«Un viaje de descubrimiento al corazón ignoto de la selva más densa del mundo»
Uno de los libros más fascinantes que nunca he leído es también un libro de búsqueda. A través de la selva amazónica está basado en los manuscritos escritos por el mítico coronel inglés Percy Harrison Fawcett que desapareció en las selvas de Brasil en pos de un sueño: encontrar una civilización perdida heredera de la Atlántida. Desde entonces, Fawcett se convirtió en una de las mayores leyendas del siglo XX y Steven Spielberg se basó en él para crear el personaje de Indiana Jones.
Cubierta de: ‘La Ciudad Perdida del Dios Mono’
La ciudad perdida del dios mono tiene mucho del espíritu que guió al coronel Fawcett, y que Douglas Preston ha plasmado en un magnífico libro de aventuras en el que narra la búsqueda y localización de la legendaria Ciudad Blanca como también era conocida, una aventura en el corazón ignoto de la selva más densa del mundo que propició uno de los grandes descubrimientos del siglo XXI.
Esta novela sobre una legendaria civilización precolombina combina lo mejor del periodismo, la novela histórica, el thriller y la investigación arqueológica.
Desde los días de Hernán Cortés han circulado rumores sobre una ciudad perdida con inmensas riquezas escondida en alguna parte de Honduras. Los pueblos indígenas hablan de ancestros que huyeron a ese lugar para escapar de los conquistadores españoles, y advierten que cualquiera que entre a esta ciudad sagrada enfermará y morirá. En 1940, el periodista estadounidense Theodore Morde regresó de la selva con cientos de objetos antiguos, asegurando haber encontrado la Ciudad Blanca. Sin embargo, se suicidó sin revelar su ubicación.
Tres cuartos de siglo después, en 2015, Preston había formó parte de una expedición a Honduras que localizaba una ciudad inexplorada en lo profundo de las selvas tropicales del país, una que pertenecía a una civilización aún desconocida. A bordo de un viejo avión monomotor, y gracias a un avanzado dispositivo láser (el LIDAR), descubrieron la imagen inconfundible de una metrópoli entre el denso follaje selvático. Aventurándose en esta tierra salvaje, Preston y el equipo de investigadores se enfrentaron a lluvias torrenciales, arenas movedizas, insectos portadores de enfermedades, jaguares y serpientes, entre ellas la peligrosísima Barba amarilla.
UTL, LLC / BENENSON Productions NCALM
Pero no fue la única ciudad localizada, como se muestra en el libro, el LIDAR mostró no una sino dos ciudades perdidas, y la segunda, tan grande como el núcleo de Copan, no se ha explorado en absoluto.
“Oímos de escorpiones y arañas que entran en las botas por la noche, por lo que teníamos que ponerlas bocabajo en estacas clavadas en el suelo y sacudirlas cada mañana. Habló de feroces hormigas rojas que plagan el sotobosque y que, al menor roce de una rama, llueven a raudales y se te meten en el cabello, te bajan por el cuello y muerden como locas, inyectando una toxina que requiere evacuación inmediata. Miren con cautela, nos advirtió, antes de poner la mano sobre cualquier rama, tallo o tronco. No avancen sin cuidado por la vegetación densa. Además de los insectos escondidos y las serpientes trepadoras, muchas plantas tienen espinas y púas capaces de sacar sangre. Teníamos que usar guantes en la selva, de preferencia de los de buzo, que sirven mejor para prevenir la entrada de espinas.” [Pág. 15-16]
Sin embargo, no fue sino hasta su regreso que la tragedia los golpeó: Preston y otros miembros de la expedición descubrieron que habían contraído en las ruinas una terrible enfermedad tropical incurable conocida como leishmaniasis mucocutánea que los jejenes (similares a los mosquitos comunes, pero de menor tamaño) les habían infectado, por la cual recibió tratamiento en los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.
Intrigante e impactante, plagada de aventuras estremecedoras y dramáticos giros de tuerca, La Ciudad Perdida del Dios Mono es el recuento verídico de uno de los grandes descubrimientos del siglo XXI.
Para terminar, la última frase del libro, que es como una premonición:
“Ninguna civilización ha sobrevivido por siempre. Todas avanzan hacia la disolución, una tras otra, como olas del mar contra la costa. Ninguna, incluyendo la nuestra, está exenta del destino universal.”
Lee y disfruta de un fragmento del libro.
Douglas Preston
El autor:
Douglas Jerome Preston (Cambridge, Massachusetts, 1956) trabajó como escritor y editor para el Museo Americano de Historia Natural y dio clases de escritura en la Universidad de Princeton. Ha colaborado con The New Yorker, Natural History, National Geographic, Harper’s, Smithsonian y The Atlantic. Es autor de varios aclamados libros de no ficción, entre los que destaca El monstruo de Florencia, y también, como coautor con Lincoln Child, de la exitosa serie de novelas del agente Pendergast, del FBI.
El libro:
La Ciudad Perdida del Dios Mono (título original: The Lost City of the Monkey God: A true Story, 2017) ha sido publicado por el Sello Literatura Random House del Grupo Penguin Random House. Traducción de Hugo López Araiza Bravo. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 390 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo un vídeo titulado La ciudad perdida del Dios Mono.
Para saber más:
La Ciudad Blanca en Wikipedia.