Marbelys Mavárez Laguna (*)
Cuando los medios de difusión masivos esconden la verdad, cuando le echan tierrita a los hechos noticiosos, cuando entierran viva la realidad con todas sus aristas escabrosas y plagadas de tristeza; cuando invisibilizan lo real, cuando manipulan los hechos en función de las mentes que se dedican a retorcer la conciencia de los pueblos… están cometiendo un delito.Venezuela no escapa a la realidad supra indicada… En nuestro país existe una avanzada permanente del proceso revolucionario, generalmente a contracorriente. Existe voluntad y una praxis que da cuenta de un nuevo paradigma de Gobierno: con el pueblo y para el pueblo. Eso no entra en las mentes maquiavélicas de quienes, de forma constante, planifican cómo dar al traste con el modelo Socialista. Por ello planifican llegar al poder por la vía del asalto, a como dé lugar.
Los medios de comunicación y sus actores (periodistas, camarógrafos, fotógrafos, jefes de redacción, dueños…) deberían terminar de comprender que serían nefastas las consecuencias si el país arriba a otra forma de asumir el Gobierno. A todos, sin excepción, nos cobijaría la debacle social, económica, política, cultural, existencial, vivencial. Nadie saldría ileso.
El día martes el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, aludía un hecho que no puede pasar debajo de la mesa: la censura de la cual ha sido sujeto. En este sentido, habló de una “censura programada de los Medios de Comunicación de la burguesía”. Argumentaba que luego de cinco días de intenso trabajo en el estado Zulia con el equipo de Gobierno en pleno en el marco del Gobierno de Calle, los medios no reflejaron lo que el Gobierno hizo en esa región para dar respuesta a sus necesidades. Sencillamente para los medios privados de comunicación (y no medios de comunicación privados) nada de eso existió. Se borró la realidad como cuando se borra una pizarra acrílica (digo acrílica porque es realmente fácil borrarla).
De manera tal que para la población no existió un Presidente adentrándose en una región para conocer de primera mano su situación. Tampoco existió un Consejo de Ministros desplegado por los barrios, por los campos, por las fábricas… No vio a un Presidente reuniéndose con el sector privado nacional, tal como la Cámara Petrolera, entre otros, para llegar a acuerdos de inversión, pues de eso también se trata la Democracia. El resultado: una concatenación de silencio: ¡Censura total!
Si apelamos a una muestra y agarramos determinados periódicos nacionales, encontramos la inexistencia de voluntad de gestión, así como la inexistencia de Gobierno. ¡No existen¡…
Como salida a la Guerra Mediática o de Cuarta Generación, a las llamadas Operaciones Psicológicas, el Presidente Maduro ha apelado a las cadenas de radio y televisión. Eso está bien. Ahora, para garantizar la salud del pueblo, de la sociedad en su totalidad; para ratificar la gobernanza, hay que coadyuvar si nos disponemos, como conjunto holístico, a ejercer el Imperio de la Ley. La censura, la tergiversación, la manipulación, constituyen delitos que, tal como ha quedado en evidencia, pueden traducirse en significativas bajas humanas.
Los muertos chavistas tampoco existen
El 15 de abril es un ejemplo de ello. Para la oposición no existen los ocho (8) muertos que fueron resultado del uso inadecuado de los medios de comunicación, por parte de un actor también inadecuado.
Es cierto que la verdad tiene que poder más que la censura y la mentira. No obstante, nuestros medios y sus actores se han convertido en una real jauría sin conciencia: han perdido la capacidad de comprensión, de abstracción, de sentido de la realidad. Eso definitivamente es preocupante.
La censura mediática así concebida se ha convertido en una praxis cotidiana, en la cual la Ley no ha tenido la contundencia necesaria … De esta forma, día a día los medios se encargan de ensalzar las condiciones de toda índole para justificar el momento en que se aseste un Golpe de Estado en Venezuela. Y si bien es cierto que la oposición no cuenta con nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), vale decir que sí tienen el apoyo de países como Estado Unidos -que tiene muchas apetencias y necesidades de los recursos energéticos y de la biodiversidad venezolanos. Así, no sería extraño que EEUU diga lo siguiente: Venezuela está trabajando con armas químicas (de destrucción masiva), ergo, planifica un ataque contra EEUU. Eso justificaría la intervención.
No comunico… luego, no existe
Hechos como los proyectos de inversión en el estado Zulia, la metodología de trabajado del Gobierno de Calle, los beneficiarios, los objetivos que se persiguen, las metas y cómo se inscribe ese trabajo en el marco del Plan de la Patria 2013- 2019, entre otros asuntos, fueron desestimados por los medios de difusión masivos. Por tanto, tales hechos no existen.
Por cierto, no han sido considerados porque se busca instalar en el imaginario colectivo la sensación según la cual el Gobierno efectivamente no es tal, o no está en acciones de Gobierno, basados en la seudo convicción de que la auditoría o la impugnación podrían dar un resultado distinto al anunciado el 14 de abril.
Pero hay más. La golpiza iniciada e incitada por la oposición venezolana en el Parlamento el día martes 30 de abril se conoce hasta en el panfletito más recóndito que pueda existir en el globo terráqueo…. De verdad que estoy en contra de la violencia en cualquiera de sus formas. Pero el modus operandi de la oposición es tan vil que prefiero una rabia traducida en puñetazos (a la vieja usanza) que se manifieste en disparos con armas de fuego contra la humanidad de nuestros hermanos, como lo hizo la oposición el 15 de abril, realidad que no existe en ninguno de los medios privados del país, ni en los que se inscriben en la gran estructura mediática transnacional: CNN, El País (de España), Reuters, AP, EFE… en fin, ni vale la pena nombrarlos. Solo nombrarlos es conferirles poder.
Lo cierto es que ya es hora de activar los dispositivos legales, pues ya un sector de la población está hastiado de mentiras. Por ejemplo, los medios mintieron recurrentemente y descaradamente sobre la enfermedad del Presidente Chávez: en un primer momento llegaron a decir que no tenía cáncer. Luego que se trataba de una estrategia para capitalizar más votos… Que no era posible que un hombre enfermo de cáncer tuviera el ímpetu y fuerza que mostraba en sus alocuciones… No obstante, el Presidente demostró con hechos ser más que un hombre, un Mandatario, un estratega. Lo preocupante es que los medios siempre mintieron, lo siguen haciendo, y no pasa nada.
(*) Periodista. Profesora Universitaria