Revista Cultura y Ocio

La ciudad de los libros soñadores, de Walter Moers

Publicado el 27 septiembre 2013 por Sasy
La ciudad de los libros soñadores, de Walter MoersLa ciudad de los libros soñadores (Die Stadt Der Träumenden Bücher) · Walter Moers (traducido por Miguel Sáenz) · Maeva Bolsillo · 455 páginas · 11€
Poco antes de morir, Danzerote entrega a su discípulo Hildegunst von Mythenmetz un extraño manuscrito y le pide que se dirija a la ciudad de los libros soñadores. Al leer el libro, el joven Hildegunst descubre que su autor tiene un don único, el Orm, y se dispone a buscarlo en aquella extraña ciudad. Hildegunst descubre un lugar subterráneo poblado por fantásticos personajes obsesionados con los poderes secretos de los libros, libreros de viejo y coleccionistas de rarezas literarias, cazadores de libros capaces de matar por un manuscrito deseado...Deberá reunir todo su valor para adentrarse en las catacumbas donde se esconde el temible rey de las sombras. Empiezan entonces para el joven unas muy inesperadas y fascinantes aventuras por el mundo mágico de los libros.
Hace muchos años que leí este libro por primera vez, y me quedé ojiplática perdía, por no decirlo de otra manera. La historia que contaba entre sus páginas me encandiló, los libros que aparecían me volvieron loquísima y desde luego quedé más que encantada. El otro día que pasaba por la biblioteca y lo vi, me dije a mí misma “¿por qué no?” y me lo traje para casa, para el mes de libros sobre libros. Desde luego ha sido todo un acierto. La ciudad de los libros soñadores es, mis queridos lectores, una joyita.
Bienvenidos a Zamonia, el ¿país? de la literatura por excelencia. Aquí y allá todos los seres vivos (y no tan vivos) se dedican a ella. Una delicia, ¿verdad? Escritores, poetas, lectores, críticos, libros, libros y más libros. En la Fortaleza de los Dragones, nuestro protagonista (no me pidáis su nombre, por favor -Hildegunst se llama la criatura-) sufre la muerte de su padrino literario, Danzarote, y por encargo de este emprende un viaje a Bibliópolis para localizar al escritor de un manuscrito perfecto. Una vez allí… bueno, digamos que no lo va a tener fácil. Y es que Bibliópolis es una ciudad muy peligrosa, no solo por sus habitantes, sino también por sus libros.
Ah, mi querido Walter Moers, ¡qué bien lo haces! Me encantaría ir ahora mismo a tu casa a darte un besazo y a decirte que ojalá hubiera más escritores como tú. Y es que tienes un arte que ya lo quisieran para sí muchos escritores de LIJ; con tus historias, tu ambientación… ¿por qué puñetas solo hay tres libros tuyos publicados al español? Qué narración tan estupenda, qué bien haces aquello de picar al lector a ver quién es el más listo, cómo te pones en la piel de los personajes de manera que todos y cada uno de ellos son veraces. Y lo más importante (y ahora sin hablar contigo, que te estarás poniendo colorado): Moers tiene la capacidad de trasladarte a cualquier sitio tan solo diciendo unas palabras. Así, estás en las Catacumbas, en la Fortaleza, en una librería de viejo, con Smeik. Todo eso en menos de veinte páginas.
Y Las catacumbas de Bibliópolis superaron en todos los sentidos mis expectativas: el libro no era sólo informativo sino que estaba escrito de forma fascinante y era de una calidad literaria insólita en un libro de divulgación. Ya al cabo de unos párrafos, aquella horrible lectura del enano era sólo un ruido de fondo, apenas más perturbador que un gorjeo de pájaro.
Hablemos de los personajes. Sin duda el protagonista es estupendo: creo que no hay un lector voraz más enorme que él. Me he sentido muy identificada con el draconiano devorador de libros, y creo que todos los lectores lo harán. Y no es el único, porque todos y cada uno de los personajes tienen unas características que los hacen geniales (amables, terroríficos, malvados… la verdad es que ser, no son muy redondos, excepto el protagonista, pero ¡eh!, no lo necesitan). Por no hablar de los libros. Lo que me he podido reír con los títulos de todos los libros que salen en la novela, por no hablar de los nombres de los autores. Perla La Gadeon, por ejemplo, o el mismo Danzarote Tornasílabas; resulta que muchos de los autores son nombres de autores “en la vida real” con las letras alteradas. Así, Edgar Allan Poe se convierte en Perla La Gadeon. Y muchos más.
¿Y la ciudad? En esta novela Bibliópolis es un componente importante más, un lugar fantástico para una historia fantástica. Todo está explotado hasta el último milímetro, desde las leyendas del Hombre Negro, hasta los cazadores de libros, pasando por los libroquimistas o incluso las Catacumbas. Se nota que hay un duro trabajo detrás, y no me refiero a documentación sino a una organización tremenda a la hora de crear la ambientación. Ayudan mucho también las ilustraciones de diferentes personajes y lugares, te haces una idea de cómo son cada uno de ellos… y menos mal, porque hay cada uno que se hacen difíciles de imaginar. Me habría encantado que hubiera más ilustraciones, pero supongo que no se puede tener todo en esta vida :(
Vale, por si no os había quedado claro que sí, que tenéis que leer este libro y cuanto antes mejor puesto que os estáis perdiendo un enormísimo placer, os sigo comentando. Aunque tenga más de 400 páginas (y asuste un poco porque parece más grueso de lo que es), se lee en dos suspiros contados, porque desde que el protagonista sale de la Fortaleza de los Dragones hasta que termina nuestra historia, no van a dejar de pasar cosas. Cosas buenas, cosas malas, cosas que te dejan sin respiración, cosas con libros, cosas de libros… y todas ellas relacionadas con el mundo de la literatura. Vaya, que me quiero mudar a Zamonia. La única pega que he podido encontrarle es que hay muchos seres a los que no se les da importancia (evidentemente, no tienen nada que ver con la historia) y me he quedado con ganas de saber más de ellos. Desde luego que en cuanto pueda buscaré los otros libros del autor y los leeré encantada.
La ciudad de los libros soñadores, de Walter MoersLa ciudad de los libros soñadores es una novela entretenida, interesante y que derrocha amor por los libros por los cuatro costados. Nuestro protagonista, un dragón con el que no nos costará identificarnos, se las verá y deseará para cumplir los deseos del malvado escritor… a quien, tened por seguro, volveré a leer más pronto que tarde.

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