Al llegar a la capital charra lo primero que se ve es el campanario de las catedrales, cuya torre se alza majestuosa sobre la ciudad, no en vano es una de las más altas de España pues se construyó encima de la antigua torre de la Catedral Vieja. Dedicada a la Asunción de la Virgen, la Catedral Nueva, se comenzó a construir en 1513, y se utilizó la famosa piedra de Villamayor, en tiempos en que la Universidad contribuía al progreso de la ciudad y la Vieja se quedaba pequeña. Su estilo es en esencia gótico tardío, pero mezclado con el renacentista y barroco, al prolongarse su construcción a los siglos XVI y XVIII. Tiene una planta basilical de forma rectangular de gran belleza con tres naves y dos más de capillas hornacinas, situadas en los laterales. Sorprende el interior por su magnitud y grandes dimensiones, la esbeltez de sus columnas de casi cuarenta metros de altura que sostienen la bóveda gótica, la luminosidad, la armoniosa y bella perspectiva de los espacios que se puede apreciar desde un ángulo privilegiado en las alturas desde que se inauguró Ieronimus, y la impresionante y grandiosa cúpula barroca. Llama la atención todo el conjunto escultórico, pero especialmente el Cristo de las Batallas, de estilo románico y llamado del Cid Campeador, que fue parte del tesoro de la Catedral Vieja, los órganos de los siglos XVI y XVII, uno de estilo plateresco y otro de estilo churrigueresco debido a que Salamanca fue uno de los principales focos musicales de España, con su importante cátedra de música.
Pero la a catedral cuenta con muchas y famosas curiosidades. Al igual que la Vieja, la Nueva también sufrió los destructores efectos del Terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755, hubo que rehacer la cúpula y reforzar la torre, envolviéndola con un forro de piedra para que no se viniera abajo. Hoy en día esta catástrofe se recuerda con la tradicional subida al campanario, todos los 31 de octubre, del "Mariquelo", un popular personaje con traje charro, pertrechado de flauta y tamboril para tocar las campanas y alguna que otra charrada como acto conmemorativo de acción de gracias.
En el exterior de la catedral destaca la fachada principal plena de detalles del mejor estilo plateresco y la portada de Ramos, donde se ubica el famoso astronauta tan fotografiado últimamente, un dragón comiendo helado y muchas otras figurillas modernas, sin duda concesiones de recientes restauraciones, porque no cabe duda de que la Catedral Nueva es un espacio donde convergen siglos de arte, historia y tradición en una mezcla de estilos que forman un conjunto catedralicio armonioso y único que junto con la Catedral Vieja dan vida a la típica imagen de Salamanca.
CIEN ESTAMPAS DE MI TIERRA
Una idea de Paqui para Curiosón