Como sucede con la mayoría de los fluidos corporales, la cera de los oídos no es un tema muy frecuente en ninguna reunión social. Pero lo cierto es que esta pegajosa sustancia es en realidad muy importante para nuestro organismo y puede revelar mucho sobre nuestro estado de salud. En principio puede sonar un poco asqueroso, pero la próxima vez que te limpies los oídos, echa un vistazo a lo que saques de allí.
Lo que muchos desconocen es que la cera de los oídos no es solo la acumulación de suciedad en nuestros oídos: la cera la crea nuestro organismo para evitar que las bacterias y elementos sucios entren en nuestro canal auditivo. Resulta que esta sustancia pegajosa mantiene nuestros oídos limpios, saludables y funcionales. La cera en sí es una combinación de ácidos grasos de cadena larga, escualeno y alcohol.
Pero a pesar de lo importante que es esta sustancia, a nadie le gusta verla en el oído de otra persona. Por ello, si ves que tienes mucha en el oído, toma un paño húmedo y retírala. Si prefieres usar un bastoncillo de algodón, asegúrate de no introducirlo en tu canal auditivo o corres el riesgo de dañar tu tímpano.
Aquí tienes algunos ejemplos de diferentes colores de la cera del oído y de lo que quieren decir con respecto a tu salud...
1. Amarilla, húmeda y pegajosa
Este es el tipo más común de cera en los adultos. La textura húmeda y pegajosa evita que el canal auditivo se seque y pique.
La cera de color gris puede parecer rara, pero si la ves en tu bastoncillo, no tienes por qué preocuparte. El color gris suele ser el resultado del proceso de limpieza natural del oído. Pero si la cera está seca y quebradiza y te pica el oído, puede que se trate de un eccema. Si notas algunos de estos síntomas, es mejor que lo consultes con un doctor.
Este es el color más normal en los niños. Estos tienden a tener mucha más cera en los oídos que los adultos, pero al crecer esta disminuye gradualmente.
Cuando la cera del oído es más oscura de lo normal, es señal de que el cuerpo está transpirando más de lo normal. Cuanto más oscuro sea el color, más probabilidades habrá de que el sudor extra produzca mal olor. Pese a ello, no es peligrosa para la salud.
La ansiedad y estrés pueden provocar que nuestros oídos produzcan más cera. El sudor abundante también puede incrementar la producción de la cera en los oídos, lo que puede bloquear el canal auditivo y provocar sordera parcial temporal. Si notas que tu cera es oscura y espesa, deberías limpiarte los oídos con frecuencia para evitar cualquier problema. También es un buen indicador de que deberías reducir el estrés de tu vida.
6. Seca, blanca y escamosa
Esta es una cera perfectamente normal y saludable. La gente que tiene este tipo de cera suelen producir menos malos olores que aquella que la tiene oscura.
La cera marrón oscura o negra puede dar mucha impresión, pero no hay de qué preocuparse. El color oscuro puede ser solo el resultado de un exceso de producción de cera (como cuando estás estresado). También puede querer decir que la cera lleva más tiempo en el oído. Cuando la sacas, el contacto incrementado con el oxígeno la vuelve más oscura.
Es normal que la cera salga de los oídos de vez en cuando; es parte del proceso natural de limpieza. Pero cuando la cera fluye en grandes cantidades y contiene pus o sangre, es una señal de un tímpano perforado. En este caso, acude a un médico de inmediato.
La cera vieja a veces puede tener la apariencia de sangre reseca. Si notas esto, acude al médico: puede ser síntoma de un tímpano perforado.
Como puedes ver, la cera de los oídos puede aparecer en una amplia gama de colores y la mayoría de las veces es saludable aunque no lo parezca. Así que la próxima vez que estés limpiándote los oídos, mira bien ese sucio bastoncillo. Puede que te dé un poco de asquito, ¡pero es una buena manera de darte cuenta de un problema antes de que se vuelva serio!