"Me gustaría que llegase el día en el que no importara si eres hombre o mujer para ejercer cualquier profesión. ¿Quién dice que no podemos conseguir lo que nos propongamos solo por ser mujeres?"
" James aplicó al herido fenol en la herida y éste respondió con un respingo y un gemido. Gritó después, al sentir el instrumental médico hurgando en su hombro herido. La solución de ácido carbólico rebajada que le habían aplicado no era suficiente para anestesiarlo del dolor. " (pág. 426)
Tras haber leído durante el estado de Alarma la novela corta "Doce horas" que me hizo descubrirla , deseaba leer algo de más enjundia de Mayte Esteban para no quedarme con la idea de escritora que esa novelita corta y de circunstancias había dejado en mí. A instancias de Mónica-Serendipia adquirí y he leído con sumo gusto "La colina del almendro"; tras finalizarla no puedo por menos que declarar mi plena satisfacción pues la buena escritora que detecté en "Doce horas" en esta extensa narración se me ha confirmado plenamente.
Como en la reseña que en julio escribí sobre "Doce horas" dejé un extenso perfil biobibliográfico de Mayte Esteban, voy a omitir aquí su magnífica trayectoria literaria. Quien quiera conocer otros títulos de esta arriacense le invito a pasarse por esa entrada [ leer reseña aquí ]. Sólo añadiré que tras "La colina del almendro" (2019) Mayte Esteban ha publicado en abril de este año la novela "Brianda: Una bruja en tiempos de la Inquisición" y que ahora mismo tiene en preventa "Años de mentiras", su última obra de ficción que se podrá comprar en las librerías a partir del próximo día 2 de septiembre. Autora prolífica, como se ve.
Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
El mundo y la vida de Mary Ellen se quiebran cuando su padre, el conde de Barton, entra en su cuarto. Ha decidido casarla con un rico comerciante sin rastro de nobleza afincado en Boston. Mary no puede creer que su padre renuncie a que su prometido sea aristócrata, pero sabe que de nada le servirá protestar. Ha sido educada para aceptar que todas las decisiones de su vida las tome el varón de la familia. Tras una precipitada boda, se ve obligada a trasladarse a Londres desde Almond Hill. Poco después de llegar a la ciudad, Mary descubrirá los secretos que encierra su extraña boda. Y también que al corazón no se le puede atar con un contrato. Ambientada entre el final de una época y los convulsos años que marcan el principio del siglo XX, 'La colina del almendro' es una historia de venganzas, supervivencia, amor y guerra.
Mi opinión
Interesante novela la de Mayte Esteban, autora que se sabe mover con soltura por terrenos literarios resbaladizos cuales son la novela romántica, la novela bélica y hasta me atrevería a denominar la novela feminista. En los tres campos narrativos sale la escritora airosa.
"La colina del almendro" distribuye su trama en tres claras partes: Una primera en la que se muestra la situación de la mujer de clase acomodada anterior al estallido de la I Guerra Mundial. En ella el conde de Barton y su propiedad Almond Hill languidecen en medio de deudas ingentes provocadas por la ineficaz gestión del patrimonio por parte del propio conde, Richard Davenport, y de su sobrino Charles. Ambos viven sólo por y para el alcohol, y en el caso del joven Charles también para el juego y las prostitutas. La solución a todos sus males se le aparece a Richard de la noche a la mañana en forma de petición de la mano de una de sus hijas por parte de un acaudalado norteamericano residente en Boston, John Lowell. Si se la concediera, el tal mr. Lowell, que se casará por poderes, atenderá a su joven esposa y a su suegro con una dotación de unas dos mil libras mensuales. Como digo, la solución a todos los males está servida.
En la segunda parte, casada ya una de las hijas Davenport con el desconocido caballero americano estalla la Guerra contra Alemania. Mary Ellen, por deseo de su marido, vive en Londres en la casa que él tiene allí. Todo parece ir bien, pero el estallido bélico y los manejos de su primo harán que la vida en la capital inglesa sea cada vez más difícil para ella y la escasa servidumbre que la atiende y que ella trata de igual a igual. Se consolida en esta parte la atracción sentida entre el médico James Payne y la joven Mary desde que en la Primera Parte se conocieran casualmente en el tren que la llevaba a Londres tras su casamiento por poderes con John. A pesar de no conocer aún a su marido, Mary siempre se mantiene fiel a sus deberes conyugales evitando los encantos del joven médico. Cuando el enigmático americano por fin aparece en Londres sorprendentemente se mantiene apartado de su bella esposa sin exigirle débito conyugal alguno. ¿Por qué? Hay que leer, amigos míos, para enterarse de qué va la cosa. Sólo diré que en esta segunda parte John Lowell volverá a USA donde tiene unos prósperos almacenes y una vida grata. Al saber de los problemas que su joven esposa padece como consecuencia de la Guerra y de su antipático primo decidirá volver pese a que la guerra está en pleno auge y los submarinos alemanes en 1916 ya son de una letal efectividad. Así su barco será hundido frente a las costas inglesas.
En esta segunda parte los postulados teóricos del movimiento de las sufragistas inglesas a cuyas reuniones James Payne había invitado a la joven Mary en la primera, empiezan a materializarse en las acciones que ella deberá de emprender. Son trabajos que ejecuta en principio por necesidad pero con una fuerte determinación que la acompañará desde ese momento haciendo claramente de la necesidad virtud.
