La comunidad biológica es una parte de la sociedad que está implicada de forma significativa en el ambiente cultural de la época. Por ejemplo, cambiar las actitudes acerca de la elección de las profesiones ha aumentado la proporción de mujeres que se dedican a la biología, que a su vez ha afectado al hincapié en determinados campos de investigación. Hace unas décadas, por ejemplo, los biólogos que estudiaban el comportamiento de apareamiento de los animales se centraban, sobre todo, en la competición de los machos por acceder a las hembras. Las investigaciones más recientes, sin embargo, destacan el importante papel que desempeñan las hembras en la elección de sus parejas. Por ejemplo, en muchas especies de aves, las hembras prefieren el color brillante que "anuncia" una salud vigorosa del macho, un comportamiento que mejora las probabilidades de la hembra de tener una descendencia más sana.
Algunos filósofos argumentan que los científicos están tan influidos por los valores culturales y políticos que hacen que la ciencia actualmente no sea más objetiva que otras maneras de "conocer la naturaleza". En el otro extremo están las personas que hablan de las teorías científicas como si fueran leyes naturales, en lugar de interpretaciones humanas de la naturaleza. La realidad de la ciencia probablemente se halla en el punto medio; pocas veces, totalmente objetiva, pero revisada de forma permanente por la expectativa de que las observaciones y los experimentos sean repetibles y las hipótesis sean evaluables y refutables.
Neil A. Campbell y Jane B. Reece, Biología (7ª edición), Editorial Médica Panamericana, Madrid, 2007, p. 25.