La ceguera del Creyente

Que el mundo se vuelve cada vez más cuadrado, es un hecho y una condena. Habituada a los limites de su estructurado entorno, la gente no puede ver más allá de sus circunstancias. Su móvil cuadrado, su TV cuadrada, su escritorio cuadrado, su periódico cuadrado son el limite de su Libertad.

Pueden tener la Verdad frente a la cara y no la ven. Son gente que piensa que el mundo es una gran pantalla y ellos simples actores de reparto. Así es más sencillo: es mejor que la responsabilidad siempre sea de otro.

¡Esto no puede sucederle a todos!, piensan los críticos. Pero es así. Inevitablemente, te vuelves parte del sistema. Te haces uno con la Burocracia de papeles, números y trámites que ahogan todo rastro de individualidad, que solo tiendes a desaparecer.

Tal cual: las cosas son de este modo, pero siempre pueden ser aún peor. La Humanidad tropieza solo para olvidar donde quedó la piedra que lo hizo caer. Es más; en los últimos tiempos, he oído que se echa la culpa a cualquiera, menos a la piedra.

Esconder la verdad no la hace menos peligrosa. Ni certera. Tantos eufemismos circulan para no mencionar lo obvio, que hemos convertido del Arte de la Discusión en un simulacro patético de convivencia. Llegamos al extremo de mentir porque hasta la mentira está desvalorizada.

Y aún estamos aquí. Institucionalizados por la Estupidez. Echos carne con el sinsentido. Poniendo nuestra Fe en que todo es relativo, nada es certero y puedes creer en cualquier cosa, eligiendo como en un mercado de baratijas.

No podemos elegir lo que creemos; dijo cierta vez el Pastor del pueblo. Pero tenemos el poder de decidir como encaramos nuestras creencias.

Del Creyente al Fanático existe una persona de distancia. Y ese eres tu, Fiel Lector. Y del modo en que sobre lleves esa distinción, serás amado o temido, respetado o ignorado, alabado o despreciado.

La Esperanza no es la ventaja que dan los crédulos, para que cualquiera se aproveche de ellos. Aquel que no tiene nada para desperdiciar conoce el valor de una Conciencia tranquila.

Las cosas no van bien en el mundo; eso es evidente. Es como si tanto Fanáticos como Incrédulos se hubieran puesto por primera vez de acuerdo en algo: el mundo no vale la pena. Y lo que no importa, comúnmente encuentra su lugar en la basura.

Tranquilo, Fiel Lector. Soy el primero en decirte que no todo esta perdido. De hecho, te contaré un secreto: el Tiempo no se Pierde. Las llaves, los documentos, el control remoto pueden perderse. En realidad, nos ignoramos a nosotros mismos. Porque no nos gusta lo que somos. Porque no conseguimos lo que queremos. Porque no estamos en el lugar que deseamos.

Ese, creo yo, es el peor error que puedes cometer: te concentras tanto en lo que crees, que dejas de ver a las personas que te rodean. Y como no las ves, no te importa como son, están o necesitan. La Ceguera convierte al Creyente en un Descreído de las mejores posibilidades de la Humanidad.