Demostrando su alma totalitaria, el gobierno de España está recurriendo a la censura para silenciar las críticas y neutralizar las fuertes corrientes de rechazo que provoca en la sociedad española, cansada de errores, fracasos y retrocesos económicos, sociales y morales. Ser censor es una de las tareas más repugnantes de nuestro mundo. La censura, recurso de cobardes e impotentes que, incapaces de competir en el plano de las ideas, utilizan su poder para reprimir y aplastar las ideas ajenas, Los censores matan civilmente a sus victimas porque no pueden o no se atreven a matarlos físicamente. Al privar a otros seres humanos del derecho a expresar sus ideas, los censores se convierten en habitantes de las cloacas y en enemigos de la civilización. La Historia demuestra que solo los más degradados e inmorales están dispuestos a desempeñar esa fea labor. Son parecidos a los verdugos, pero en lugar de acabar con las vidas acaban con la libertad y la verdad. En democracia, los censores no tienen alma ni cabida en el mundo de las personas dignas y decentes. Pero cuando son periodistas los que hacen de censores, el asunto es todavía más repugnante porque el periodista está formado para justo lo contario de lo que la censura representa: para defender la verdad y propagar información libre, veraz y crítica, como establece la democracia. Un periodista censor es, además, un contrasentido que denota corrupción extrema. Es como si un médico se dedicara a matar, un juez a delinquir o un militar a ser cobarde. Nadie es más enemigo de la democracia y la libertad que un censor represivo que asesina la disidencia y la crítica, rasgos imprescindibles para que existan la democracia y la libertad. Los censores deberían ser rechazados por el pueblo y quedar marcados como indignos enemigos del pueblo, las libertades y la civilización. Ese rechazo contribuiría a fortalecerlas libertades y tendría un efecto regenerador. Si además la censura se ejerce contra alguien que se dedica a defender la verdad y la democracia, entonces pierdes todo atisbo de dignidad y valor humano. Si cobras por reprimir, el pecado es más grave y eres claramente un mercenario podrido, un desecho humano antidemocrático. ---
Al impulsar la censura para silenciar la crítica y esconder verdades que le dañan, el gobierno de Sánchez e Iglesias dan un paso más hacia la degradación y el deterioro ético. Abrumado por las críticas, los políticos en el poder imponen la censura y presionan a las plataformas de contenidos, medios de comunicación y redes sociales para que asesinen la verdad y cierren el paso a las ideas críticas con el poder.
Investigo y leo que la periodista Ana Pastor es responsable de la censura y represión en Facebook, cobrando por ello. No me lo puedo creer porque Facebook es una red social especialmente entregada a la censura que ya ha tenido numerosos problemas con la Justicia por traficar con informaciones privadas y otros atentados contra la libertad. Cuando ves a esa profesional en la pantalla del televisor parece decente y una persona normal.
Donald Trump y Robert Kennedy junior ha sido censurados en Estados Unidos por el establishment, que les cierra sus cuentas en redes sociales, mientras caen los críticos en todo el mundo porque el poder no soporta ser cuestionado. En España, decenas de intelectuales críticos y periodistas amateur dedicados a vigilar y criticar al poder están siendo acosados y expulsados de las plataformas de contenidos que se someten a la censura.
Me da tristeza cuando veo que algunos periodistas, que son personas preparadas para defender la verdad y para ser faros de libertad, colaboran con la censura, la mentira y la opresión. Algún día la desvergüenza y la bajeza mercenaria del censor no tendrán cabida en el mundo decente y justo que muchos deseamos.
Los poderosos se han lanzado de lleno a la caza del disidente porque son conscientes de que la resistencia de los hombres y mujeres libres es el único gran obstáculo que se alza entre su ansia de poder y el mundo de las libertades y derechos al que el hombre siempre ha aspirado. El principal efecto de ese choque entre el sueño opresor de los que mandan y la resistencia de los humanos es la censura y el asesinato sistemático de la libertad y la verdad.
La censura es un virus que lo destruye todo. Tiene efectos letales no solo sobre la democracia sino también sobre la civilización y la dignidad humana. Si se tolera la censura, cuando unos seres humanos borran el pensamiento de otros y lo suprimen, se está acabando con lo que realmente tiene valor. Los censores quizás desconocen el alcance de lo que hacen, pero la sociedad debe tomar conciencia de que asesinar el libre pensamiento y la verdad es de las peores suciedades posibles e imaginables. Cuando matas las ideas matas también el progreso y la chispa creativa que ilumina el mundo y hace avanzar la civilización. Cuando los censores imponen su represión, están creando parálisis, esclavitud y muerte.
Hay que encontrar la manera de defender la libertad. Quizás la mejor manera de conseguirlo sea imaginar y describir lo que significaría un mundo sin libertad. Esa visión horrenda de las masas esclavas, dominadas por seres sin escrúpulos que se creen superiores y con derecho sobre la vida ajena, es terrible.
Luchar contra la censura no es una opción sino algo absolutamente prioritario para la especie humana.
Francisco Rubiales