentes sin haber evitado que durante un periodo de tiempo el control aéreo español permanezca cerrado.

La situación sigue igual hasta ahora. No es fácil saber cómo va a terminar esto. Sin embargo, el daño ya está hecho. Los causantes deben ser castigados severamente, y el señor ministro debería marcharse a su casa. Porque no se puede consentir unas medidas improvisadas, a sabiendas de que esto podía ocurrir.

Y, desde luego, lo que no puede suceder es dejar otra vez la herida abierta. Que esta lamentable experiencia lleve a solucionar el problema de una vez por todas, cueste lo que cueste.

Salud y República


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas