
Dice Carlos Herrera:
"Algo así me volvió a ocurrir después de muchos años el pasado fin de semana. La culpa la tiene Tarantino, bautizado como Quentin, de quien siempre me temí lo mejor, a quien siempre le he reconocido la habilidad para sorprenderme, para irritarme, para entusiasmarme. Pero esta vez ha dado un paso más: ha hecho que me acuerde para siempre hasta de lo que cené y dónde lo cené después de ver Django, su última cinta, una obra maestra."Amén.
