Revista Cultura y Ocio

La conciencia humana se alimenta de esperanza

Publicado el 08 enero 2015 por Wig
LA CONCIENCIA HUMANA SE ALIMENTA DE ESPERANZAHasta ahora, la esperanza ha sido el motor que dirigía (y dirige en muchos aspecto todavía) la conciencia colectiva social. De ahí que dando y creando esperanza de mejoría social y política aún siendo relativas se controla las reacciones adversas y las voces contraria al actual sistema económico-político social. Pero la esperanza va más allá. Es el motor de la propia superviviencia. Un estudio antiguo sobre la influencia de la esperanza en la mentalidad humana, llegó a estimar asimismo que la idea o concepto de esperanza tiene un efecto en base a una limitación temporal. Cuanto más tiempo tarde en apreciarse la realidad que sugiere más se diluye hacia el inconformismo, la rabia social y el desasosiego existencial. La conciencia humana es poderosa porque vive de ideales futuribles, pero al mismo tiempo se puede convertir en un arma nuclear si esas expectativas no llegan, aunque sea borrosamente, y afectan a un tanto de la población suficiente como para crear una reacción de masa social. Hasta ahora, han jugado con el miedo y la manipulación publicitaria, subliminal o no, para mantener a la población en "conservación social". Pero el tiempo y la globalización de la información ha puesto de manifiesto lo débil de no tener un plan B. Es mejor tener un plan que ninguno; pero es mejor todavía tener un plan B de contingencia. La conciencia humana se alimenta de esperanza, pero cuando ésta se diluye en el ácido de corruptelas incomprensibles para la conciencia social de grupo, el resultado puede darse incomprensible igualmente para las clases que creen "per se" en sus derechos de supremacía. Pero "Muera yo caliente tras cuarenta años y coloque a mis bástagos, que ya me río de revueltas y revoluciones" -es el pensamiento de casi cualquiera que se precie como ser humano-político-. A los demás humanos: no pierdan la esperanza  ni dejen que se diluya.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista