Ella no recuerda nada. Mejor así. Su verdad era solo la mitad de la historia. Megan McDonald está terminando el bachillerato, es popular, carismática, y tiene un futuro increíble por delante. Una de sus últimas noches en Emerson Bay la secuestran. Megan está dos semanas en cautiverio hasta que escapa, y pasa a ser conocida como "la chica que se llevaron". Pero esa noche también desapareció Nicole Cutty y de ella nadie sabe nada. Megan escribe su libro, que se convierte en un bestseller, pero ella no está bien, recuerda muy poco de lo que ocurrió y necesita saberlo. Livia, médica forense, es la hermana mayor de Nicole. Todavía se siente culpable por no haber contestado el teléfono cuando Nicole la llamó la noche en que desapareció. Megan y Livia deciden investigar qué pasó con Nicole. Cuanto más profundizan se dan cuenta de que el verdadero terror reside en encontrar exactamente lo que estabas buscando.
Formato: Tapa blanda / Versión Kindle
Precio: 17,10 € / 8,54 €
Impresionante. No puedo utilizar otra palabra para comenzar la presente reseña, y no solo me refiero a la historia contenida en las 412 páginas de la novela, no. Me refiero al nivel de eficacia de la editorial Motus para dar en el clavo con la elección de títulos de su catálogo. He leído tres de ellos y me he convertido en adicto. Sus libros son droga y os confieso que ya he salido a buscar mi próxima dosis. Para paliar el mono, repaso el catálogo y quiero más, más y más. Al menos, en lo que a thriller se refiere, creo que son un sello solvente, sorprendente y excepcional. Felicidades.
La chica que se llevaron también podía haberte titulado La chica a la que no se llevaron. No importa. El fin justifica los medios y si lo que buscamos son emociones fuertes, tensión narrativa, empatía con los personajes, decididamente recomiendo seguir los pasos de estas chicas a las que se les ocurrió meterse donde no las llamaban, o puede que precisamente la llamada de lo prohibido terminara jugándoles una mala pasada.
Megan MacDonald es popular, un ejemplo de estudiante, de persona, inteligente, una persona que sobresale y que se guía por la razón. Mas la razón sucumbe al amor, real o imaginario. Nadie está a salvo de él. Tampoco podemos salvarnos del horror si este se cruza en nuestro camino.
Nicole es también una chica popular, pero las razones que le confieren dicho estatus son bien diferentes. Ambas son tan diferentes que resultan hasta parecidas. El destino juega a los dados y ya se sabe cómo terminan las partidas.
Livia, hermana de Nicole, ha terminado la carrera de Medicina, se ha especializado y está realizando sus prácticas a las órdenes de un reputado forense. Qué nos gusta que aparezcan los forenses, los patólogos en las novelas...
Desde luego, las pistas no llevan hasta el final, aunque si nos fijamos bien...
Gran trabajo en la edición del ejemplar, gran trabajo en la selección, pero... Si aún me quedan muchos títulos por leer, decenas sobre mi mesa, ¿por qué me siento fascinado incluso ahora que ya sé como se resuelve el nudo, si vivo sujeto al desenlace , si he comenzado con otro título y todavía permanece en mi recuerdo cada uno de los pasajes de esa novela que tan grato sabor de boca me ha dejado...
Creo que el secreto del éxito de La chica que se llevaron reside en la medición de los tiempos y la habilidad del autor de jugar con el lector. Ha estudiado sus gustos, ha probado su fórmula y la ha perfeccionado y, al final, a dejado que el gas hipnótico haga su trabajo una vez él ha concluido el suyo.
La noche y el día, el día y la noche, se dan el testigo justo cuando tienen que hacerlo, cuando deben hacerlo, cuando quieren hacerlo, y lo insólito cobra vida. Secuestros, asesinatos y el descubrimiento de un peculiar club que hará las delicias de quienes se unan al mismo, o de quienes desde la lejanía que supone la distancia a la letra. Juegan a imaginar lo que ocurre y se sienten a salvo de no desempeñar el papel de víctima.
El pasado y el presente juegan a la hipnosis. Ya descubriremos qué papel juega cada cual. Después, solo nos quedará sufrir, o disfrutar, que para gustos, colores.
Veamos. He leído hasta el momento 3 títulos del sello Motus, filial de Trini Vergara Ediciones: Indocumentadas, La influencer y el presente. En cuanto otro de ellos caiga en mis manos, les aseguro que podrán leer la reseña que les regalaré con mucho gusto. Si son impacientes, ya están tardando en estudiar el catálogo y pedir y pedir.
Francisco Javier Torres Gómez
Si quieres hacerte con un ejemplar lo puedes hacer desde el siguiente enlace: La chica que se llevaron