Revista España

La chica del Santa Clara

Por Rover @Rover022

La chica del Santa Clara Hubo un famoso cuplé en España que se titulaba “La chica del 17”, pero nada tiene que ver con lo que estoy escribiendo. Bueno, algo sí: aquello que tiene revuelta a la vecindad. Busquen ustedes la letra de la canción, que yo estoy vago para ponerla y tengo poco espacio. A lo que iba. En Oviedo (Asturias), la Delegación de Hacienda actual, ocupa el espacio del primitivo Convento de Santa Clara, edificio de las religiosas Clarisas –a esas a las que las novias llevan huevos para que el día de su boda no llueva-, construido en el lejanísimo siglo XIII. Usado como cuartel a partir de 1830, fue tristemente famoso por una masacre –al estilo de la matanza de Santa María de Iquique (Chile)-, en la que fueron ametrallados 29 asturianos en los inicios de la guerra civil del 36, cuando acudieron engañados por el coronel Aranda, el cual fingió ser fiel a la República. Hoy por hoy, y alejada la zona de aquellos oscuros días, el entorno se llena de hoteles, cafeterías, bares y sidrerías. Un ambiente mucho más lúdico y festivo. En uno de estos locales, junto a un supermercado y frente al edificio que más terror le da a los españoles –el de Hacienda, of course-, corretea por detrás y delante de la barra, sirviendo vinos y escanciando sidra, ofreciendo pinchos y sonrisas a los parroquianos, “La chica del Santa Clara”. Residente en Cancienes, lugar cercano a Avilés, va y viene –a Oviedo- diariamente, desparramando alegría, y buen rollo. Pero Susana nos deja. Pero no se alarmen. No le va a pasar nada. Dejará de regalarnos su presencia, para irse a otros lares a seguir haciendo felices a sus moradores. La echaremos de menos. Al menos los fanáticos del mus, que desde hace poco tiempo invadimos las mesas de esta sidrería, las mesas de la sidrería Santa Clara. Huérfanos vamos a estar de su mirada, de sus ojos, de su permanente sonrisa. Huérfanos vamos a estar de su menuda figura, de sus comentarios, de sus detalles, de su servicio, de sus observaciones de las partidas. Huérfanos vamos a estar de Susana. El vino ya no sabrá igual, Isaac no pedirá que le cepillen su cazadora de manchas de cal, José Luis no será “el ratonucu” y Chus ya no se equivocará de nombre al llamarla. Ya no habrá Camel a la puerta del local y la basura no será sacada con tanto gracejo y donosura. Se va “La chica del Santa Clara”, y yo me pregunto, como dice el cuplé, ¿de dónde saca pa tanto como destaca? Ojalá que te vaya bonito, ojalá que se acaben tus penas, que conozcas personas más buenas, que se llenen de sangre tus venas, que se vista tu vida de suerte y que nadie te llame cobarde. Ojalá que te vaya bonito, Susana.

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