Revista Cultura y Ocio

La comedia masónica no es divina

Por Mauriciojaviercampos @mauriciojcampos
La comedia masónica no es divina
"Gran Tenida Magna (...), celebrada en las buhardillas del Banco Italiano, con motivo de haberse separado del Oriente Argentino y del Rito Escocés, para pasarse al rito azul (...).
La sala representa un cementerio, en el centro se ve un templete griego, en su frontis se lee: "aquí yace la Gran Log.´. (Logia) Nacional". En el pórtico y sobre la escalinata, se ve la estatua de Hamlet, con esta leyenda en el pedestal (que dice traducida), "comer o no comer, este es el problema".
Los renegados, página 1.
Portada de la revista masónica editada en 1902 bajo el nombre de Lautarín. Una publicación atípica y poco conocida. Contiene una comedia redactada bajo el título Los renegados. El folleto cuenta con apenas 16 páginas y es una sátira brutal contra el Gran Oriente Argentino del Rito Azul (1902-1917), creado en aquel año.
Creo que poco se sabe que lo integró, aparte de notables figuras públicas como el Almirante Howard o el periodista del diario La Prensa Manuel Elicabe, ambos Grandes Maestres, el historiador Antonio R. Zuñiga, autor de un texto sobre las sociedades secretas en el período de la independencia y asesor-colaborador, junto a otro notable escritor e historiador sobre la misma temática, en este caso Martín Lazcano, de la revista La Cadena de Unión, editada entre 1904 y 1932, y sucesora de la revista de Salvador Ingenieros, padre de José Ingenieros y de destacada actuación en ambas orillas del Río de la Plata.
El nombre de esta Potencia alude a la Masonería Simbólica y a los tres grados en los cuales trabajaba exclusivamente (Aprendiz, Compañero y Maestro), desestimando los grados filosóficos y su habitual injerencia en el simbolismo. La Obediencia surgió en contraposición a los altos grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Varios de los personajes de la obra son identificables, como el prestigioso masón Narciso Terrón o Belín Sarmiento, este último nieto del ex Presidente, educador, autor de Facundo y Gran Maestre de la Masonería. Belín Sarmiento será luego uno de los fundadores del Gran Oriente Argentino del Rito Confederado. Paradójicamente, y a través de un decreto expedido por la mano de Emilio Gouchón, este último Gran Oriente será reconocido en 1910 como potencia regular paralela a la de Cangallo.
El panfleto está redactado en formato de comedia y sin duda emanó del seno del ya mencionado Gran Oriente de la calle Cangallo, el cual se menciona en reiteradas ocasiones, y cuyos miembros se burlaban de la escisión provocada por este grupo fundador de la nueva Obediencia y de las razones de su apartamiento.
El alcance y eficacia del folleto podría cuestionarse desde una perspectiva actual ya que apenas tres años después de haber iniciado sus actividades, el G.O.A. del Rito Azul contaba con 103 Logias y Triángulos.
En el balance del tercer ejercicio administrativo (1904-1905), declaraba el Gran Maestre y Vicealmirante Enrique G. Howard: "En este lapso de tiempo se fundaron e instalaron 32 Logias y Triángulos, y por lo tanto contamos hoy con 103 en pleno desarrollo de actividadDurante el mismo período el número de iniciados, afiliados y regularizados, ascendió a 589". Este es el detalle: Iniciaciones, 444. Afiliaciones: 100. Regularizaciones: 45. Suspendidos, radiados o expulsados: 46. Fallecidos: 12.
Por su parte, en el período 1905-1906, el Supremo Consejo y Gran Oriente para la República Argentina, con sede en la calle Cangallo, declaraba unas 90 Logias. En aquella época (y hasta 1957) no existió ninguna Potencia llamada Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.
El historiador Alcibíades Lappas solía olvidarse de mencionar estos detalles, y tampoco coincido con el autor Emilio J. Corbière que consideraba la existencia y pluralidad de Obediencias Masónicas que coexistían en aquellos años como simples desgajamientos de un pretendido tronco tradicional, ya que la Masonería argentina jamás fue monolítica ni tampoco tuvo un criterio de unicidad a través de su historia. Apenas un anclaje en alguna sede edilicia datada en la década de 1870, y de la cual daré a conocer en otra ocasión los entretelones -no siempre gratos-, de su construcción, a través de los documentos de la época. Las sedes de las distintas Masonerías nacionales fueron diversas con el transcurso de los años.
Otra falacia implica sostener o dar por sentada una sumisión incontrovertible con respecto a la Masonería inglesa y sus dictados. Por supuesto que esto no siempre fue así. A pesar de la instalación de algunas Logias y una Gran Logia Distrital por parte de Inglaterra en el siglo XIX, las relaciones entre esta y la Masonería local fueron siempre tensas, dando lugar a la protesta, ya sea oficial o a través de los medios de comunicación publicados por los masones argentinos, ante la reiterada invasión jurisdiccional de la Obediencia europea. Relataré aspectos de estos enfrentamientos en uno de mis próximos artículos titulado Al servicio de Su Majestad masónica.

