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La celulitis se consideró a principios de siglo, como una inflamación. En medicina, la terminación -itis significa inflamación. En aquellos tiempos sólo acudían a la consulta las mujeres que padecían celulitis dolorosa, por lo que se pensó que se trataba de una inflamación del tejido celular subcutáneo. Posteriormente, se comprobó lo incierto de esta teoría. Tras ese descubrimiento, la medicina determinó que la celulitis era una lipodistrofia (alteración de la distribución local de la grasa). Hoy se sabe que esto no es del todo correcto, ya que es muy frecuente que la celulitis vaya acompañada de adiposidad, pero no están estrictamente relacionadas.
Caderas, muslos, glúteos, rodillas, brazos y nuca (generalmente en hombres), son las zonas más comunes en la aparición de esta alteración.
¿Cómo se produce?
Desde hace unos años la celulitis se considera un trastorno circulatorio a nivel local. Las fibras fundamentales del tejido subcutáneo (debajo de la piel) son el colágeno (da sostén y cuerpo a la piel) y la elastina (se encarga de la elasticidad de la piel). Entre ellas hay dos células destacadas; el fibroblasto (produce colágeno) y el adipocito (produce grasa). El líquido intersticial es el líquido contenido en el espacio entre las células proveniente de la sangre que contiene aminoácidos, azúcares, ácidos grasos, coenzimas, hormonas, neurotransmisores, sales minerales y productos de desecho de las células. Este líquido drena a través de las vénulas (vasos de retorno más pequeño del organismo), que tienen unas pequeñas válvulas, las sustancias de desecho de las células del cuerpo por el sistema linfático (regresa las proteínas y el exceso de líquido intersticial a la circulación) hacia los ganglios.
Cuando las vénulas están atascadas (veremos los motivos más adelante), las válvulas no funcionan correctamente, haciendo que el líquido intersticial se atasque y no elimine las células de desecho. Entonces, se vuelve más denso provocando un efecto inmediato de irritación de los fibroblastos, que comienzan a producir fibras de colágeno de manera anormal. A raíz de ahí, se forma un espesamiento que va desde el tejido celular subcutáneo hasta la piel, produciéndole una tracción que nos lleva a la visión externa de la celulitis (piel de naranja).
Tipos de celulitis
- Celulitis blanda. Es la celulitis más frecuente. Se caracteriza por su flacidez extrema y su aspecto gelatinoso. El tejido de la zona afectada, no presenta consistencia, hundiéndose al tocarlo y moviéndose con los cambios de postura. No resulta dolorosa. No obstante, este tipo de celulitis puede llegar a producir cierta sensación de pesadez. Es propensa a presentarse a partir de la cuarta década de la vida y suele darse en mujeres que no realizan ejercicio físico o sometidas a drásticos tratamientos adelgazantes.
- Celulitis compacta o dura. Cuando la piel se presenta endurecida y consistente, hay que hablar de celulitis compacta o dura, que es la peor de todas. Se caracteriza por las perturbaciones de la sensibilidad cutánea que produce (es muy dolorosa, a veces incluso sin tocar ni presionar los nódulos) y por las alteraciones de la temperatura cutánea, causando sensación de frío o calor en la zona afectada. Se reconoce fácilmente, porque es muy difícil de pellizcar (parece que la piel y los tejidos formen un bloque compacto). Además, la piel al estar sometida a tanta presión de los tejidos puede agrietarse, provocando las antiestéticasestrías Suele presentarse en individuos jóvenes de estructura física robusta.
- Celulitis edematosa. Se localiza exclusivamente en las extremidades inferiores, y en ella se pueden observar características de la blanda y la dura al mismo tiempo. Las piernas se inflaman hasta adoptar un aspecto totalmente recto. También suele resultar, en algunos casos, un poco dolorosa al tacto y pueden apreciarse los nódulos, al igual que ocurre en los casos de celulitis blanda. La celulitis edematosa es la menos frecuente y la de más fácil tratamiento.
- Hormonas femeninas. La celulitis se manifiesta entre el 85% y el 98% de las mujeres. Esto es debido a la producción de dos hormonas (progesterona y estrógenos) que favorecen considerablemente la acumulación de grasa y la retención de líquidos. Este es un factor que no puede ser evitado, pues estas hormonas también están directamente relacionadas con los atributos femeninos. De manera que una terapia hormonal para tratarlas implicaría también la pérdida de los rasgos físicos propios de una mujer.
- Genética. Es un hecho admitido la existencia de una predisposición ala obesidad y a la celulitis en personas con antecedentes familiares de trastornos de ese tipo.
- Etnia o raza. Es evidente que las brasileñas suelen ser de grandes y firmes posaderas, lo que, a juicio de la mayoría de los hombres, las convierte en el símbolo de la sensualidad. Dejando a un lado el hecho de que su raza no acumula celulitis, esas mujeres deben la turgencia de sus nalgas, fundamentalmente, al baile. También es raro encontrar celulitis entre las mujeres del África negra y poco frecuente en las asiáticas y nórdicas. En las anglosajonas ya es más común, pero es, sobre todo, en la mujer mediterránea donde existe la predisposición más elevada.
- Abuso de anticonceptivos. Las píldoras anticonceptivas y otro tipo de sistemas basados en el suministro de hormonas a la mujer implican una desestabilización del sistema endocrino, lo cual puede llevar, entre otras cosas, al empeoramiento de la celulitis.
