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La comida como obsesión

Publicado el 17 octubre 2014 por Psicveromar85 @psicveromar

Todos hemos leído o escuchado algo sobre la Anorexia y la Bulimia. A través de los medios se ha difundido mucha información al respecto, pero como suele ocurrir con muchos temas, no siempre se tiene una noción exacta de sus características, y es necesario saberlo, puesto que es uno de los problemas de Salud mental más serios que han repuntado en estos últimos años.

La influencia del medio

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 a veces tiene consecuencias no muy positivas. Uno de los principales problemas que enfrenta la comunidad en general es la cultura de la dieta y la salud mal encaminada. 

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son manifestaciones extremas de una variedad de preocupaciones por el peso y la comida, experimentados por mujeres y hombres. Esta clasificación incluye las tan mencionadas Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa. También entra dentro de esta clasificación el Trastorno por atracón o comúnmente conocido como Comedor Compulsivo. Aunque los manuales de diagnóstico no lo incluyan dentro de su clasificación, la obesidad, la vigorexia, ortorexia y algunos otros también puede considerarse un TCA. Lo que todos tienen en común es la obsesión por la comida, el peso y la imagen corporal, que se manifiestan con conductas muy particulares.

Si bien es cierto que su origen no es reciente, es en los últimos años donde se ha hecho controversia al respecto, hasta se han publicado casos de personas dedicadas al espectáculo y los deportes que son o fueron víctimas de los TCA, por lo que muchos conocen la existencia de los desórdenes del comportamiento alimentario.

Para poder diagnosticar un TCA, se necesitan ciertos criterios, se sugiere tomar en cuenta tres factores principales: son el peso, el control de la conducta que va de la evitación y/o ayuno hasta el consumo voraz de la comida y el atracón. Finalmente, se analiza la intensidad del miedo al sobrepeso, que es lo que lleva al individuo al control de la conducta alimentaria.

Aunque no son exclusivos de un género o grupo de edad, la población adolescente es la más vulnerable. Tener entre 13 y 19 años, puede considerarse como un factor de riesgo para el mismo. También se estima que en mujeres adolescentes, los TCA constituyen el tercer padecimiento crónico más común.

 

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¿Cómo saber si tengo un TCA?

Los síntomas varían de acuerdo al problema que se esté presentando. En un próximo artículo hablaremos de las características de cada trastorno. De manera general, podemos sospechar de un TCA cuando una persona:

  • Tiene una preocupación excesiva por su peso, talla e imagen (siempre se compara con otras personas, necesita que le confirmen que no esta obeso, etc., se molesta si sube de talla, usa ropa que oculte alguna parte de su cuerpo y sino la puede usar evita situaciones sociales, etc.)

  • Empieza a hacer dietas cada vez más restrictivas, con desesperación en algunos casos por no bajar rápido.

  • Rituales a la hora de comer o preparar los alimentos (cocinar comidas saludables, cortar en pequeños trozos, agrupar por colores, etc.)

  • Cuida excesivamente lo que comen las personas que le rodean.

  • Hace ejercicio con una frecuencia o intensidad mayor a lo esperado.

  • Tienden a ser muy perfeccionistas.

¿Cómo prevenir un TCA?

A manera de prevención es útil que las personas tengan la información que les permita conocer qué son y orientarlos sobre dónde acudir en caso de estar en riesgo o presentar un desorden alimenticio.

Dentro de la familia, es necesario empezar a modificar patrones, desde la alimentación, hábitos y rutinas, hasta actitudes alrededor de la comida:

  • Evitar desarreglos en los horarios de comida.

  • No hablar de temas de conflicto mientras comen.

  • No asociar la comida con consecuencias de “mal comportamiento” con los hijos.

  • Si hay sobrepeso, buscar atención médica y nutriológica.

  • Reconocer en mayor medida los éxitos y esfuerzos de los miembros de una familia y restar importancia al aspecto físico como medidor de valor.

  • Ante cualquier miedo o duda con respecto al tema, buscar ayuda.

Creo que tengo un TCA, ¿ahora qué hago?

La intervención en este tipo de padecimientos a veces requiere de un énfasis en las causas, sus efectos y trastornos emocionales como consecuencia, además del control alimentario.

No hay que descartar que el tratamiento más viable ha de ser multidisciplinario, puesto que los TCA son fenómenos en los cuales intervienen diferentes factores y sólo con el apoyo profesional médico, nutricional y psicológico -individual y familiar – se puede tener un mejor pronóstico de recuperación, siempre y cuando se tenga la colaboración del paciente, el cual es reconocido como de los más difíciles y desgastantes para el tratamiento, al resistirse al cambio y su poca adherencia a las recomendaciones terapéuticas.

Nuestra misión entonces es orientar a la paciente para que logre reencontrarse consigo misma, que aprenda a expresar sus verdaderos complejos emocionales sin tener que representarlo con lo que come, con lo que es y que recupere aquello que dejó ir ante el reflejo extraño de un espejo empañado por el sufrimiento.


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