Revista Cultura y Ocio

La chica del tren. Paula Hawkins

Por Mientrasleo @MientrasleoS
La chica del tren. Paula Hawkins
     "Hay una pila de ropa al lado de las vías del tren. Una prenda de color azul cielo -una camisa, quizá-, mezclada con otra de color blanco sucio. Seguramente no es más que basura que alguien ha tirado a los arbustos que bordean las vías. Puede que la hayan dejado los ingenieros que trabajan en esta parte del trayecto, suelen venir por aquí. O quizá es otra cosa."
     Hay libros que llegan con la etiqueta de fenómeno editorial desde que aterrizan en nuestras librerías, de los que nos hablan de adaptaciones cinematográficas incluso antes de saber de qué tratan y ante los que es fácil caer en la tentación. Todos caemos alguna vez con mayor o menor fortuna. Hoy traigo a mi estantería virtual uno de esos libros, se trata de La chica del tren.
     Una mujer hace dos viajes en tren a Londres cada día. A la misma hora. Mira por la ventanilla y el paisaje se repite: casas que le suenan, personas que comienzan a ser familiares, una vida que ya no lleva, lugares que conoció... Al otro lado de la ventanilla hay vidas que dejan pequeñas instantáneas cada vez que pasa el tren. Personas que aman, que odian, que viven, que sueñan... Y a veces dejan una instantánea que puede ser reveladoras.
     La chica del tren es una novela a la que conviene llegar con pocos datos. Por eso tal vez haya sido más críptica de lo habitual a la hora de dar un pequeño resumen. Pero se trata de una novela que avanza de forma imparable pero lenta, al menos hasta su última parte. Baste saber que se articula en capítulos contados por distintas voces femeninas que irán, poco a poco, componiendo un puzzle de misterio en una historia que se perfila con nitidez ante un lector que no puede dejar de acariciar con la lengua la palabra "pánico". Pero no se trata del pánico que producen las novelas de terror, no. Este es mucho más real porque habla de secretos y debilidades, de cumplir años y de sueños rotos, de retos... habla de realidad. Porque más allá del thriller, la novela se complementa perfectamente con muchos temas que están presentes en nuestro día a día, consiguiendo de este modo que nos movamos ante personajes que se nos antojan reales, sensación que se ve acrecentada porque la autora nos deja juzgarlos libremente según los actos que cometen. De hecho, estoy segura que la mujer que da título al libro, despierta tantas filias como fobias.
    Es una novela que embauca al lector con mucha facilidad. Tres voces entre las que vamos saltando y que nos advierten de su fiabilidad, o de la falta de fiabilidad de sus palabras, proporcionando de este modo un ambiente de duda. Las perspectivas cambian y los momentos se mezclan hasta que vamos encajando las piezas, y no es difícil hacerlo, pero disfrutamos del camino.
     Comparado mil veces con Perdida, la historia tiene algún punto común pero nada que provoque, como ha sucedido con otros títulos, que la lectura de la primera desluzca esta historia. Lo que sucede es que parece que nos gusta jugar a las comparaciones en esto de la literatura. Pero poco tiene que ver Amy con Rachel, la chica del tren. La fuerza de Rachel se basa en sus propias debilidades, que son presentadas dolorosamente ante un lector que tiene claro desde las primeras páginas que no es una supermujer, pero también tenemos clara otra cosa; nos va a encantar su historia.
     Esta vez os traigo una novela francamente entretenida. Un thriller psicológico que funciona desde las primeras páginas y que es imposible de soltar llegadas las últimas. Una de esas historias plagadas de misterios y secretos del pasado y del presente, que sirven para desconectar; perfecta para vacaciones.
     Y vosotros, ¿sois de los que os dejáis arrastrar por fenómenos como Perdida?
     Gracias

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