¿Alguien recuerda la que se lió hace 2-3 años con lo de la llamada “píldora del día después”? Algunos farmacéuticos afirmaron airados que se iban a negar a vender “ese medicamento claramente abortivo” y que iban a esgrimir su pretendido derecho a la cláusula de conciencia.
La cosa llegó hasta el punto de crear una cosa que se llama ANDOC, Asociación para el Derecho a la Objeción de Conciencia. La web está activa y no tiene desperdicio así que si alguien está aburrido puede darse una vuelta.
Un revuelo parecido se montó hace muchos años (uno lo recuerda vagamente, de la etapa de su adolescencia) sobre la venta o no de condones. Mira tú, vender condones, qué problemón, qué indignidad.
Todo ello me ha hecho una gracia especial al descubrir que en mi pueblo, una localidad de 40 mil habitantes con 10 farmacias, los boticarios abusan de lo lindo con un producto que podríamos fácilmente considerar como de primera necesidad: la leche para recién nacidos. Y es que una diferencia de precio del 44,5 % en lo que sea a mí me parece un abuso.
No se crean que nos hemos dedicado a hace un exhaustivo estudio de la OCUC al respecto (si se hiciera igual nos ponía los pelos de punta, dicho sea de paso). Simplemente hemos preguntado el precio de un bote de leche para recién nacidos (uno pretendidamente anticólico y antiestreñimiento de una marca concreta) en varias farmacias. La cosa va desde los 18,5 euros…hasta los 33,5. Y el abanico de precios posibles es amplio: 21,5 , 26,5 , 27…De acuerdo, el mercado es libre, pero aquí se está jugando con la inexperiencia de la gente, con las prisas e incluso con la angustia de los padres primerizos. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, nos forramos.
Yo sé poco de la conciencia de nadie. Bastante tengo con la mía. Pero me da la impresión de que la de los farmacéuticos debe estar de vacaciones.