Pocos años después, y en el período comprendido entre 1915 y 1916, desde la Gran Logia del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (luego Supremo Consejo del Grado 33 y Gran Oriente para la República Argentina-Confederación de Potencias Masónicas del Rito Escocés Antiguo y Aceptado), con sede en la calle Bartolomé Mitre 2520, su Gran Maestre Francisco Gicca, grado 33, manifestaba en uno de sus mensajes anuales: "Tenemos 80 entidades masónicas constituídas, y en trámites, sea en formación o dispuestas a salir de Orientes irregulares, 25 Talleres más.

Sin embargo, conste que estaremos siempre dispuestos a firmar tratados de amistad o formar parte de una Confederación de Ritos siempre cuando, aún de Orientes irregulares como el Azul y el Confederado, haya en ellos hombres dignos (...).

(...) Hay masones del interior (del país) que dicen que continúan bajo la Obediencia de Cangallo 1242 porque cuando han venido a esta capital y han visitado aquel Templo que es lujoso e imponente y han venido luego a visitar este, se han encontrado con una pobreza franciscana (...).

En efecto, no puede negarse que este Templo no es ni majestuoso, ni grande, ni siquiera cómodo y que los que se quejan que no tengamos una casa como aquella, olvidan que fue levantada con el esfuerzo de 50 años de Masonería, y que hoy no es más de la Masonería, sino de unos cuantos llamados masones, que son los verdaderos dueños de la casa y que hasta que las Logias que llaman de su Obediencia les sirvan ciegamente, reconociéndolos como Sup.´. Cons.´. (Supremo Consejo), Poder Ejecutivo y dueños del edificio, bien; en caso contrario los expulsan porque ellos son los señores de horca y cuchilla.  Ellos tienen una gran casa; nosotros estamos en una casa honesta.

Recordaré como ilustrativo el párrafo del titulado Gran Maestre de un Oriente irregular, señor Francisco B. Serp, quien después de unos trabajos para llegar a la unión con Cangallo 1242 declara en un manifiesto, que lleva su firma de reciente fecha, lo siguiente:

"En substancia, en la casa Cangallo 1242, la mayoría de los dirigentes piensan así:

La Masonería debe tener una organización monárquica y de Gobierno absoluto; debe regirse sin desviación alguna por las viejas pragmáticas del Rito Escocés; el Dogma y la liturgia no se deben tocar ni discutir, y el pueblo masónico debe acatar sin protesta, lo que los dirigentes resuelvan, y debe también cotizar... y callar; en esa forma entienden que se labra la felicidad de sus componentes, y serán buenos masones aquellos que conozcan bien la historia de la Masonería, que con toda corrección practiquen las señales y toques, la entrada al Templo y no olviden la palabra secreta; sobre todo que no se les ocurra, ni por asomos, preguntar si la casa de la calle Cangallo 1242, que figura a nombre de la Filantropía Argentina (sociedad particular), es o no de la Masonería"".

Un año después, sostenía el mismo Gicca: "(...) La Orden se encuentra instalada en un local digna de ella. Este Oriente cuenta con el doble de Talleres de los titulados Oriente de Cangallo 1242, Chile 1038, y Rito Azul y Confederado juntos (...)".

Entre sus relaciones oficiales e intercambio de Garantes de Paz y Amistad se contaban, entre otras, las siguientes Potencias Masónicas: Supremo Consejo Internacional Mixto "El Derecho Humano", Francia; Supremo Consejo del Serenísimo Grande Oriente Español; Supremo Consejo y Grande Oriente de Portugal; Supremo Consejo del Serenísimo Grande Oriente de Cuba; Supremo Consejo y Gran Oriente del Brasil; Gran Oriente y Gran Logia de Francia; Honorable Gran Logia Suiza Alpina; varias Grandes Logias de México, etcétera. Aparte de unas veinte Potencias citadas, agregaba Gicca: "(...) Hállanse actualmente en tramitación el intercambio de relaciones oficiales con más de 20  Potencias Masónicas europeas y americanas, y cuyos tratados no se han verificado aún a causa de las dificultades que por la conflagración europea se sufre en las comunicaciones postales (...)".


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