Muchos de vosotros seguro que habéis recorrido buena parte del territorio de la Comunidad de Madrid en coche para llegar a un lugar que queríais visitar o para llegar a vuestro pueblo. Sin embargo, en el coche no percibes todos los detalles del paisaje que nos rodea. Por eso, en El Volumen de la Armonía os proponemos una serie de rutas a realizar a pie por los diversos caminos y rincones, que no son pocos, que nos brinda la Comunidad de Madrid. El primer recorrido que os proponemos es algo complicado y exigente, pero a la vez muy bonito. Se trata de la subida a Navacerrada y a la cima de la Bola del Mundo, una ruta muy conocida por los aficionados al ciclismo.
NAVACERRADA Y LA BOLA DEL MUNDO:
Recorrido: Ida desde Navacerrada: 6-7 kilómetros (Desde Navacerrada pueblo hasta el Puerto de Navacerrada); 10 kilómetros (desde Navacerrada pueblo hasta la cima de La Bola del Mundo).
Tipo de terreno: Asfalto (subida al Puerto de Navacerrada) y cemento con algunos tramos de grava (tramo de La Bola del Mundo).
Desnivel: 600 metros (desde Navacerrada hasta el puerto), 1.100 (desde Navacerrada hasta La Bola del Mundo)
Dificultad: Media
Recomendable: Llevar ropa de abrigo, ya que en las cimas de Navacerrada y la Bola del Mundo suele hacer frío (dependiendo de la época del año). Precaución con los coches en la carretera del puerto de Navacerrada, ya que suelen bajar muy rápido.
LA RUTA
Tras pasar el puerto de Navacerrada, y desviarte de la M-607 para coger la M-601, pocos metros después encontrarás un desvío en forma de raqueta que te lleva a un aparcamiento próximo a un restaurante. Desde este punto, tienes cerca de 7 kilómetros hasta la cima del puerto de Navacerrada (1.880 metros de altura). La ruta transcurre en su totalidad por la carretera M-601, la carretera que une Madrid con Segovia atravesando este coloso llamado Navacerrada, por lo que es recomendable poner precaución con los coches, como ya os hemos advertido de forma previa.
Durante la subida, estarás todo el rato rodeado de pinos, la vegetación más común en el Puerto de Navacerrada. A medida que realizas la ascensión, podrás contemplar unas maravillosas vistas del municipio de Cercedilla (pueblo del esquiador Paquito Fernández Ochoa, fallecido en 2006), entre otros muchos lugares. Además, podrás encontrar monumentos escondidos entre la inmensidad de pinos que cubre todo el paisaje.
La zona de El Ventorillo, en plena ascensión al Puerto de Navacerrada (Foto: Jesús Mariano Martín/El Volumen de la Armonía)
Las primeras rampas de Navacerrada no son muy duras para el caminante, pero en el tramo de “El Ventorrillo“, la exigencia aumenta un poco más. En este tramo, la carretera se ensancha por la dureza de las rampas y por la presencia de un Centro de Conservación de Carreteras (para las quitanieves, principalmente) y el desvío a un residencial bastante grande, cuyo propietario era el Banco Central Hispano, y en la actualidad es propiedad del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Continuamos la ascensión al puerto de Navacerrada y nos acercamos a la cima del puerto. Poco después de los 1.700 metros de altura que marca el letrero correspondiente, el cuerpo pide pausa, y encontramos un lugar para reponer fuerzas: la Fuente de los Geólogos. Su agua es potable y nos permite un descanso para ver los edificios “alpinos” que se encuentran en la cima de Navacerrada, y contemplar las pistas de esquí próximas a la Bola del Mundo, además de reponer fuerzas para afrontar las últimas rampas del Puerto de Navacerrada.
Vistas desde un mirador próximo al Puerto de Navacerrada (Foto: Jesús Mariano Martín/El Volumen de la Armonía)
Los carriles de la carretera se ensanchan con la dureza de las rampas, pero un mirador nos avisa que hemos llegado a más de 1800 metros de altitud desde el que podemos contemplar esta maravillosa vista del Valle del Guadarrama.
1.880 metros. Esa es la altura a la que se encuentra el Puerto de Navacerrada, cuya cima está en el límite entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Segovia, y donde nace (o termina, según se vea) la carretera que lleva al Puerto de Cotos, Valdesquí o Rascafría. Al llegar a la cima de Navacerrada, nos encontramos un inmenso parking que en los meses de invierno llenan los amantes del esquí. Cerca de la cima del puerto, y antes de llejar al parking, nace un camino de cemento que nos lleva a La Bola del Mundo.
Vistas del Puerto de Navacerrada durante la ascensión a la Bola del Mundo (Foto: Jesús Mariano Martín/El Volumen de la Armonía)
Subiendo a la zona donde se cogen los telesillas, se inicia el camino que conduce a la cima de la Bola del Mundo. Un camino lleno de rampas duras, que no suele bajar del 10% de desnivel, una tortura para los ciclistas, y algo duro para el caminante, que en primavera, verano y otoño puede contemplar las siluetas y las pendientes de las pistas de esquí, cubiertas por un manto de nieve en invierno. A medida que vamos ascendiendo, las vistas del Puerto de Navacerrada son impresionantes.
Nos encontramos con las primeras horquillas de esta ascensión a la Bola del Mundo, en las que la pendiente se dispara aún más, y atravesamos las pistas de esquí, separadas entre sí por vallas de madera, y desde las que podemos ver una enorme masa de pinares que cubre el paisaje de alrededor. A medida que avanzamos hacia la cima de la Bola del Mundo, el sendero de cemento se convierte en vez de rectas en rampas en zig-zag con curvas estrechas y de mucha pendiente.
Vistas del Valle del Guadarrama en la ascensión a la Bola del Mundo (Foto: Jesús Mariano Martín/El Volumen de la Armonía)
La dureza y la fatiga pueden pesarnos, pero si observamos el paisaje durante este tramo de curvas, podemos contemplar una vista espectacular del valle del Guadarrama. Tras el zig-zag, tenemos un pequeño descansillo en el que el cemento se sitúa en zona llana, y nos permite volver a observar la inmensidad de los pinares. Poco antes de llegar a la cima, nos encontraremos una recta con una rampa dura para el ciclista, y que se le puede hacer dura al caminante también.
Las antenas que coronan la Bola del Mundo (Foto: Jesús Mariano Martín/El Volumen de la Armonía)
Tras 10 kilómetros de subida, el senderista llega a la cima de la Bola del Mundo, y contempla la especie de “cohetes espaciales” que se encuentran en este punto. Desde la cima, las vistas del Valle del Guadarrama son más impresionantes aún, e incluso si no hay nubes, se puede ver desde la distancia la ciudad de Segovia con su conocido acueducto. Sólo por esas vistas merece la pena realizar esta ascensión, que además nos permitiría disfrutar de un día en contacto con la naturaleza y desconectar de la rutina de la ciudad.
Recomendación: Si hay un día recomendable para realizar esta ascensión, es cuando las etapas de la Vuelta Ciclista a España terminan en la cima de la Bola del Mundo. Ese día es recomendable madrugar, ya que se cierran los accesos muy temprano y conviene coger sitio para aparcar. Además, con motivo de este evento se puede ver a gente de lo más variopinta y disfrutar de la subida que realizan los ciclistas.
Bueno amigos, esta es la primera ruta que os proponemos. A lo largo de estos meses intentaremos (que no prometemos nada) recomendaros una ruta diferente. Porque la Comunidad de Madrid se ve bien en autobús o en coche, ¡pero andando se ve mucho mejor!