En la parte uno de este post, te había dicho que “La prudencia también confía, sólo que toma precauciones.” Y este juicio es válido a partir de su base en cuatro pilares fundamentales.
1.- Confiar en uno mismo: “La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito.” RALPH WALDO EMERSON. “Cuando dudas de ti mismo, dudas de
todos los demás también. La reflexión que te lleva a temer de los otros, es realmente la desconfianza en ti mismo”.
2.- Confianza en los demás (la que se construye a través del tiempo): “En 26 ocasiones me confiaron un tiro para ganar el juego…y fallé. Y así he fallado una y otra vez en mi vida. Pero seguí intentándolo, confiando en mi para responder a la confianza de los otros, y por todo eso es que triunfé”. MICHAEL JORDAN
3.- Confianza en un Ser Superior:
Cuentan que un alpinista ateo, desesperado por conquistar el Aconcagua, inició su travesía después de años de preparación.
Pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a escalar y se le fue haciendo tarde, y más tarde. No se preparó para acampar, sino que siguió subiendo decidido a llegar a la cima, hasta que se hizo la oscuridad. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña; ya no podía ver absolutamente nada. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, resbaló y se desplomó… Caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad, mientras sufría la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo… y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los gratos y no tan gratos momentos de su vida. Pensaba que iba a morir; sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo partió en dos…Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. Después de un momento de quietud, suspendido por los aires, gritó con todas sus fuerzas:
-¡¡¡Ayúdame Dios mío!!!
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-¿QUÉ QUIERES QUE HAGA, HIJO MIO?
-Sálvame, Dios mío.
-¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?
-Por supuesto, Señor.
-ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE…
-¿Qué suelte la cuerda? ¿Crees que estoy loco?
Cuenta el equipo de rescate que al día siguiente encontraron colgado a un alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda…A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO…
¿Y vos, cuánto te amarrás a tu cuerda?
4.- Confiar en el Universo: “Todos somos integrantes de un plan divino del que sólo conocemos una parte”. PAULO COELHO.
¿Cómo dirías que es tu forma de confiar?
¿Crees que es posible confiar?
¿Los otros deben confiar en vos o vos sos el creador de la confianza de los otros?
¿Qué haces para construir confianza?
Ahora bien… ¿Confianza es esperanza?
Uno de los padres de la ontología del lenguaje (base filosófica del Coaching), sostiene que la esperanza es la materia prima de los perdedores. Esperanza es ESPERAR y cuando se espera, todas nuestras otras acciones están bloqueadas. Esperar es una acción inactiva.
Esperar no es un atributo del liderazgo, ni en el personal ni en el de un equipo. Esperar da el poder a lo externo a nosotros para que se manifieste y para que lo haga cuando quiera. El líder es alguien que hace que las cosas sucedan, por ende, la esperanza está fuera de su concepción. Cuando “espero”, entro en estado de resignación, dejo que las circunstancias o la vida, se hagan cargo de mi situación, me transformo en un simple espectador.
“No hagas pequeños planes; no tienen la magia de encender la sangre del hombre…Haz grandes planes, apuntando alto en la confianza y tus sueños”.
Daniel H. Burnham
Desde el estado de confianza, por el contrario, yo soy actor y hago que las cosas sucedan, me hago responsable, ejercito mi capacidad de elegir y decidir y así surge mi protagonismo en el liderazgo sobre mi vida.
La confianza es como el sol, que arroja todas las sombras detrás de nosotros. Smiles
Por el placer de compartir.