Los poderosos siempre querrán silenciar todo aquello que afecte su status quo, e internet es un campo de batalla en ese sentido, pero la censura en internet puede ser de diferentes formas.
Desde el nacimiento de los diversos medios de comunicación, el principal motivo por el que se ha ejercido la censura sobre ellos ha sido por temas políticos y/o económicos. Muchos gobiernos alrededor del mundo (en ocasiones en manos de intereses de holdings) han influido para que se excluyan columnas completas de los periódicos, para que se le retire la concesión del espectro radioeléctrico a varias emisoras de radio o canales televisivos, o por lo menos para que los periodistas contestatarios fueran despedidos de sus puestos de trabajo.
Entre las muchas ventajas que nos ha traído el servicio de Internet está la posibilidad de que toda persona con acceso a este medio pueda convertirse en emisor. Hoy vemos cada vez más noticias difundidas por las personas desde sus teléfonos celulares que por los canales oficiales y noticieros, y esto es porque cada individuo ahora es a su vez espectador y periodista. ¿Cuántas veces no pasa que una noticia que sale en un noticiero televisivo no hemos sido ya informados vía redes sociales y con mayor detalle?
La ciudadanía ha tomado la política en sus manos. Opinan en las redes sociales sobre las campañas políticas o sobre la gestión de sus gobiernos e influyen en la matriz de opinión. Los candidatos a elecciones solo tienen que colgar cierto contenido en sus cuentas de Facebook y Twitter y todos sus seguidores se encargan de compartirla y de hacer propaganda por ellos. Los temas políticos ahora se transmiten en memes, infografías, micros de sátira, y toda una sarta de nuevos formatos tan o más eficientes que los tradicionales. Y whatsapp es la gran herramienta de movilización política, de trasladar el mensaje entre los gregarios, etc. Aquí tenemos ejemplos claros de las últimas elecciones:
La censura de contenido se acabó. En Internet hay palabras malsonantes, referencias directas a los líderes de gobierno, imágenes groseras y demás. Las personas pueden expresarse como quieran de quien quieran, y por lo tanto, ser completamente honestos sobre su manera de pensar en el contenido que publican.
Suena maravilloso, ¿cierto? Pero todo pro tiene su contra, y este nuevo periodismo digital no es la excepción.
La censura colectiva y otras formas de opresión modernas
Ante el fenómeno de las redes sociales y las distintas plataformas de Internet aparecieron nuevas maneras de hacer censura, aún más poderosas que las anteriores, para lograr disuadir no solo a los políticos y periodistas profesionales, sino también a las millones de personas que se han convertido en comunicadores populares.
Podemos resumir la censura política de la nueva era en tres vertientes:
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La censura por exceso: A diferencia de los medios tradicionales, en Internet no hay límites de contenido. Cualquier persona con una página web, red social o blog puede colgar lo que desee y compartirlo, incluso de manera gratuita, y estos contenidos no pasan casi nunca por ningún tipo de filtro a menos que se trate de material pornográfico o sangriento. Por este motivo, muchos partidos políticos adoptan como estrategia de censura la publicación desproporcionada de contenido con información poco clara, confusa o infundada, para que las personas, al hacer búsquedas en internet, consigan el mismo contenido deshonesto en múltiples fuentes, y de esta manera logran opacar e invisibilizar la información real. Para esto se usan varias herramientas de la modernidad como los conocidos "Bots", que son programas informáticos diseñados para publicar contenido de manera automática, popularizar Hashtags y generar tendencias en las redes sociales.
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La censura colectiva (o autocensura): Debido a que el servicio de Internet permite un intercambio constante entre emisor y receptor, el trabajo de los políticos y periodistas ya no acaba al terminar el programa o la locución, sino que reciben cientos y miles de mensajes en sus redes sociales en respuesta a sus criterios. Esto suele ser positivo, porque promueve la crítica y el intercambio de ideas, pero a menudo es también utilizado por otros líderes políticos para censurar a sus oponentes. Para un gobernante o líder político basta hablar mal de un opositor, o sugerir a sus seguidores que tal o cual periodista o candidato publica cosas "ofensivas" en sus redes, para que estas personas decidan de manera irracional insultar, provocar y hasta amenazar a través de mensajes y publicaciones masivas a aquel que piensa u opina diferente. Esta acción suele derivar en que los periodistas o políticos atacados dejan de publicar sus opiniones por miedo a que ellos o su familia sean realmente agredidos, como sucedió recientemente con el periodista colombiano Julio César González "Matador".
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La censura clandestina: Existen grupos de programadores web e informáticos que trabajan de manera clandestina
para crackear las redes sociales y tumbar las páginas web de aquellos políticos y periodistas que no compaginan con sus ideologías. Algunos de estos grupos trabajan de manera autónoma y otros venden sus servicios al mejor postor. Son capaces incluso de dejar fuera de servicio a complejas páginas gubernamentales, o extraer de ellas datos importantes para luego chantajear a los políticos y obligarlos a ceder a la censura. -
La censura de la autoridad: Esta es la hermana moderna de la restricción del espectro radioeléctrico. Las autoridades del estado relacionadas con los medios de comunicación le exigen a las compañías que prestan el servicio de Internet que bloqueen el acceso a ciertas páginas web, o que rastreen el IP de las personas que publican ciertas palabras o frases, para aplicarles censura a todos aquellos que profesan una ideología opuesta a la suya. Este tipo de censura es la más sutil pero la más poderosa, ya que afecta a toda la población del país a la vez. Normalmente se puede saltar este tipo de censura mediante el empleo de VPNs
Así pues, la tecnología nos ha permitido multiplicar la información y hacer contienda política con mayor grado de participación popular, pero de la misma manera nos ha dejado en manos de un tipo de censura más agresiva y polifacética, que a veces ni siquiera es percibida como censura y se deja pasar sin ser contrarrestada.
A pesar de ello, la batalla continúa. La política y la información no se han detenido nunca por la censura, y mucho menos ahora que está en manos de todos. Existen grupos de programadores informáticos, principalmente hackers cívicos, que trabajan al servicio de los pueblos e intentan día a día reestablecer las conexiones a las páginas bloqueadas y garantizar el acceso a la información, y esa es solo una de nuestras muchas trincheras.
La clave está en no dejarse acallar. Nunca.
En este día...
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