
Si pensamos en antisemitismo, lo primero que nos viene a la cabeza es la historia de la Segunda Guerra Mundial y el ascenso de Hitler al poder, pero la persecución hacia los judíos tiene mucha más historia. En primer lugar, los cristianos jamás asumieron que los judíos no aceptaran a Cristo como Mesías, lo que les valió ser acusados de cometer crímenes contra el cristianismo, además de ser expulsados de varias regiones europeas, sufrir la prohibición de tener tierras en propiedad, y recluirles en barrios marginales cuando no quedaba otra más que dejarles establecerse. Lo que la historia nos cuenta es que los judíos eran culpables de todo y de nada al mismo tiempo; es decir, si eran ricos, entonces eran usureros, y si eran pobres, entonces eran parásitos. Y no hay que olvidar que una de las acusaciones más extendidas era la de adueñarse de la economía de los países. ¿Solución? Quitarles las tierras. ¿Solución de los judíos? Dedicarse al comercio, con lo que volvían a ganar dinero, y vuelta a empezar de nuevo con las acusaciones de usureros. Básicamente, las últimas líneas que he escrito son una muestra de que se llegaba a perseguir a los judíos tan solo por tratar de sobrevivir como podían, o como les dejaban.

Esto fue exactamente lo que hizo Leo Strakosch, tratar de recuperar su vida de la mejor forma que podía. He tenido muchas dudas a la hora de plantear esta última parte del ensayo, porque temo estar destripando una parte muy importante de la novela, que es explicar por qué Leo encaja también con el imaginario colectivo del judío conspirador, convertido en una sátira gracias a la mano de Bettauer. Y explicar cómo una sola persona se las ingenia para conducir a todo un país a la misma dirección, es decir muchísimo. Sin embargo, no es que Leo haga una jugada maestra de una sola vez, sino que enlaza "conspiraciones" una detrás de otra hasta llegar al punto final, así que lo que voy a analizar ahora no es ni más ni menos que el ejemplo representativo de lo que expliqué en el primer párrafo, y en especial, de lo que dije en la última línea. No obstante, si preferís descubrirlo por vosotros mismos, os aconsejo que dejéis la lectura en este punto.
Si no puedes con el enemigo, únete a él... para cambiar su punto de vista. Eso es todo lo que necesitáis saber sobre la estrategia de Leo. Él sabe que no puede limitarse aceptar que la vida de los judíos en Austria quede hecha trizas a causa de una ley, pero es lo suficientemente avispado como para saber que si se quiere cambiar el sistema, hay que hacerlo desde dentro. ¿Y a quién puede convencer Leo de que lo mejor para el país es traer de vuelta a los judíos? Pues a los comerciantes cristianos que veían cómo sus negocios se iban a pique ante la ausencia de clientes. ¿Y cómo iban los comerciantes a lograr tumbar una ley decretada por el gobierno? Pues fundando ellos su propio partido. Y si no lo creeis posible, prestad atención a la labia que emplea Leo Strakosch para convencer a uno de estos comerciantes cristianos:
"¡Usted es el hombre para hacer realidad ese sueño! Todavía nos separan unas semanas de las nuevas elecciones. Son más que suficientes para formar un partido burgués que integre elementos progresistas, comerciantes de prestigio, eruditos, juristas, artistas y fabricantes, con el lema abierto y sin tapujos: ¡Supresión de la ley de excepción contra los judíos!
La estrategia de Leo no tiene comparación, pero como os he dicho, esta es solo una pieza encadenada en un largo engranaje de planes trazados por él para conseguir un único objetivo, y os sorprenderá saber que ese objetivo primordial no es en realidad poder quedarse en Austria, sino poder casarse con su prometida, Lotte. La ciudad sin judíos, a pesar de las obvias motivaciones de protesta social, también es una historia de amor donde Leo y Lotte son los Romeo y Julieta de Austria, obligados a separarse por una causa mucho mayor que la rivalidad entre familias, pues ella es cristiana. Hay que destacar además que Lotte conoce el secreto de su prometido, sabe lo que se trae entre manos, así que de alguna manera también podemos considerar que es una lucha de dos contra el mundo.
Puestas así las cosas, no nos queda más remedio que admitir que los antisemitas de la novela tenían razón, pues desde luego que hubo una conspiración judía, aunque todo fuera obra de un solo judío "manipulador". Lo que hay que pensar ahora, es que puede que esa manipulación nunca hubiera existido si el judío en cuestión no se hubiera visto obligado a hacerlo para subsistir. Me remito a lo que dije en el primer párrafo de esta entrada. Y digo más, con esto también se confirma que los antisemitas de la novela tenían motivos de sobra para temer a los judíos, teniendo en cuenta que uno solo fue capaz de desbaratar todos sus planes. ¿Qué hubiera pasado si todos ellos se hubieran puesto de acuerdo?
Curiosidades que hay que saber:
- Hoy en día, Bettauer hubiera sido considerado uno de los escritores más prolíficos de Europa de no haber sido porque en 1925 fue asesinado por un activista nazi; salió de la cárcel a los pocos meses.
- Cuatro meses después de su muerte se publica Mi lucha, de Adolf Hitler
- Uno de los hijos del escritor fue deportado a Auschwitz.
- Se vendieron 250.000 ejemplares de la novela, que para los años 20 era una cifra abrumadora.
- Antes de la subida de los nazis al poder, se realizaron tanto obras teatrales como una película muda sobre la misma.
- La novela ha empezado a ser reeditada hace tan solo 15 años, tras muchos años relegada al olvido por el régimen nazi.
Documental: En busca de la historia: un engaño mortal
Discurso de Hitler sobre los judíos
Película: Die Stadt ohne Juden (La ciudad sin judíos) (fragmento)
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Fuente de las imágenes:
http://www.jotdown.es/wp-content/uploads/2013/02/Holocausto-4.jpg
https://bradanovic.blogspot.com.es/2006/09/judos-en-arica.html
