Esta fue la última foto de mi barrigón antes de entrar a quirófano.
Cosas que quizás te gustaría saber de una cesárea, de primera mano, sin seguir frías teorías.
Lo que más me daba miedo era la anestesia. Había leído mucho sobre los posibles riesgos, aunque el saber nunca esta demás a veces es mejor hasta no saber… Me aterraba que todo dependiera de las manos de una sola persona y de un solo momento. Ese momento exacto que te pinchan en un sitio tan sumamente delicado y con una impresionante aguja. Es ese preciso momento que te aterra, cuando te presentan al anestesista y ya sabes que no hay vuelta atrás, que ha llegado el momento. Fue entonces cuando empece a sudar.
Esta vez me toco una chica, muy joven o me lo pareció a mi, quizás era de mi edad pero yo la veía extremadamente joven para ser anestesista. En realidad daba igual, si hubiese sido mayor me hubiese dado pánico por ser tan mayor. Lo cierto es que casi seguro se dio cuenta de mi temor cuando le dije “¿tu me vas a anestesiar?” con cara de pocos amigos, al que me contesto: “Tranquila lo aprendí en un tutorial de Google”.Simpática….
Conmigo tenía una enfermera muy maja que me decía cual era la postura correcta, me daba apoyo, me sostenía las manos y me ayudaba a respirar. Sinceramente no sentí absolutamente nada. Ni el pinchazo. Me di cuenta cuando la anestesista me dijo “Avísame cuando sientas las piernas adormecidas” y le conteste “Ya!”. Me acostaron pero seguía sintiendo como me zarandeaban, lo que me hizo decir: “¡Hey que yo siento todavía eh!” Ahora que lo pienso seguramente se habrán reído de mi. El doctor me dijo que no me preocupara que estaba todo bien, que no iba a sentir nada y así fue. Ya estaba anestesiada. A los 7 minutos escuche el llanto de mi bebe y le vi su carita por primera vez! Lloré… Por supuesto. El instinto maternal es la tendencia innata de proteger y cuidar a tus hijos.No es necesario que seas de esas personas que se derriten cuando ven un bebé, yo particularmente no era de las que me gustaban mucho los niños, no me volvían loca y no imagine nunca que estaría tan entregada en mi rol de madre. Cuando nace tu bebé, se te despiertan emociones que nunca habías sentido; es parte del proceso de convertirse en mamá. Y es precisamente en ese mismo instante cuando sabes que eres madre. No es la situación en sí la que te convierte sino lo que ella suscita en ti. La impotencia de no poder cogerlo, la frustración de tenerlo tan cerca y no olerlo, la rabia de saber que cualquiera lo toca y lo acuna antes que tu, la tristeza que te invade por no tener a tu bebe contigo esas primeras 3-4 horas que estas sola en recuperación…Tú sin el, él sin ti. La extraña sensación de no tener barriga y no tenerlo cerca. Esa inmensa, innata e incondicional necesidad de el, de quererlo egoístamente entre tus brazos, sin dejar de mirarle y contabilizar sus suspiros.
A mi parecer lo peor de la cesárea es esto. Te llevan a una sala hasta que tu cuerpo despierta del anestesia y si todo esta bien le dejan el bebe al padre. En ese momento no sientes absolutamente nada de la cintura para abajo. Es una sensación rarísima, podría decir que sientes en tu piel como si tuvieses un traje de neopreno o algo parecido. Despiertas y van despertando los dolores… Duele? Si! Mucho? Si!Lo bueno es que va de mucho a menos y es muy progresivo. Lo malo es que son 2 días muy intensos. No dudes en decirle a las enfermeras que te duele, no hace falta que sufras, mas bien deben dosificar el medicamento para evitar que sientas dolor.
El día que entre a mi habitación salía una chica: parto natural. ¡Se movía como si nunca hubiese parido la jodia! ¡Que alegría y que bendición! En mi primera cesárea me sentí frustrada por no haber dado a luz de forma natural… Todas esas sensaciones junto a los sentimientos adversos que te invaden son fruto de tus hormonas… Ya para la segunda cesárea aprendí a no prestarle mucha atención a mis hormonas. Te confunden y si le haces mucho caso se adueñan de ti. Si quieres un consejo, pasa, porque sino la cuarentena se te puede hacer muy larga… Mientras va desapareciendo el efecto de la anestesia sientes mucho hormigueo desde los pies hasta casi las caderas. Es un poco desagradable. Vas a estar 4/5 días en el hospital, es probable que los primeros 2 días te suministren morfina. A partir del trece día te darán calmantes vía oral. Estarás el primer día hasta el día siguiente sin beber ni comer y poco a poco te irán dando comida, eso si, dieta blanda. El segundo día harán que te levantes y te parecerá una locura. Habla lo menos posible. Te llenaras de gases. Olvídate del tópico que si te hacen cesárea no puedes amamantar. Es falso. Estarás muy hinchada los próximos 15 días debido a los medicamentos y a la anestesia. Sobretodo los primeros días que vuelvas a casa. Los pies se te pondrán como 2 jamones y retendrás mucho liquido. No hay que alarmarse, es totalmente normal. Vas a necesitar ayuda y si tienes niños pequeños más. Es una operación en toda regla. No levantes nada que pese más de lo que pesa tu bebe. Cuídate los puntos tal como te indican. Es importante que guardes reposo. Generalmente tras un embarazo queda algo de barriga, pues con una cesárea más. No te preocupes, la recuperación de la cesárea es mucho más lenta. De todas forma si has tardado 9 meses en crear una vida no pretendas tardar menos que 9 en volver a estar como antes. Concentra tu energía en conocer a tu bebé y estrechar lazos con él.A muchas mamas primerizas les preocupa, de algún modo, no ser una mamá lo suficientemente buena para su hijo porque la maternidad no les resulta tan natural como esperaban. La experiencia es muy importante, a medida que va creciendo tu bebé, más segura te sentirás como mamá.
Guíate por tu instinto y serás una mamá maravillosa.
Date tiempo, tu instinto, tu bebe y la cesárea lo necesitarán. Ahora a disfrutar de tu peque!Si tienes alguna opinión al respecto y la quieres compartir no dudes en dejarla abajo, en la zona de comentarios.
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