Carlos Saura dirigió en B/N ésta grandísima película con muchos mensajes de fondo. La historia parece sencilla: tres viejos amigos y el cuñado de uno de ellos se reúnen para salir de Caza.
La excelente escena que abre el film ya nos anticipa que con esos cuatro personajes la jornada de caza no iba a ser normal. Y tampoco sencilla. Saura describe la miseria del ser humano. La falsa amistad, el egoísmo, la envidia, la ira, la servidumbre de la época , el olvido de la guerra civil –de manera sutil por si acaso-, todo es captado por la cámara del director oscense en unos primerísimos planos dignos de incluir en un manual de dirección cinematográfica.
La lucha de los hurones contra los conejos, las gotas de sudor por el sofocante calor, las hormonas pululando de la juventud o la recarga de las escopetas son filmados con un detalle y una contundencia que atemorizan. Los planos y contra planos de los rostros de los protagonistas son sencillamente soberbios. En ocasiones los actores miran fijamente a la cámara y se dirigen directamente al espectador para reforzar sus palabras. Otro detalle muy acertado es representar la cobardía utilizando la voz en off en los pensamientos de cada uno de ellos.
Y es que los símbolos son muchos. Los muertos sin localizar que dejó tras de sí la guerra civil, como simboliza el cadáver que esconde Jose. El señorío de la época personificado en el tullido que les hace la comida. Y por supuesto, la matanza final que sirve como metáfora de lo que ocurrió en la guerra.
Si en 1936 el odio mandaba en España y los supuestos hermanos o amigos se mataban unos a otros, en esta finca de un pueblo de Toledo se desatan la crispación y los disparos. Con la misma frialdad que habían hecho gala previamente con los conejos, los supuestos amigos ajustan cuentas de una forma que deja seco al espectador. Pero éste no se puede quejar porque ya estaba avisado. Las escalofriantes miradas que se echan unos a otros después de que Alfredo Mayo mate a sangre fría al hurón, ya hacían presagiar que la cacería no iba acabar bien.
Saura y Angelino Fons prepararon un guión cruel, de esos que te empapan y logran retorcer tu conciencia. Un factor que unido a la pericia con la cámara del director, la estupenda fotografía y la angustiosa composición de Luis de Pablo hacen de La Caza un peliculón más cercano del thriller psicológico que del drama. Y es que lo que más miedo me da, es ver a un jovencísimo Emilio Gutiérrez Caba huyendo despavorido del lugar. ¿Avisará a las autoridades? ¿El miedo podrá con él? Y lo más importante, ¿podrá seguir siendo el mismo?
No cabe duda de que Saura con ese final abierto acaba abrasándote.
PD: ¿Han pensado en el devenir del tullido, su hija y la pobre abuela enferma? Yo sí. Y es que se mire por dónde se mire, La Caza es una película muy cruda.
Curiosidades:
- Se tituló en un principio ‘La caza del conejo’, pero título fue cambiado por si la censura entendía en él un sentido pornográfico.
- Se mataron entre 30 y 40 conejos, y tuvo un presupuesto de 2 millones de pesetas. Un millón lo puso Saura y el otro lo puso el Elías Querejeta.
- Luis Buñuel declaró que le encantó la película y que le hubiera gustado haberla rodado pero matando menos conejos.
- Sam Peckinpah declaró que La caza había cambiado realmente su vida