Revista Mundo animal
Las voluntarias de la asociación viguesa Proyecto Gato, que atienden a más de trescientos felinos ubicados en la protectora municipal y a otros doscientos repartidos por diversas casas de acogida, aseguran que no piensan abandonar a su suerte a los animales. Denuncian que la concejala de Medio Ambiente, la conocida alpinista Chus Lago, les ha rescindido el contrato con casi un año de antelación. «Ordenó recoger los gatos callejeros y ahora no sabe qué hacer con ellos; no vamos a dejar a los animales en manos de un verdugo», explica Beatriz Alonso, una de las voluntarias, quien añade que no descartan llevar el caso al juzgado.
El convenio, suscrito hace dos años a modo de subcontrata a través de la protectora de animales de Vigo, les daba derecho a disponer de 3.000 euros al mes. Con ellos se encargaban de dar de comer a los gatos y de esterilizarlos en clínicas privadas, lo que en este tiempo ocurrió con unos 1.500. Aquellos de los que se conocía la procedencia fueron devueltos a su lugar de origen, mientras que otros, en torno a 400, se dieron en adopción y el resto permanecen en el centro.
Las voluntarias se dirigieron en más de una ocasión a la concejala socialista para explicarle lo grave de la situación. El lacero municipal recogía todos los días diez o doce gatos y el espacio no daba para más. Chus Lago les prometió un recinto que no llegó a materializarse. No solo eso, sino que ahora les rescinde el contrato sin explicación alguna, cuando en realidad finalizaba en marzo del 2011 y prescinde de ellas cuando impulsa una nueva campaña de esterilización. La concejala declaró el miércoles a los medios de comunicación que 3.000 euros al mes «es una cantidad indecente para los resultados obtenidos».
Tampoco se les ha permitido utilizar el quirófano de la protectora, concluido en octubre, alegando que antes tiene que ser inaugurado.
Si las relaciones del Proyecto Gato con el Concello son inexistentes, no son mejores las que mantiene con la protectora de animales. Su presidenta, Amparo Roger, advirtió que «no se puede criticar a quien te da de comer en la mano», en relación a las críticas que ha lanzado Proyecto Gato contra la concejala de Medio Ambiente, lo que podría estar en el fondo de la rescisión del contrato.
Amparo Roger fue quien envió un fax a las voluntarias de Proyecto Gato para pedirles que se vayan y le entreguen las llaves de las instalaciones donde tienen a los felinos recogidos en la calle. Ellas no tienen intención de hacerlo, dicen, por temor a que sean sacrificados los animales como sucedía antes de que ejercieran su labor para el Ayuntamiento.
El incremento de gatos callejeros en Vigo, que en la actualidad se calculan en 3.700, y las consecuencias sanitarias que de este hecho se podrían derivar, han obligado a suscribir un convenio a seis bandas para su esterilización entre Universidad, colegios de veterinarios y biólogos, protectora de animales y Concello.
El decano de la Facultad de Biológicas, Pedro Pablo Gallego, explicó en la presentación de la iniciativa que, de no atajar la situación de forma inmediata, la expansión de los gatos callejeros podría llegar a suponer un problema de salud pública por la transmisión de enfermedades, al no existir ningún tipo de control sobre ellos.
Entiende que es un problema real al que es necesario poner freno. De lo contrario, aseguró, podrían llegar en diez años a 30.000, teniendo en cuenta que cada camada significa multiplicar por cuatro o cinco su número.
Aunque en estos momentos no existe un censo municipal de gatos, estima que hay 3.700 callejeros repartidos en ochenta o noventa colonias por distintos puntos de Vigo. Una de las calles del casco urbano que más felinos acoge es García Barbón, según Gallego. Los estudiantes de la Facultad de Biología participarán en el proceso de forma voluntaria.
Fuente: La Voz de Galicia