El pantano de Gabriel y Galán, Lagunilla, Granadilla, La Alberca, Las Batuecas… la serranía esconde múltiples leyendas surgidas en torno a ella. Historias conexas en cierta manera que unen el pasado con el presente mediante un hilo conductor que enlaza lo paranormal.
El perro negro, el fraile que tras dar un paseo regresaba al monasterio con dos siglos de diferencia o las ánimas son ejemplos de las historias que se tornan populares en los límites serranos entre Salamanca y Cáceres, donde se han experimentado múltiples casos paranormales. Y si bien ha llovido mucho desde que esas historias se tornaran populares, la realidad es que hoy en día no han cesado los fenómenos que rompen la normalidad.
Todo el mundo conoce la pesadilla de Maximiliano Iglesias vivida el 21 de marzo de 1974, cuando esa noche Iglesias, que trabajaba de transportista en la localidad salmantina de Lagunilla, tras realizar un reparto, pasó unas horas con su novia en el pueblo cercano de Pinedas y, ya de madrugada, se dispuso a volver a casa en su furgoneta Avia. Transcurridos unos kilómetros por los serpenteantes caminos de la sierra de Béjar, el vehículo de Maxi se detenía ante la presencia de dos poderosos focos de luz que surgían del centro de la calzada. Extrañado, el conductor notó cómo el motor de la furgoneta se paraba en seco. Fue al descender a tierra cuando comprobó que las luces eran en realidad dos objetos de forma discoidal que ocupaban todo el ancho de la calzada. Súbitamente, un par de figuras muy altas hicieron acto de presencia entre los dos ovnis. Era solo el principio de una auténtica pesadilla que recogió un atestado en la Guardia Civil y que nunca jamás tuvo una explicación convincente. Más aún cuando en una entrevista ofrecida por Maxi en el año 2007 se reafirma en los hechos publicados en aquella época y asegura que científicos de la NASA determinaron que algunas marcas de la zona eran producto de temperaturas superiores a 1.000 grados.
Pero sin remontarnos a los años 70, y concretamente en la última década, se han publicado decenas de avistamientos OVNI en la zona, algunos de ellos considerados como tal por expertos en ufología, como los avistamientos del 22 de agosto de 2016, cuando se presenciaron desde diferentes puntos de la provincia luces extrañas en horas similares.
También la noche del 3 al 4 de julio de 2008 cuando se detectaron múltiples actividades extrañas en el cielo de Béjar. Posteriormente, y ante la falta de explicaciones, el equipo de investigación español lo achacó a un estallido de actividad que procedía del enjambre meteórico de las Omicron Dracónidas, una semana antes de registrar el bólido de casi dos toneladas de peso, que sobrevoló Béjar y que se estrelló contra la atmósfera terrestre el 11 de julio de 2008 tras viajar hasta la Tierra desde un cometa de la familia del gigantesco Júpiter.
El 31 de julio de 2015 también se publicó en la prensa bejarana otro posible avistamiento con Peña Negra de fondo. La nitidez de la imagen tomada a las 11:30 de la mañana sigue sin explicación.
Entre los archivos aún sin cerrar también podemos escarbar en el denominado “Caso Montalvo”, una finca en el término municipal de la localidad abulense de Martínez, situada en la zona limítrofe con la provincia de Salamanca, donde en el noche del 17 de octubre de 1997 los residentes de la casa divisaron una potente luz que tenía “forma de tinaja de color blanco amarillento rodeada de luces de distinto color”. Esta extraña luminaria alumbraba todo el entorno escondido entre las elevaciones del terreno y las encinas que existían. El caso, en el cual se asocian fenómenos paranormales, apariciones espectrales y fenómenos ufológicos incluso enlaza con el fallecimiento de unos jóvenes años antes en una historia sin precedentes que jamás obtuvo explicación pero que fue ampliamente recogida por la prensa de la época.
Entre los casos aún sin cerrar también se encuentran los documentos desclasificados por Defensa a finales del año 2016 con cuatro “expedientes OVNI” en Castilla y León ligados a otros 80 informes en toda la península.
Muchas historias aún por descubrir en una tierra ligada a lo paranormal a tal nivel que en julio del año 2004 cerca de un centenar de personas se dieron cita en el alto de La Covatilla en la que llamaron “Alerta Ovni”, una convocatoria nacional, que congregó a aficionados de la astrología o simples interesados en disfrutar de una velada diferente. Los asistentes llegaron de Madrid, Salamanca, Plasencia y Béjar e intercambiaron impresiones así como experiencias relativas a la frecuente ruptura de la normalidad con la detección de fenómenos paranormales en la zona de Béjar.