Ayer
Esperanza Aguirre presentaba su dimisión como Concejal y portavoz
del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid. En palabras de la
propia Aguirre dimite por su responsabilidad por no haber vigilado a
Ignacio González, el que fuera su número dos y el que la sustituyó
en la presidencia de la Comunidad de Madrid.
Una
vez más Esperanza Aguirre ha marcado claramente lo que han de ser
las responsabilidades políticas, ha dejado claro lo que es el asumir
los errores cometidos en el ejercicio de la política nombrando a
personas que no han hecho lo que deberían, metiendo la mano en la
caja.
¿Y
qué pasaría si eso se pone de moda?, si los que han nombrado a
políticos investigados por corrupción dimitieran en asunción de
responsabilidades políticas, pues echen ustedes cuentas...
Porque
Esperanza Aguirre ha dimitido, asumiendo responsabilidades políticas,
por el nombramiento de una persona que ha salido rana, pero esa
persona no ha sido condenada todavía, ya que esta persona ahora
mismo solo está siendo investigada y se está instruyendo la causa
que, en su caso, podrá derivar en un juicio en el que ya se verá si
es declarado culpable o inocente.
Pero
volviendo a lo relativo a las responsabilidades políticas, espero
que muchos otros tomen nota y ejemplo de lo que ayer hizo Esperanza
Aguirre; entre otros Susana Díaz, porque siguiendo el ejemplo de la
madrileña, ¿no debería dimitir la andaluza? Pues eso, que al menos
ahora, por respeto, guarden silencio, porque los que ahora aprovechan
para criticarla jamás actuarían de esa manera. Ellos, los que tanto
la critican, jamás dimitirían para asumir responsabilidades
políticas, porque no tienen la categoría de Esperanza Aguirre.
Revista Política
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