Existe mucho ruido en el mercado en estos días sobre la competencia por la egemonía en el mercado de los llamados "smart phones", entre el iPhone, Samsung, Blackberry y los teléfonos de Google y Microsoft.
El princial problema que enfrentan estas empresas, es que no entienden el mercado como un todo. Me explico: El servicio que ellos proporcionan no es el de telefonía; es el de comunicación. Se que parece que me repito en la frase anterior, pero pensemoslo bien. Teléfono viene de tele (distancia) y fonos (sonido), es decir, la transmisión del sonido a distancia. La comunicacción no solo comprende el sonido, sino todo tipo de datos. Es información, en el contenido que esté, entregada al usuario de manera oportuna.
En ese sentido, el iPhone no solo compite con otros teléfonos, sino que compite también con el iPad (sobre todo el mini, que se parece mucho a los teléfonos Galaxy de Samsung), el cual tiene una conección al sistema celular y permite la comunicación de información incluyendo de sonido (a través de programas como Skype).
Pero la situación es aún más complicada. El advenimiento de las pantallas flexibles, probablemente logrará, en un futuro cercano, el que pantallas tan grandes como la del iPad o el Samsung Galaxy Tab puedan convertirse en un pequeño cilindro. En ese momento, la diferencia entre el teléfono, conveniente por su tamaño, y los tablets se verá totalmente borrada.
Entonces, ¿Qué deberían estar haciendo las empresas de teléfonos celulares inteligentes? Deberían estar desarrollando aplicaciones que utilicen tanto la capacidad de transmisión actual de la red como la tecnología emergente de las pantallas flexibles con la finalidad de poder fusionar al teléfono celular con la notebook.
A mi entender, el teléfono como tal está en vías de extinción, condenado a ser remplazado por las futuras computadoras portátiles, las que serán capaces de contener la capacidad procesadora de una notebook en el tamaño actual de un teléfono.