La clave para elegir la opción correcta…… cada vez!!
El final de un año y el comienzo de otro suele ser un momento de revisión para muchos de nosotros. Revisión de lo que ha ocurrido, de lo que hemos aprendido, de lo que hemos conseguido y de lo que se ha quedado a medias o sin empezar.
De esta revisión pasamos a mirar hacia el año que tenemos delante y nos preguntamos ¿y este año qué? ¿qué quiero hacer? ¿en qué proyectos me gustaría poner mi energía? o ¿a qué me apunto?
En alguna otra ocasión la claves para elegir dentro de la multitud de cosas a las que podemos dedicar nuestra atención y energía que he compartido con vosotros son:
- Clarificar primero cuál es la intención y el objetivo del proyecto, actividad, curso, etc y responder a la pregunta ¿es esto importante para mí ahora?. Si no lo es, ¿qué es importante para ti en este momento?. Y una vez que estás satisfecha con esta respuesta entonces reduces la búsqueda a aquello que te permita conseguirlo.
- Escuchar la sabiduría de tu cuerpo. Así, cuando pienses en las diferentes opciones lleva la atención a tu cuerpo y a tu corazón y observa cuál es la reacción de ambos. Esta reacción te dará información sobre lo que despierta cada una de las opciones y como te harán sentir. Algo que te puede ser muy valioso a la hora de elegir.
Sin embargo ayer, leyendo el artículo de la newsletter de Robert Middelton, uno de mis mejores maestros en el arte de comunicar y poner en palabras el trabajo y servicios que realizo, me di cuenta de que hay una clave todavía más esencial. Una clave para acertar siempre a la hora de elegir.
Una clave para elegir la opción correcta… cada vez!!!
En el artículo compartía con nosotros una de las razones por las que le era muy fácil decidir qué programas iba a poner en marcha en el nuevo año y por la que además sus programas tenían el éxito que tenían.
La razón que nos daba es: que una vez que tomaba la decisión, toda su energía y pensamientos iban dirigidos a hacer que los programas que había elegido fueran un éxito. Al hacer esto dejaba en un plano secundario todos los posibles obstáculos que se podían poner en su camino como pensamientos del tipo “y si no le interesa a nadie”, “y si no tengo suficientes ideas como para llenar el programa”, “y si el otro programa llama más la atención”…
Todos y cada uno de estos pensamientos tienen el potencial de paralizarnos, entorpecernos, de despertar nuestra mediocridad en vez de nuestra excelencia y, ciertamente, de hacer que la elección que hemos tomado no nos lleve a buen puerto.
Y es aquí donde se revela la clave:
“El verdadero acierto no está en elegir la opción correcta, sino en hacer correcta nuestra elección”
Y esto lo podemos hacer enfocando toda nuestra atención y energía en disfrutar al máximo de nuestra elección, sacarle el mayor beneficio y aprender de ella.
De esta forma, el que sea correcta o no, está totalmente en nuestras manos, y será nuestro comportamiento y los pensamientos o creencias que decidíamos alimentar después de haber tomado la decisión lo que influirá en el resultado de ésta.
De ahí, que aunque clarifiquemos nuestra intención y propósito, escuchemos a nuestro corazón y la opción que elijamos esté alineada con ambos, si una vez que tomamos la decisión dedicamos nuestro tiempo a cuestionarnos si era la correcta o no, pensar en lo que podía haber tenido de haber elegido otra opción, o algo parecido, incluso si era la decisión “correcta” la experiencia que tendremos será de no haber elegido bien.
Enfocarnos en vivir el momento presente al máximo y no compararlo con lo que podía haber sido resulta ser la clave, no sólo para hacer de cualquier elección la elección correcta, sino que además, nos abre la posibilidad de hacer de cada día de nuestras vidas, y por lo tanto de cada año, ¡el año perfecto!