Título: La cocineraAutora: Coia Valls.Editorial: Zeta Bolsillo, 2015Páginas: 400.
Resumen oficial.
Barcelona, 1771. La joven Constança Clavé, de dieciséis años, deja la lejana ciudad de Lima tras la muerte de su padre, un diplomático al servicio del virrey Manuel de Amat, para iniciar un largo periplo hasta Barcelona y reunirse con sus abuelos.
Lleva paisajes, gustos y texturas grabados en la memoria, y viaja con su única herencia: el cuaderno de recetas de quien fue su primer maestro en la corte peruana, el chef Antoine Champel. En Barcelona, Constança sueña con convertirse en una gran cocinera, aunque su condición de mujer le cerrará muchas puertas.
No obstante, se abrirá paso con coraje y pasión entre las calles de una ciudad convulsa, moviéndose entre los grupos que llaman a la revolución y aquellos otros que frecuentan salones más refinados y exquisitos: una esfera de poder donde se mueven personajes fascinantes, como el que fue considerado el primer gastrónomo de la época, el barón de Maldà.
Impresión personal.
La verdad es que durante la lectura de esta novela he tenido en algunas ocasiones sentimientos encontrados y por motivos diferentes, algunos muy personales que nada tienen que ver con la trama. En general, La cocinera me ha gustado bastante sobre todo, porque me ha parecido muy original el encuadre tan histórico de la novela partiendo de un elemento tan específico como la cocina y el uso de los alimentos. La Cocinera es una novela histórica (siglo XVIII) que parte desde Cartagena de Indias a la ciudad de Barcelona y que nos recrea el crecimiento que comienza a sufrir la ciudad, no sólo desde el punto de vista urbanístico, sino de población, de protestas obreras, de resistencia de las clases dominantes y de la emergencia de una clase burguesa que ansía el poder; todo ello contado a través de los ojos, primero inocentes, y las andanzas de Constança Clavé, una chica de apenas dieciséis años que adora la cocina y la convierte en su objetivo de vida. Sin embargo, la propia protagonista a veces me ha resultado demasiado irreal en las cosas que hace para las experiencias vividas. A veces me ha resultado demasiado atrevida para la época y sus circunstancias y otras me ha parecido demasiado dócil en relación con comportamientos anteriores. Es difícil de explicar y ya he apuntado que es una sensación totalmente personal que quizás tenga otras raíces en la propia historia más que en el personaje.
La historia de Constança comienza con su partida de Cartagena bajo la protección de Joaquín de Acevedo, cuya familia durante el largo trayecto en barco acaba odiándola y amenazándola en el futuro. El viaje en barco se me ha hecho algo largo pero pensé que efectivamente, el papel de la familia Acevedo, sobre todo, de la malvada de su mujer y el estúpido de su hijo mayor, iban a tener un papel mayor en la vida de Constança en Barcelona. Es cierto que vuelven a aparecer pero realmente su actuación tiene muy poca relevancia en todo lo que le acontece a la chica, para que su papel en el barco sea tan relevante y tan largo.
El devenir de la vida de Constança en Barcelona ocupa el resto de la historia, aunque se producen capítulos de recuerdo donde la chica rememora sus encuentros con su amigo peruano Iscay, un personaje inteligente por su sentido común y su amor por la naturaleza y, sobre todo, por su lealtad y amor por Constança. Junto a ella en Barcelona aparecen otra serie de personajes secundarios que con mayor o menor importancia van acompañando a la protagonista en su camino, como su fría y soberbia abuela (Jerónima), su comprensivo y cariñoso abuelo (Ventura), la cariñosa y dependiente criada de su abuela (Vicenta). Destaca el papel del gastrónomo Monsieur Plaisir, un verdadero farsante que parece basar su fama en el buen hacer de sus empleados y que se aprovecha de Constança todo el tiempo que puede, tiempo que ella aprovecha para formarse y poder desarrollar su don culinario.
La Boquería-Siglo XVIII
Me ha encantado la manera en que la autora mueve a los protagonistas por la Barcelona del siglo XVIII, una Barcelona convulsa donde empiezan a emerger nuevas clases sociales que se empiezan a rebelar contra el modelo cuasi-feudal que aún perdura. Nuevas profesiones y nuevos profesionales, mercados en ebullición entre Cartagena, Barcelona y Sevilla y la llegada de nuevos productos culinarios como la patata, que solucionará el hambre de las clases más populares. La llegada de nuevos productos hace que la cocina tenga que ser imaginativa, por necesidad, y por ello el libro se regodea en contarnos olores y nuevas combinaciones que realiza la protagonista para sacar jugo a los componentes de sus recetas. Todo bajo los consejos escritos en su día por su tutor, el cocinero del Virrey de Perú.La novela tiene buen ritmo y sólo en algunas ocasiones he tenido la sensación de que algunas cosas sobraban, como ya he comentado con el viaje en barco. Pero incluso en el barco no dejan de pasar cosas y la manera de contar la historia tiene ritmo, tanto como la cantidad de cambios que se operan en la propia personalidad de la protagonista. Un proceso de maduración rápido por las circunstancias que le toca vivir y por los sueños que espera conseguir. Una protagonista luchadora, idealista y terca como una mula, pero tan sensible como buena cocinera.
Si os gusta la historia contada de forma amena y original, éste es vuestro libro. Si os gusta la cocina y sus secretos también. A mi me ha gustado y esa mezcla de ingredientes entre historia y gastronomía me ha parecido un plato estupendo de degustar.