- Alimentación con exceso de sal. El abuso de la sal en los alimentos conlleva la retención de líquidos que, si bien no es causa directa de la aparición de la celulitis, sí contribuye notablemente a empeorar su aspecto general y dificulta la eliminación de toxinas. Al tener más sodio, el cuerpo necesita más agua, así que si se deja de consumir sal, los líquidos serán expulsados con mayor facilidad y eso hará que los tejidos no estén inflamados. Comer frutas, verduras, pescado y beber mucha agua, es primordial para evitar la celulitis.
- Consumo de grasas saturadas y azúcares. La eliminación de las grasas saturadas resulta muy complicada y el azúcar aporta calorías vacías carentes de nutrición alguna.
- Vida sedentaria. La falta de ejercicio y la vida sedentaria son responsables de una alteración de la circulación linfática.
- Estrés y ansiedad. La tensión anímica y emocional acumulada contribuye a desequilibrar el sistema hormonal en las mujeres y, con ello, a generar una mayor acumulación de grasa.
- Alcohol. Las bebidas alcohólicas favorecen la retención de líquidos y hacen que los tejidos se hinchen, además de tener un contenido calórico elevado.
- Bebidas con gas. Las bebidas refrescantes obstaculizará todos los esfuerzos en la lucha contra la piel de naranja.
- Cafeína y tabaco. La cafeína y la nicotina son drogas que se encuentran dentro de la misma categoría de vasoconstrictores y reductores de la cantidad de sangre que llega a todo el cuerpo, incluyendo los tejidos.
- Uso de tacones altos y prendas ajustadas. La mala circulación sanguínea es uno de los factores que agrava la aparición de celulitis. El uso excesivo de tacones, así como el de prendas demasiado ceñidas, contribuye a dificultar el riego sanguíneo, generando celulitis o empeorándola.
- Postura. Si se permanece mucho tiempo sentado o de pie, la circulación de la sangre comenzará a tener alteraciones y puede influenciar en la celulitis.
Todos estos factores favorecen el atascamiento de las vénulas, entorpeciendo la eliminación de las sustancias de desecho y espesando el líquido intersticial.
Tratamientos para eliminar o mejorar la celulitis
- Cremas anticelulíticas de uso diario. Las cremas anticelulíticas contienen activos que rompen las cadenas lipídicas activando la degradación de la grasa. Además, ayudan a tonificar la piel. Se recomienda su aplicación en la mañana y en la noche, dando un masaje para una mejor absorción.
- Ejercicio físico. El ejercicio ayuda a tener una buena circulación, quemar grasas, tonificar los músculos y, por ende, eliminar la celulitis. Cualquier ejercicio es bueno para quemar la energía de reserva. Los mejores son los que activan la circulación sanguínea o ejercicios de cardio. Los peores, los deportes bruscos que exigen un gran esfuerzo físico.
- Tratamientos estéticos. Envolturas corporales o locales para ayudar a eliminar la celulitis con productos cosméticos específicos como las algas spirulina, fango algas Guam, aceite de abedul, cafeína...
- Masaje anticelulítico. Se realiza para ayudar a reducir las características visuales de la celulitis. Si el masaje se realiza de forma adecuada, ayuda a disolver las capas de grasa que se encuentran debajo de la piel y que dan ese aspecto de piel de naranja. Esta técnica implica la combinación de frotamiento, amasando y torciendo las zonas afectadas por la celulitis en el cuerpo. Una vez que estas áreas son estimuladas y están lo suficientemente caliente, la grasa y las sustancias tóxicas no deseadas se disuelven eliminándose a través del sistema linfático y la orina. Debe ser realizado por un profesional y evitarlo en celulitis edematosas.
- Drenaje linfático. Esta técnica de masaje profesional ofrece excelentes resultados en casos de retención de líquidos. Su finalidad es estimular el sistema linfático y, por lo tanto, favorecer la circulación. Se practica por todo el cuerpo por medio de suaves bombeos, de manera que los desechos se van arrastrando hacia los canales linfáticos para que puedan fluir. Para empezar a notar los resultados es necesario un mínimo de 10 sesiones diarias de una hora de duración y, posteriormente, una sesión semanal de mantenimiento. Es la técnica ideal para las celulitis con edemas.
- Aparatología. Actualmente se cuenta con aparatos de cavitación, carboxiterapia, ozonoterapia, endermología, radiofrecuencia corporal, electrolipólisis y presoterapia, entre otros. Algunos movilizan las células grasas, otros favorecen su desintegración, mejoran la circulación sanguínea local y promueven el drenaje de los depósitos grasos al sistema linfático. Se usan según el tipo de celulitis y son de uso profesional. Si las sesiones de aparatología van acompañadas de un tratamiento estético específico se obtienen mayores resultados.
Ultrasonido
Presoterapia - Mesoterapia. Consiste en administrar pequeñas dosis de productos homeopáticos en la primera capa de la dermis (justo debajo de la piel) mediante inyecciones. Estos activos logran una disminución progresiva de las áreas afectadas, ya que al actuar directamente sobre el tejido adiposo liberan el exceso de grasa y toxinas. El tipo de productos que se aplican varían de acuerdo a las necesidades del paciente y el tipo de celulitis. Técnica exclusivamente médica.
- Liposucción. La liposuccion elimina la almohadilla de grasa que puede haber estado ayudando a proporcionar una superficie más suave a las células afectadas.
- Lipoescultura. Utiliza una sonda que emite ondas de alta frecuencia, produciendo la licuación de las células grasas. Luego, con una succión a baja presión, se retira esa grasa.La cánula usada en la liposucción es más grande que la usada en la lipoescultura, por lo que el post-operatorio de ésta es más rápido y menos doloroso.
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