Revista Cultura y Ocio

La caza del SMS Goeben

Por Manu Perez @revistadehisto
Tiempo de lectura: 5 minutos

El detonante de la I Guerra Mundial fue el atentado del heredero al trono del imperio austrohúngaro, Francisco Fernando de Austria, en Sarajevo por nacionalistas serbios el 25 de junio de 1914; aunque era un conflicto que se llevaba fraguando tiempo atrás.

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Los contendientes se agrupaban en dos grupos bien definidos. Por un lado estaba la Triple Entente formada por los imperios británico y ruso y la república francesa; por el otro estaban los imperios alemán y austrohúngaro formando los Imperios Centrales. En principio, Italia también formaba parte de este último bando, pero más adelante observaremos que no fue así.

La caza del SMS Goeben

Desde un punto de vista geográfico, los Imperios Centrales, se encontraban rodeados por sus adversarios. Por ello necesitaban abrir un frente nuevo con uno de sus enemigos. Inicialmente, se pensó en el imperio otomano por sus buenas relaciones con los alemanes y por sus continuos conflictos con los rusos, pero estos habían declarado su neutralidad. Inesperadamente los alemanes recibieron la ayuda de los británicos al requisar dos acorazados que estaban construyendo para los otomanos en los astilleros ingleses. Los turcos respondieron a esta afrenta firmando un pacto de defensa con los alemanes. Pero no era suficiente, necesitaban el conflicto entre rusos y turcos. Esta misión iba a recaer en la armada germana en el Mediterráneo, compuesta por el crucero de batalla SMS Goeben y el crucero ligero SMS Breslau al mando del almirante Wilhem Souchon. En caso de guerra tenían como orden principal, de bombardear los puertos franceses en el norte de África con el fin de impedir  el embarque de tropas hacia el continente europeo.

En el momento de declaración de guerra a Serbia, el Goeben se encontraba en el puerto austriaco de Pola. Para no quedar atrapado en Pola se dirigió al puerto de Mesina. Durante el trayecto se le unió el Breslau, arribando el 2 de agosto  al puerto italiano.

Los británicos, que estaban al tanto de los movimientos alemanes, también tenían  órdenes específicas en caso de declaración de guerra; debían proteger los barcos de transporte franceses, evitando toda confrontación con fuerzas superiores. Al mando de la armada británica en el Mediterráneo estaba el almirante Milner que contaba con tres cruceros de combate más otra flota a las órdenes del contraalmirante Troubridge. Desde su base en Malta, Milner, distribuyó sus barcos entre el Adriático y el estrecho de Mesina.

Pero este despliegue llegaba tarde, dado que los dos buques alemanes habían abandonado Mesina rumbo a las costas argelinas en la madrugada del 3 de agosto. Horas después le comunicaron a Souchon la noticia de la declaración de guerra contra Francia, por lo que aceleró el ritmo para cumplir con su misión. Cuando faltaban pocas horas para llegar a su destino recibieron la orden de dirigirse a Constantinopla y persuadir a los turcos para que declararan la guerra a Rusia.

Souchon no iba renunciar a su misión. Bombardeo los puertos de Bône y Philippeville la madrugada del 3 de agosto y regresó a Mesina para repostar. Durante su regreso fueron avistados por los acorazados británicos HMS Indomitable y el HMS Indefatigable que los persiguieron hasta el puerto italiano.

El 4 de agosto, alemanes y británicos, ya se encontraban oficialmente en guerra. Pero los buques de ambos imperios no podían entablar batalla dado que Italia había declarado su neutralidad. Los británicos decidieron vigilar las salidas del estrecho de Mesina colocando al Indomitable y al Indefatigable en la salida occidental y al crucero ligero Gloucester en la oriental.

La paciencia de los italianos no era infinita. La orden de poner rumbo a Constantinopla había sido suspendida y no podían contar con la ayuda naval austriaca. La situación no era buena para la escuadra alemana. Souchon se decantó por seguir rumbo hacia Constantinopla amparándose en la libertad de movimientos otorgada por el almirantazgo alemán. Sin embargo, una duda acechaba: ¿Cómo conseguir evadir la vigilancia británica?

A media tarde del 6 de agosto, Souchon abandonó el puerto de Mesina por el este, en dirección al Adriático. En ese instante fue detectado por el Gloucester que inmediatamente informó a Milner. Este decidió mantener las posiciones. Si Souchon cambiaba de rumbo hacia el oeste sería interceptado por sus acorazados; si continuaba con su rumbo Troubridge lo interceptaría.

Cuando cayó la noche y aprovechando la oscuridad, Souchon cambió el rumbo a sureste, en dirección al cabo Matapan en Grecia. De nuevo,  el Gloucester dio la alarma y la escuadra de Troubridge se puso en marcha pero sin éxito.

Solo el Gloucester continuaba tras ellos, haciendo caso omiso de las indicaciones de Milner de alejarse del Goeben y del Breslau. El 7 de agosto los alemanes alcanzaron el cabo Matapan. El Gloucester debía abandonar la persecución; de nada le sirvió el enfrentamiento que tuvo horas antes esperando con él la llegada de refuerzos.

La mañana del día 9 llegaron a la isla de Denusa, donde repostaron y solicitaron permiso para cruzar el estrecho de Dardanelos. En la noche del 10 de agosto consiguieron atravesarlo.

Para justificar su llegada a Constantinopla se declaró como una transacción comercial; Alemania hacia entrega de un pedido de dos acorazados a los turcos, tripulación y mandos incluidos.

Pero aun con todo esto los turcos no se decidían a declarar la guerra a Rusia. A finales de octubre, el Goeben y el Breslau comandados por Souchon, se adentraron en el Mar Negro y el día 28 atacaron las ciudades rusas de Odesa, Sebastopol y Feodosia. El 4 de noviembre Rusia declaro la guerra a los otomanos; al día siguiente lo hicieron Francia y Gran Bretaña.

Así fue como dos navíos consiguieron que todo un imperio entrara en la I Guerra Mundial, aislaron a otro por mar y alargaron el conflicto hasta 1918.

Autor: Ignacio Pérez Pascual para revistadehistoria.es

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GRDP

Bibliografía:

Los cañones de agosto. Barbara W. Tuchman. Círculo de lectores.

Parte de foto de portada: By Europeana 1914-1918 / Europeana, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=26651805

La entrada La caza del SMS Goeben se publicó primero en Revista de Historia.


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