Revista Cultura y Ocio

La catedral del country

Por Gomezbelda

Tema: Long Black Train (Josh Turner)

El sur de los Estados Unidos se precia de ser la cuna de algunos de los artistas más importantes del país. Elvis Presley, Johnny Cash, Ray Charles, Louis Armstrong, Aretha Franklin o Patsy Cline son solo algunos de los ejemplos más notables del talento musical que se respira en estas tierras. De entre todos los géneros que brillan especialmente en estas latitudes, el country es quizá el que mayor número de piezas nos han dejado y el que más ha seducido a los intérpretes (con permiso del góspel). Como no podía ser de otra manera, los amantes de esta música cuentan con un punto de peregrinación común. Bienvenidos al Grand Ole Opry de Nashville.

Situado en un complejo único dedicado al country llamado Countryland, el teatro del Grand Ole Opry ha acogido a lo más granado de la música sureña, alcanzando tal notoriedad mediática que ningún artista puede considerarse consagrado hasta que no recibe la bendición del público de este recinto. El nombre del auditorio se debe al programa radiofónico homónimo que desde 1925 se dedica en exclusiva a promocionar la música country. De hecho, está considerado el espacio musical más longevo de la historia de la radio estadounidense. Y no puede decirse que no goce de buena salud.

Inicialmente, el Grand Ole Opry no tenía una gran sede para acoger a los aficionados, sino que retransmitía tranquilamente el programa desde los estudios de la emisora. A medida que el programa fue alcanzando notoriedad, se impuso la idea de mudarse a un recinto más amplio donde albergar al público que deseaba presenciar en directo las actuaciones. El Hillsboro Theater, The Dixie Tabernacle, el War Memorial Auditorium y el Ryman Theater serían los siguientes destinos de un programa que era ya objeto de veneración por parte de los seguidores de la música country. En 1974 se instalaría en su ubicación actual.

Por citar algunas de las actuaciones más memorables, las crónicas cuentan que el mismísimo Elvis Presley obtuvo una acogida más bien fría en la que fue su única aparición en la catedral del country con apenas diecinueve años. Todo lo contrario ocurrió con Hank Williams, que a pesar de las dudas iniciales de los promotores (la mala fama de Williams se debía a su poco recomendable estilo de vida) sería invitado en siete ocasiones para deleite del público. Más precoz fue el estreno de Dolly Parton, que realizó su primera intervención en el Opry en 1959 a la edad de trece años. Loretta Lynn y Johnny Cash también causaron una honda impresión en Nashville.

Entre los últimos descubrimientos del Grand Ole Opry merece una mención especial el caso de Josh Turner. Con veintiséis años, Turner debutó en la catedral en 2003 con el tema Long Black Train, una canción a caballo entre el country y el góspel que él mismo había compuesto. Cuando finalizó su actuación el joven músico no daba crédito a lo que veía: el público, en pie, aclamaba al debutante y le pedía reiteradamente que volviera a interpretar esa canción. De este modo, Turner se convertía en el principal abanderado de la nueva generación de artistas country del s. XXI con una estética renovada pero con la esencia de siempre. La versión que hemos escogido es de su intervención en el Opry en 2008.

There’s a long black train comin’ down the line,
Feeding off the souls that are lost and cryin’
Rails of sin, only evil remains
Watch out, brother, for that long black train

Look to the heaven’s, you can look to the sky
You can find redemption staring back into your eyes
There is protection and there’s peace the same:
Burnin’ your ticket for that long black train

‘Cause there’s victory in the Lord, I say
Victory in the Lord
Cling to the Father and his Holy name,
And don’t go ridin’ on that long black train

There’s an engineer on that long black train,
Makin’ you wonder if the ride is worth the pain
He’s just a-waitin’ on your heart to say:
‘Let me ride on that long black train’

But you know there’s victory in the Lord, I say
Victory in the Lord
Cling to the Father and his Holy name,
And don’t go ridin’ on that long black train

Well, I can hear the whistle from a mile away
It sounds so good but I must stay away
That train is a beauty makin’ everybody stare,
But it’s only destination is the middle of nowhere

But you know there’s victory in the Lord, I say
Victory in the Lord
Cling to the Father and his Holy name,
And don’t go ridin’ on that long black train

I said cling to the Father and his Holy name,
And don’t go ridin’ on that long black train

Yeah, watch out brother for that long black train
That devil’s drivin’ that long black train

Hay un tren largo y negro viniendo por la vía,
Se alimenta de las almas perdidas y de las que lloran
Raíles del pecado, sólo permanece el mal
Ten cuidado, hermano, con ese tren largo y negro

Mira hacia el cielo, puedes mirar al cielo
Puedes encontrar la redención mirando en tu interior
hay protección y paz al mismo tiempo:
si quemas tu billete para ese tren largo y negro

Porque hay victoria en el Señor, yo te digo
victoria en el Señor
Aférrate al Padre y a su santo nombre,
Y no vayas cabalgando en ese tren largo y negro

Hay un maquinista en ese tren largo y negro,
hazte la pregunta de si el viaje vale la pena
Él está esperando a tu corazón decir:
‘Déjame montar en ese tren largo y negro”

Pero tú sabes que la victoria está en el Señor, y te digo
victoria en el Señor
Aférrate al Padre y a su santo nombre,
Y no vayas cabalgando en ese tren largo y negro

Bueno, puedo oír el silbato a una milla de distancia
Sé que suena muy bien, pero debo mantenerme alejado
Ese tren es la belleza que admira todo el mundo,
Pero es único destino a la mitad de la nada

Pero tú sabes que la victoria está en el Señor, y te digo
victoria en el Señor
Aférrate al Padre y a su santo nombre,
Y no vayas cabalgando en ese tren largo y negro

Y te digo aférrate al Padre y a su santo nombre,
Y no vayas cabalgando en ese tren largo y negro

Sí, ten cuidado, hermano, con ese tren largo y negro
Ese demonio que conduce ese tren largo y negro


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