La codicia

La riqueza semeja al agua del mar: cuantomás se bebe de ella, tanto más sediento se vuelve uno (Arthur Schopenhauer)

El cambista y su mujer (1539), de Marinus
Museo del Prado

Se hapublicado una noticia de primerísimo interés: el bipedismo en la especie humanaes consecuencia de la codicia. O al menos esta es una de las posibles lecturas,muy ligera por mi parte, de un estudio publicado en SciencieDaily. Un equipo internacional de investigadores hacomprobado esta práctica en un grupo de chimpancés: al parecer, utilizan laposición erguida para poder transportar recursos escasos y así acumularlos yevitar que puedan caer en las garras de otros miembros del grupo.La biologíaha demostrado, por tanto, que la codicia es uno de los principales motoresevolutivos. La biología y la antropología ha sustraído un concepto esencialdentro del ideario mítico del cristianismo, uno de los pecados capitales siasimilamos codicia y avaricia, y lo ha convertido en motor evolutivo -adaptativo. Y de nuevo, a lo largo de la historia, hemos cambiado las formaspero no la esencia. Hemos sido capaces de desarrollar métodos cada vez másefectivos para satisfacer las necesidades impuestas por la codicia.

Fotografía: Aaron Logan - Fuente

La codiciaha conseguido ponernos en pie. La codicia nos ha enseñado a disponer de losrecursos naturales de forma abusiva hasta ser capaces de transformar a lapropia naturaleza mediante su destrucción despiadada. La codicia hacondicionado a una especie para que sea capaz de desarrollar mecanismos dedestrucción masiva capaces de aniquilar de forma industrial a nuestros propioscongéneres. La codicia ha hecho y todavía hace que cada vez sean menos los quemás tienen y más los que menos, obligando a que casi la mitad de la poblaciónmundial, actualmente, sobreviva con menos de dos dólares diarios. Interesante el papel de la codicia en laevolución humana.Leer el artículo en español o en inglés