Revista Cine

La colmena

Publicado el 24 febrero 2015 por Ganarseunacre @ganarseunacre

LA COLMENA (1981)

Por Juan Carlos Vinuesa

LA COLMENA
FICHA TÉCNICA:Título original: La colmena Año: 1982Duración: 105 min.País: EspañaDirector:Mario CamusGuión: José Luis Dibildos en la adaptación de la novela del mismo título de Camilo José Cela.Música: Antón García AbrilFotografía: Hans BurmannReparto:José Sacristán, Victoria Abril, Luis Escobar, Charo López, Ana Belén, Fiorella Faltoyano, Concha Velasco, José Luis López Vázquez, Francisco Rabal, José Sazatornil, Antonio Resines, Francisco Algora, Mary Carrillo, Emilio Gutiérrez Caba, Elvira Quintillá, Luis Ciges, Imanol Arias, Agustín González, María Luisa Ponte, Camilo José CelaProductora: Ágata Films
La Colmena fue una película que llegó al espectador patrio con una aureola parecida a nacer con un pan bajo el brazo.LA COLMENA
Película de productor —ahora esto no es una costumbre en el cine nacional— Dibildos supo reunir los elementos necesarios para salir de una curva cerrada pisando el acelerador, en su proyecto más ambicioso y saborear las miles de una larga carrera frecuentemente infravalorada[1]. El fallecido Cela tenía sobrada personalidad literaria y reconocimiento popular para avalar cualquier proyecto basado en su dilatada obra[2]. Mario Camus es el perfecto técnico que sabe distanciarse de una pretendida realización de autor y encajar en el cine comercial productos de gran calidad: maestro de adaptaciones desde Galdós a Aldecoa, pasando por Miguel Delibes, Los Santos Inocentes (1984). La acertada elección de actores constituye casi acta de la historia del cine español —desde los Paco Rabal y López Vázquez hasta las incorporaciones de Mario Pardo y Victoria Abril— y cumple una doble función: asegurar la baza comercial y otorgar calidad a un producto en el que desfilan sesenta personajes, que de no resultarnos familiares, sus rostros generarían gran confusión (Martín Marco, se convierte desde los primeros momentos en José Sacristán; Victoria, en Ana Belén, etc.). La Colmena es el resultado de ese difícil equilibrio entre calidad y comercialidad logrado por el esfuerzo de un productor con tesón.

Desde que en 1955 se adaptara al cine la famosa novela de Sánchez Ferlosio, El Jarama, la temática de posguerra ha sido una constante del cine español, la más de las veces, tediosa y partidista.

Era hora también de abordar el tema lejos de planteamientos maniqueístas, sin tratar ni maltratar del conflicto posturas ideológicas derivadas del mismo. Lo que la novela no queda tan claro (Martín Marco no es detenido, pero se insinúa que lo será y más bien por motivos políticos) es depurado en el guión para describir, desde el punto de vista exclusivamente humano, el tipo social que genera una crisis, sin que ésta derive necesariamente de una guerra. El ambiente social descrito adquiere universalidad y vigencia para cualquier situación de penuria.

Esta oposición podía acercar la película peligrosamente a los derroteros del melodrama y la sensiblería. La historia reúne todos los ingredientes necesarios: la joven que lucha por salvar a su novio tuberculoso, aunque tenga que prostituirse para conseguir el dinero y soportar las bofetadas y reproches de su madre. La apacible prostituta venida a menos, que sobrevive esperando al hombre rico que la salve. La crueldad dominante y el menosprecio de la dueña del café con sus sufridos empleados. La solidaridad que otorga un prostíbulo al ser más indefenso de la humanidad. El ingenuo ensueño de poetas pobres que aspiraban al gran premio. La miseria compartida, el engaño para subsistir y el auto engaño para salvarse. Estraperlos, adulterios, compasión mutua. Moral de alegría, habitantes de colmena urbana que programan su galantería y educación —su propia existencia— muy conscientes de moverse en el estrecho marco de la legalidad con una sola misión sobrevivir incluso a costa del honor.LA COLMENALA COLMENA
La meditación está implícita en la propia historia. Demasiado real, demasiado humano. La tristeza tratada con dulzura, los personajes con cariño. Todo queda salvado sin tentativas melodramáticas por una puesta en escena rigurosa, sin aspavientos y los continuos toques de humor no exentos de ironía.LA COLMENA
La propia novela nos dosifica inteligentemente la acción saltando de un personaje a otro sin agotar la secuencia, manteniendo el interés hasta el final. Esta misma estructura, altamente cinematográfica, es conservada en la película. Pero sería injusto no subrayar la habilidad narrativa para enlazar unos personajes con otros, sosteniendo el ritmo, adecuado y original, en el propio paisaje humano descrito a salpicones. Es una película de personajes y cada cual tiene esa perfecta caracterización que lo identifica. La ambientación está totalmente lograda sin recurrir a tópicos históricos, cooperando la fotografía de Hans Burmann y la excelente música de Antón García Abril, bella y decadente, en armonía total con la historia.LA COLMENA
La dirección de Camus es firme, sin los adornos y simbolismos que estamos acostumbrados a ver en temáticas de este tipo para justificar una pretenciosa autoría.LA COLMENA
Una reflexión en torno a un conjunto humano perdedor, de mediocre moral, de mediocre existencia, “pero no merece la pena que nos dejemos invadir por la tristeza”. (Cela)
Alentadora frase, Alentadora película.LA COLMENALA COLMENALA COLMENALA COLMENALA COLMENALA COLMENALA COLMENA

[1] José Luis Dibildos;Guionista, productor y adaptador de La Colmena inventó con escaso éxito distintas formas para paliar la lamentable industria cinematográfica española: inició la comedia frívola en los años cincuenta, que constituiría un filón para la producción nacional. En los sesenta inventó la llamada “tercera vía” que supuso una alternativa al cine complejo con sello de calidad de autor y el cine más comercial sin escrúpulos. Con este film coprodujo con TVE una forma inusual en la España de aquellos años que fuera de nuestras fronteras —concretamente en Europa—había ya precedentes.[2] En 1976 fue adaptada con extraordinario éxito La familia de Pascual Duarte, dirigida por Ricardo Franco.

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