Revista Ciencia

“La ciencia y la tecnología deben ser objetos de la intervención del estado”

Publicado el 30 septiembre 2014 por Peligrociencia

por Emanuel Lorenzoni-Macchi

Hurtado en San Luis

Diego Hurtado (Foto: Carlos Albisu)

La frase del título le pertenece a Diego Hurtado y agrega, “Tenemos poco dinero para invertir y necesitamos que ese dinero rápidamente desemboque en utilidad económica y social”. Hurtado toma a estas dos ideas como premisas de las conferencias que brindó en el ciclo de charlas de divulgación “¿Tecnología para quién?” organizadas por el Conicet y la cátedra de Periodismo Científico de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) los días 25 y 26 de septiembre en la UNSL. Hurtado es Dr. en Física y Secretario de Innovación y Transferencia de Tecnología Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Las conferencias, una para docentes, científicos y becarios  y la otra para estudiantes del nivel medio, dejaron en claro dos cosas: Hurtado es un apasionado por estos temas y además transmite esa pasión y genera polémica. La charla del Jueves 25 de setiembre titulada “Conocimiento Útil , políticas tecnológicas y dependencia económica en Argentina (1945-2010)” recorrió la historia de las ciencias en Argentina bajo un análisis de tipo político, cultural y económico.

 “El Conocimiento “Útil” depende mucho del contexto, pero básicamente consiste en consensuar cuáles son los problemas más importantes y en función de eso orientar las capacidades a la resolución de esos problemas” expresa Hurtado y agrega que desde mediados del siglo XX al 2003 se siguió un modelo impuesto desde los estados centrales, (Inglaterra, Alemania, EEUU), que alentaba el liberalismo científico en donde la libertad de investigar, motivada por la vocación y el autocontrol de los científicos eran la base de la labor científica, era una política científica. Mientras tanto los países del primer mundo, pioneros en el avance científico, centralizaban y regulaban con fuerte intervención Estatal,  la actividad científica y convierten a la ciencia y la tecnología en motores de su economía, por ello sostiene que “la ciencia y la tecnología deben ser objetos de la intervención del estado como cualquier otra actividad social, política y económica” y que la actividad científica financiada por el estado pero sin regulación en cuanto a líneas prioritarias de investigación no podrán proveer lo que la sociedad necesita.

Para Hurtado, el país debe pensarse desde una ciencia vinculada al sector industrial. “Si pensamos en un proyecto de país industrial, empezamos a pensar en la necesidad de agregar valor a la economía, a entender cuál es el rol de la ciencia y la tecnología en términos económicos y empezamos a hablar sin vergüenza  de una necesidad de producir conocimiento útil.” Hurtado considera que la palabra “útil” todavía da vergüenza o es una mala palabra. Desde el liberalismo científico se ha alentado la idea que los científicos motivados por su vocación avanzan en la ciencia y eso en algún momento tarde o temprano todo esto derramará sobre la sociedad, la industria. Hurtado se muestra enfático cuando dice “No! no es tarde o temprano, tiene que ser temprano, y eso lo saben los países avanzados”

Hurtado insiste en varias oportunidades sobre la importancia de la regulación y la planificación estatal, aunque admite que no es fácil,  “Dejame ponerme del lado de un científico, que trabaja hace muchos años en una línea de desarrollo, y que de pronto uno viene y le dice – A ver, necesitamos tal tipo de investigación-, así no vas a convencer a nadie” explica Hurtado que agrega que se requieren políticas públicas para generar este tipo de conocimiento útil, generando incentivos desde el Ministerio de Ciencia, proponer como línea estratégica el desarrollo de ciertas líneas de investigación, “se financia de manera interesante, una zanahoria uno podría decir, pero una zanahoria legitima, para que los científicos que puedan involucrarse en este tipo de área se interesen. Se trata de involucrar a cierto sector empresarial, vincular a este grupo de científicos y tecnólogos con empresarios y ver si de esta articulación surge la posibilidad de avanzar en proyectos concretos”.

Para Diego Hurtado es inevitable tomar como ejemplo de este tipo de políticas el proyecto Arsat, que concretó la construcción de un satélite de telecomunicaciones de fabricación en el país, con tecnologías y logística mixta.  Suma al debate que el polo tecnológico  de Tierra del Fuego “hoy es un sitio de ensamble e importación de componentes. Una política industrial diría, aquí necesitamos que esos componentes que hoy importamos, entre otras cosas para ir bajando los costos, para dejar de comprar en el exterior e ir cerrando esta sangría de divisas, necesitaríamos que nuestras universidades, nuestros laboratorios se involucraran en desarrollar el tipo de electrónica que pueda ir sustituyendo importaciones”

Pensar en desarrollar tecnologías propias que ayuden a suplantar importaciones, y además lanzarse al mercado internacional generando mayores ingresos de divisas al país, es uno de los objetivos principales de esta política. En este sentido la implementación de planes de incentivos para desarrollar áreas prioritarias y potenciar  los recursos humanos son los ejes principales de esta política para Diego Hurtado.

A pesar de que el país tiene muy buenas universidades, muy buen nivel producción de recursos humanos, durante un largo periodo de tiempo muchos científicos migraron ante la falta de oportunidades y una exclusión socio económica de la ciencia de los focos de interés, y es por ello que Hurtado considera que a la Argentina le faltan ingenieros y doctores en ingeniería. Dice, “la Argentina llego a ser el país de Latinoamérica que tenia la comunidad científica más grande en el exterior, eso habla de un país que fue capaz de producir buenos científicos que son demandados en el exterior,  y la paradoja es que lo costoso para un país pobre es formar científicos y que en el último eslabón que es retenerlos los pierde, y se da la situación de que un país pobre está sosteniendo con sus científicos las capacidades científicas y económicas de los países ricos, eso se empezó a revertir”

Diego Hurtado afirma que la generación de conocimiento científico es indispensable para el avance económico y social y el desarrollo de los complejos de Ciencia y Técnica, con la planificación del estado, está estrechamente vinculado al progreso de un país. Sostiene además que en la última década se han impulsado programas tecnológicos en casi todos los ministerios del Gobierno Nacional, por ejemplo el Plan Nuclear, Plan Aeroespacial, Plan de Telecomunicaciones, Televisión Digital Terrestre, Planes para el Agro a través del INTA, para la industria con el INTI, entre otros, como parte de un plan de políticas públicas destinadas a revertir la situación de la ciencia que se vivió en los últimos 60 años.

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