La citología es un método de diagnóstico indicado para detectar células cancerígenas uterinas en las secreciones vaginales, y es muy útil para hacerlo en los inicios de la enfermedad, por lo cual sirve como excelente método de prevención.
Es una prueba sencilla, rápida e indolora y está indicada para todas las mujeres que han iniciado su actividad sexual.
La ventaja en cuanto a prevención está determinada porque pueden detectarse células anormales incluso antes de que generen cáncer.
Cómo se realiza
Se recogen pruebas de tres sitios distintos del aparato genital femenino utilizando una pequeña espátula especial con la que se raspa ligeramente el fondo de la vagina y la superficie del cuello uterino, y un bastoncillo para tomar la muestra de interior del cuello.
Las muestras, denominadas frotis, se envían posteriormente al laboratorio.
Otras ventajas
Pueden detectarse cepas de microbios indeseados y también apreciarse el grado de impregnación hormonal de las mucosas.
Cuándo debe hacerse una citología
- Las células tardan unos diez años en pasar de una displasia leve a la situación de cáncer de útero propiamente dicho. Pero los casos de rápida evolución son posibles, por tanto es aconsejable realizar una citología por lo menos cada dieciocho meses.
- Recuerde que una citología negativa no elimina por completo la posibilidad de cáncer, por eso es conveniente repetirlas de forma periódica.
- Del mismo modo, una citología dudosa no es sinónimo de cáncer.
- Las displasias se detectan también en mujeres jóvenes, por lo que deben realizarse a partir de los primeros años de vida sexual.
- Cuando una citología es dudosa se examina la zona mediante colposcopia para asegurar los resultados.
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