Tras una primera temporada bastante sorprendente (no esperaba mucho de la serie), Mom encaraba su segundo asalto con ganas, depurando tramas, descartando personajes (púdrete Nathan Corddry) e introduciendo momentos dramáticos en las vidas de Christy y Bonnie. Durante aquellos capítulos ya tuvimos algunos ramalazos dramáticos como la entrada en prisión del personaje de Octavia Spencer pero ahora, esta supuesta comedia, ha decidido hacernos trizas el alma. Cuando parecía que nuestras protagonistas encaminaban sus vidas hacia la estabilidad y la felicidad, el capítulo Three Smiles and an Unpainted Ceiling dinamita las expectativas de un happy end para todos, especialmente para Bonnie.
A partir de este punto spoilersAlvin (Kevin Pollack) había iniciado la segunda temporada con la firma intención de retomar el tiempo perdido. Durante varios capítulos todo fue estupendo, Bonnie y Alvin actuaban como dos adolescentes enamorados, y Christy veía con buenos ojos la influencia de Alvin en Violet y Roscoe. Y entonces, Alvin muere de un ataque al corazón. Al final de la primera temporada ya tuvo un susto pero esta vez su corazón no pudo continuar. La muerte del personaje fue algo inesperado y traumático para los seguidores; hacía tan buena pareja con Bonnie y su relaciónconChristy empezaba a despegar... un mazazo. Lorre nos la jugó bien. Cierto que la vida da palos, eso lo saben de sobre Christy y Bonnie pero es duro ver a dos personajes tan entrañables sufrir tanto. El futuro parece difícil para estas dos mujeres y solo con el apoyo de las reuniones, de sus amigas y de su familia podrán amanecer otro día sin resaca.
Lo mejor de esta inesperada despedida ha sido ver a Janney y Faris desplegando todo su potencial dramático. Cierto que la Janney se merienda a cualquiera que comparta plano con ella, y aún así, Anna Faris consigue transmitir todo el dolor y la incomprensión que una muerte inesperada produce. Desde que empezó la serie, ambas actrices han demostrado un timing para la comedia perfecto, gran versatibilidad, facilidad para la comedia física y mucha química. Sin embargo, la trama necesita y pide un tratamiento un poco más serie de ciertos temas como la adopción del bebé de Violet o los problemas económicos de Christy; y cuando este sucede las dos actrices se dejan la piel transmitiendo el dolor y las dudas de sus personajes.
Lorre no tiene miedo de introducir este contexto dramático porque, como todos sabemos, no siempre los planes salen bien, no siempre acabamos con una sonrisa en el rostro. Mom se posiciona un poco a la izquierda del resto de comedias de la factoría Lorre puesto que propone un acercamiento más real, serio y dramático a los avatares de dos exalcohólicas que intentan recuperar sus vidas. La yuxtaposición de comedia gruesa y drama puro equilibra el tono de la serie ofreciendo momentos muy grandes a los espectadores y la posibilidad a las actrices de brillar con luz propia. El resto de la temporada se presenta movidito y tengo mucha curiosidad por ver cómo lidian las Plunkett con la muerte de Alvin. ¿Chupitos y pastillas? Estaré atenta.