Cuando Jupp Heynckes arribó por primera vez a Bilbao, el equipo deambulaba sin rumbo fijo por la Primera División, coqueteando con un descenso que le atenazaba. Era la temporada 1992-93 y su procedencia no admitía dudas en cuanto a garantías: el Bayern de Munich. El técnico alemán dejó una impronta en San Mamés que pocos han olvidado, practicando un juego ofensivo y promocionando a jóvenes valores de la cantera cuyo estandarte sería uno de los jugadores más emblemáticos de la historia del club: Julen Guerrero. Heynckes permaneció dos temporadas en el Athletic para marcharse luego al Eintracht de Frankfurt. Con posterioridad recalaría en el Real Madrid al que, 32 años después, haría Campeón de Europa. Sin embargo, del club merengue saldría por la puerta de atrás ya que a los éxitos europeos no le correspondieron los de la liga española. Curiosa paradoja.
El técnico actual del Athletic es Marcelo Bielsa, un estudioso del fútbol con amplio currículo y experiencia. También su impronta se ha dejado notar ya en Bilbao, aunque es cierto que con algunos titubeos iniciales. La forma de jugar del equipo es, salvando las distancias, muy similar a la que practica el que pasa por ser mejor conjunto del planeta, el FC Barcelona que entrena alguien que se declara ferviente discípulo del argentino: Pep Guardiola. Resulta hasta cierto punto sorprendente que casi los mismos jugadores de la temporada pasada, sin apenas refuerzos, hayan sufrido semejante transformación. Llama la atención, por ejemplo, lo ocurrido con Óscar De Marcos, un joven jugador fichado en su día del Alavés y en el que Bielsa confió desde el primer momento por su probado carácter polivalente. O el caso de Javi Martínez, centrocampista internacional reconvertido ahora en inexpugnable defensa central.
El conjunto vasco está muy vivo en las tres competiciones en las que participa: la Liga (en puestos europeos), la Copa (semifinalista) y la Europa League (en dieciseisavos). Su último éxito, ganar al modesto Rayo Vallecano con hat-trick incluido de su codiciado ariete Fernando Llorente.
La similitud del caso Heynckes con el de Bielsa es notable. El alemán llegó a Bilbao conociendo más bien poco la idiosincrasia de un club basado en una genuina filosofía de cantera. Lo mismo pudo ocurrirle al argentino. Con todo, ambos supieron adaptarse al escenario y sacar de los jugadores disponibles lo mejor que estos llevaban dentro. Así pues, aquella tarea emprendida por Heynckes en la década de los 90 es la que Bielsa continúa hoy, con un fútbol moderno, directo y de ataque, y con la consigna de no bajar la guardia ni desmoronarse ante la adversidad. Ambos no son buenos comunicadores, no son entrenadores mediáticos como otros, pero exponen su discurso a la perfección tanto en el vestuario como en el campo de entrenamiento, que es lo que importa al fin y al cabo.