Revista Opinión

La cleptocracia imperante en España

Publicado el 27 febrero 2012 por Ciberculturalia
La cleptocracia imperante en EspañaCon razón la última encuesta del CIS señala que la segunda preocupación de los españoles es la corrupción. Y es que vivimos en una auténtica "cleptocracia"
Los casos de corrupción en cualquiera de las administraciones públicas, aunque con mucha mayor frecuencia en la municipal y en la autonómica, se multiplican.
Lo más grave de ello es que la sociedad en su conjunto lo acepta como algo "corriente".  Difícilmente, si no fuera así, se explicaría que políticos corruptos sigan en las listas de sus partidos respectivos como elementos activos y además que en su momento sigan siendo votados por los ciudadanos. 
Y así llegamos a una situación muy alarmante en la vida pública española. 
Ayer en el estupendo programa de Jordi Évole, "Las dos justicias", el ex fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, José María Mena, definía la situación de corrupción en España como "Cleptocracia".
Casos como el de Palma Arena en Baleares, o el de Millet en Cataluña, o el de Gürtel en Valencia o los ERES en Andalucía, son sólo los casos más sonados, pero hay miles de casos que no salen a la luz pública porque son de menor cuantía,  pero que muestran el sentir permisivo de los ciudadanos ante la corrupción. 
Vimos el otro día como el presidente de Alemania dimitía, bien dimitido por cierto, por utilizar su cargo de forma incorrecta. Tema por el que dimitió de menor gravedad que los casos que vemos  con demasiada frecuencia en España.
Lo más preocupante es que nuestra sociedad, me refiero a la española,  es muy permisiva en los casos de corrupción y se convence de que el que puede intenta beneficiarse, hasta que le "pillen".
Tiene que haber un pacto de estado para adoptar duras medidas contra cualquier tipo de corrupción. Una durísima mano para todo aquel que ejerciendo un cargo público, funcionario, político, etc., etc., se deje "regalar" como agradecimiento de los favores hechos al ciudadano de turno.
No sólo hablo de malversación, de fraude, de robo... de los grandes delitos,  que por supuesto. Hablo también de algo muy extendido en el hacer cotidiano. Hablo de que no podemos admitir como válido ni aquel que nos ofrece no hacernos factura para beneficiarnos de no pagar el IVA o de aquel que recibe  regalos como compensación a su obligada dedicación profesional.
Regalos costosos como bolsos a la señora Barbera o ya sin nombre y apellidos, regalos que algunos profesionales reciben como agradecimiento a su "obligada" dedicación están a la orden del día y mientras esto no se erradique, existirá siempre la corrupción. ¿Dónde ponemos el límite a un regalo, en 1000 euros, en 200, en 50, en un millón?
Creo que la sociedad española tiene un grave problema y ese se llama "corrucpción". Tiene que haber un cambio absoluto en nuestra mentalidad, de forma que cualquier corrupto sea aislado por la propia sociedad. No habría casos como los Fabra, los Camps, los Mata, los Millet, ejerciendo cargos públicos. 

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