No es ignota ni remota, no es oculta ni lejana,
ni apartada ni secreta, pero se guarda discreta
de la vorágine humana.
Es librera y literaria, es latina y palatina,
es sobria y es soberbia, majestuosa y sensata,
recatada, imponente, decimonónica y resurgente.
Es egipcia y medieval, animálica y florística,
es sabrosa y olorosa, taurina y motorística.
Es histórica y simbólica,
es mítica y alegórica,
es mística y mitológica.
Es artística, es barroca, es romántica y sencilla,
monuméntica y cinemática, victoriosa y rebeldista.
Es verde y roja y blanca, es azul y coronada,
por arriba se asoma al cielo,
por abajo se aleja cercana,
y un río majestuoso le da reflejos de plata.