La chusma inunda España

España es un país inundado por la chusma, una masa sin valor ni respeto que llena las calles, las plazas, los colegios, las universidades, las iglesias y los centros de trabajo y ocio, gente mal educada y semianalfabeta que no tiene capacidad para discernir entre el bien y el mal y entre lo que es verdad o mentira. Esa es "la chusma", el nuevo gran producto viscoso y repugnante de la marca España, una nación que fue grande, admirada y temida, pero que hoy es despreciada y minusvalorada por sus escasos valores, sus divisiones internas, su mediocridad, su falta de ética y su falsa democracia. --- La España que nos han construido nuestros políticos demócratas da asco y su futuro es inquietante.

Los escasos españoles de bien, preparados e hijos y herederos de la vieja España grande, se sienten asqueados y rodeados de jóvenes incultos que votan a podemos, de menores de edad que no respetan a nada ni nadie, de políticos ladrones y sucios protegidos por aforamientos inmerecidos, de una sociedad donde faltan los valores, carente de ética, llena de separatistas traidores, de admiradores del terrorismo, de musulmanes que no trabajan y tienen pagas de por vida, de negros que atacan nuestras fronteras y se nos cuelan, de cientos y cientos de emigrantes en pateras que también se nos cuelan, de jubilados con pensiones míseras, de okupas de viviendas y okupas de Moncloa, todos bajo la sombra de una monarquía que debió ser ejemplar pero que estuvo representada por un rey golpista y sospechoso de haberse enriquecido con comisiones, al que no se podía juzgar, ...

Cada día es más repugnante el avance de España hacia la miseria y el fracaso. Conducida por una clase política que es, seguramente, la peor del planeta, da asco leer la prensa, los mensajes de whatssap, escuchar la radio y ver una televisión donde el único argumento es la decadencia sin grandeza de nuestra nación.

En agosto realicé un viaje por distintas ciudades de Europa. En una de ellas hablé con un anciano que se interesaba por saber de España. Recuerdo una frase suya que me dejó estupefacto: "Ne quiero ofenderle, pero su país, antes admirado, temido y respetado por su valentía, empuje y alegría, hoy es una puta mierda".

Francisco Rubiales