Revista Cultura y Ocio
- Ahora tú debes decidir- concluyó Oki -si seguirás siendo una oyente o, por el contrario, saldrás en busca de tu propia historia.- Puedo ser una espectadora -Resumió- o puedo ser la protagonista de mi propia historia.Y eso conlleva riesgos. Oki sonrió y cientos de pequeñas arrugas contrajeron su rostro. - Así es muchacha, Así es - dijo. Sacudió la cabeza de nuevo y reemprendió la marcha.Viana lo siguió un par de pasos.- ¡Maestro Oki!¿ A dónde vais? ¿Volveremos a vernos? -¿Quién sabe? Yo voy y vengo, aquí y allí, como el viento errante, arriba y abajo, como las grandes mareas.Una y otra vez. Sin detenerme jamás. Es así desde que tus antepasados llegaron a estas tierras, y así será cuanto tus descendientes interpreten su propia leyenda.Pero ¿Quién podría decir cómo finalizará la tuya? Yo no,ciertamente.Al menos, no aún.Pero quizá algún día.. quizá algún día...
Donde los árboles cantan - Laura Gallego.