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La ciudad libre de christiania

Publicado el 06 enero 2014 por Pinceladasdeunamicroviajera @microviajera
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La bandera de Christiania, con los puntos de sus tres íes. Foto: Sara Gordón

En 1971 unos padres quisieron encontrar un lugar en el que sus hijos pudieran jugar libremente en contacto con la naturaleza y derribaron la valla de un cuartel militar abandonado. Este hecho que podría haber sido insignificante se convirtió en el desencadenante de un movimiento que ha pasado a la historia, a partir de este momento los acontecimientos se sucedieron para dar lugar a la ciudad libre de Christiania. El barrio se encuentra en un punto céntrico de Copenhague que antiguamente fue un puerto pesquero, ocupa un área de 34 hectáreas del barrio Christianshavn. Cuando atraviesas la puerta de madera en la que se anuncia la entrada a la ciudad libre el paisaje de la capital danesa cambia totlemente. Puestos callejeros, casas recicladas y ecológicas, calles sin asfaltar, ausencia de coches, galerías de arte y muchos espacios abiertos de naturaleza. Una parte del barrio es un lago sobre el que están construidos los muelles de algunas de las casas autoconstruidas, para poder apreciar bien las maravillosas vistas de este lago, el bosque y las casas que se mezclan con el entorno hay un mirador de madera sobre un árbol.

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Paseando por las calles y disfrutando de los graffitis. En principio no se pueden sacar fotos dentro del barrio, sobre todo para que no salgan los habitantes. Foto: Sara Gordón

Christania está hecho de victorias y luchas. En pocos lugares del mundo existe dentro de un estado político una comunidad de vecinos que se declare independiente y apolítica, todas las decisiones se toman por consenso y diálogo y no por mayoría. Han intentado echarles muchas veces, han hermanado con otros movimientos parecidos a ellos, han grabado discos, han hecho teatro… el arte siempre ha sido su vía de comunicación y protesta. Tienen un “acuerdo” con el gobierno danés, que si bien es frágil, hasta ahora se ha venido cumpliendo, por el cual no pagan impuestos, así que los habitantes de Christiania sólo pagan el agua, la luz y la basura. Hasta hace poco habían ocupado “ilegalmente” los terrenos y en el 2012 decidieron comprar gran parte del barrio con el propósito de mantenerlo comunal. Esto quiere decir que pertenece al colectivo y no a personas individuales, no puede venderse y se paga un alquiler comunitario a parte de las facturas. Pero lo que más problemas ha acarreado a la comunidad ha sido el consumo legal de drogas blandas dentro de los límites de la ciudad libre. Hubo un momento en 1979 en el que los vecinos tuvieron que replantearse su papel y fundaron varias clínicas de desintoxicación y echaron a los traficantes. Ahora cuando se pasea por Christiania se nota el olor de marihuana y sigue habiendo puestos de compra-venta regulados por la comunidad.

Vista del lago desde un mirador de madera.

Vista del lago desde un mirador de madera. Foto: Sara Gordón

Pero no quiero entrar en debates sobre las drogas en Christiania y demás costumbres, ya que hay mucha información en la web. Os quiero contar una costumbre navideña que estableció este barrio libre en 1974. Este año la comuna decidió celebrar una cena de navidad para pobres y solitarios y antes de la misma algunos vecinos vestidos de Papa Noel repartieron juguetes de los grandes almacenes por las calles del barrio. El estado intervino en el reparto y las imágenes de la policía pegando a los Papa Noel revolucionaron al mundo entero.  Desde entonces todas las navidades se celebra una cena gratuita a la que acuden más de 2000 personas.

Una de las puertas de entrada a Christiania.

Una de las puertas de entrada a Christiania. Foto: Sara Gordón

¡Larga vida a Christiania!


LA CIUDAD LIBRE DE CHRISTIANIA

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