El realísimo Instituto Cervantes debía anunciar ayer cuál era la palabra más votada en su concurso para el día E. Y verdaderamente lo que ha ocurrido es de república bananera de tercera división.
La palabra República, yo me enteré por Carmen, estaba en los primeros días de Junio la segunda, después de pasearse por los cinco primeros puestos, pasó al primer lugar, y esto debió de ofender a los respetables señorísimos del Instituto Cervantes. ¿Cómo iban a permitir que una palabra como República figurase en primer lugar? ¿Cómo es posible que en una Monarquía tradicional, de toda la vida, pueda ganar una palabra, tan contraria a las creencias de este pueblo elegido, como es República? Antes la muerte.
Y así ha sido, ni cortos ni perezosos, se han cargado el concurso. Porque resulta que la palabra República iba la primera pero claro se ve que Carmen Caffarel y sus muchachos –seguramente presionados por la Casa Real— no han podido soportar el desequilibrio mental que les producía pensar que pudiera ganar una palabra “tan inmoral, vergonzosa y políticamente incorrecta” como República.
Así es que cuando vieron que iba la primera, zas, dijeron que había un “sabotaje”, después quitaron la palabra sabotaje y emplearon otra mucho más mona y correcta: “problemas técnicos”. O sea que ¡todo por la patria, faltaría más!
La participación democrática, los valores democráticos pasan a un segundo lugar, ya lo dijo Maquiavelo con aquello de “el fin… Y lo que han decidido es simplemente citar las diez palabras más votadas “por orden alfabético”, no por número de votos. De tal forma, que la palabra República se encuentre tapada y escondida entre otras nueve palabras que han tenido menos votos.
Total que, como siempre, con trampas. El caso es manipular para que no salga lo que no quieren. Se ha censurado como hacía Fraga en sus mejores tiempos. La directora Carmen Caffarel si tuviera dignidad haría lo que hizo la directora de la Biblioteca Nacional, Milagros del Corral, pero claro no todo el mundo es igual. Milagros dio un ejemplo, cuando rebajaron vergonzosamente la categoría de la Biblioteca, y dimitió.
Hoy no es que haya habido una manipulación, ha habido algo más, una burla a la democracia, una vergonzosa tomadura de pelo a todos los que participamos y un pisotón a un principio fundamental, contemplado por su venerada Constitución, el de participación. Y es que está claro que cuando de cuestiones reales se trata, la democracia desaparece.
Sólo cabe esperar que este esperpento que han montado, que este pucherazo que han perpetrado se les vuelva en contra, que las cañas se les vuelvan lanzas, y que el ruido que pueda producir esta felonía sea mayor que el que podría haber producido la palabra República si hubiera sido declarada ganadora.
Salud y (hoy más que nunca) República
P.D. Han protestado por esta cuestión también: Domi, Esquirlas y Gracchus.