En la tercera parte es donde el relato más se convierte en novela bélica. A mí las descripciones de la vida en las trincheras durante la batalla del Somme (esta batalla tuvo lugar en 1916), las heridas y terribles operaciones que el dr. Payne realizará junto a la enfermera Elsie y la dura vida de los combatientes que están abocados a la muerte en cualquier momento me ha encantado leerlas. Es más, por puro azar ha coincidido mi lectura con haber visto por TV la magnífica película de Sam Mendes, "1917" (la acción en ella sucede durante la denominada Operación Alberich en que los alemanes por pura estrategia se retiraron a la línea Hindenburg). Contemplar en imágenes lo que ya me había imaginado leyendo a Mayte me ha hecho reconocer la enorme altura que como autora esta mujer tiene. Mayte Esteban logra transmitir con la pluma esas sensaciones durísimas que Mendes realiza con imágenes, y en mí el efecto recibido por ambos es muy parecido, diría incluso que idéntico, o sea, perfecto. Sí, me han gustado mucho esos momentos de belicismo.
Por otra parte como es lógico en esta 3ª parte todo va encajando y se va ir solucionando de la mejor manera posible. En este sentido no hay sorpresa alguna, diríamos que triunfa el bien sobre el mal, como no podía ser de otra manera. Es más, como es propio de la novela romántica, en esta parte final pero también a lo largo de todo el relato tenemos bodas: unas deseadas, otras no tanto, y alguna también ciertamente frustrada.
Envolviendo todo lo que acabo de contar está el proceso de liberación vivido por las mujeres sufragistas inglesas desde antes de la Guerra. Muchos de los nombres de estas mujeres precursoras ( Mary Richardson, Emmeline Pankhurst, Emily Davison, Louisa Garrett Anderson...) son auténticos; su lucha por la igualdad de derechos con los hombres aparece en el relato mezclándose sus figuras históricas con los personajes de ficción ( Sra. Harris, Mary Ellen, las dos niñas que sirven en su casa; Virginia y Sabine, etc.) entrando la novela por esto y por el contexto de la guerra mundial en que la acción sucede a tocar al menos de refilón el género de la novela histórica. Son totalmente reales e históricas las referencias que se hacen de la dura represión por parte del poder de esta lucha feminista mediante cargas policiales, encarcelamientos e incluso alguna muerte, así como la entrada de la mujer en las cadenas de producción de las fábricas durante la Guerra ante la falta de mano de obra masculina está totalmente documentado.
La vida de las personas ya no sería la misma tras esta experiencia bélica. Acabada la contienda se intentó que las aguas volvieran a su cauce procurando volver a relegar a las mujeres al ostracismo hogareño. Sin embargo la semilla ya estaba echada pues tras el paso por las fábricas las mujeres habían tomado plena conciencia de su capacidad laboral en igualdad con los hombres; por ello al poco las sufragistas inglesas conseguirán que las mujeres (no todas, sólo las mayores de 30 años siempre que pudiesen demostrar tener alguna propiedad importante) voten, y diez años más tarde ya lograrán que la edad de voto se equipare a la de los hombres, 21 años.
Dado el asunto que se presenta, la desaparición o inicio de disolución de una clase clase alta aristocrática e ineficiente en beneficio de una clase burguesa que valora el trabajo y tiene en alta consideración a quienes trabajan para ella, la novela entra en muchos momentos en la tendencia de la narración romántica, rosa o del corazón tipo aquellas novelas victorianas escritas por Jane Austen que tantos adeptos tienen aún hoy día. Los registros de esta tendencia los conoce y maneja la novelista con acierto y perfección. Lógicamente el siglo XXI no es el siglo XIX con lo que no hay que buscar estrictas coincidencias y sí un tono, una cierta evocación
El cuello se adornaba con una pajarita en rojo y una fila de dieciocho botones lo cerraba por delante. Las mangas eran estrechas y se terminaban en un puño que hacía juego con las solapas de la inexistente camisa, puesto que esta no era nada más que un trampantojo. Todo el vestido estaba hecho de una sola pieza. La falda se estrechaba hasta por debajo de las rodillas, marcando la silueta, y desde allí ampliaba ligeramente el vuelo con cinco franjas horizontales de cinta. (pág. 170)
James dudó unos instantes, pero al final se dejó llevar. Agarró la cara de Mary con ambas manos, apartó las lágrimas con los dedos y primero posó sus labios en la frente. Después estos recorrieron el camino de la nariz, dejando un reguero de besos y se pararon en su boca, en un intenso beso. (pág. 229) [la palabra inicial la oculto a fin de no incurrir en posible spoiler]
En línea con esta rememoración de la novela victoriana, si bien no en el campo del romanticismo y sí en el del sentimentalismo y la emotividad, creo entrever a los personajes de Dickens en varios momentos del relato
-¡Fuera, chusma!- les gritó una criada[...]
Era casi media tarde del sábado y, cansadas de andar, mojadas y hambrientas, se refugiaron en la entrada de una casa. Sacaron un trozo diminuto del pan que les había dado la panadera del fondo del saco y lo compartieron en silencio.
Muchísimas más cosas, todas ellas positivas, cabría decir de esta muy entretenida, interesante y muy bien escrita novela, que fluye con naturalidad y logra emocionar en muchos momentos. Mayte Esteban sabe manejar los tiempos y mover hacia arriba o hacia abajo el diapasón de los sentimientos. En esto como en tantos otros aspectos me parece una maestra total. La lectura de "La colina del Almendro" me ha confirmado encontrarme ante una buena escritora que sin duda alguna merece ser leída por todos.