El amor es la mayor adicción del ser humano. Lo necesitamos casi tanto como el aire que respiramos, y marca las decisiones y acciones más relevantes de nuestra vida. No en vano, sentirnos amados nos lleva a sentirnos aceptados, valorados y respetados por lo que somos. El amor nos genera bienestar emocional y aporta significado a nuestra existencia. Y, tal como nos han (mal) enseñado, solemos buscarlo incansablemente en nuestras interacciones con los demás.Sin embargo, no siempre recibimos aquello que esperamos. Cuando no se cumplen nuestras expectativas, nos invade la frustración y aflora el malestar. Y es que vivimos tan pendientes de nuestra realidad externa que hemos terminado por depender de ella emocional y psicológicamente. En vez de permitirnos sentir y descubrir quiénes somos, esperamos a que nos lo digan los demás. Así, en demasiadas ocasiones “somos” en función de cómo los demás “creen que somos”. De este modo, guiados por nuestras carencias e inseguridades, podemos llegar a pervertir nuestra forma de ser, nuestras necesidades y nuestras inquietudes para lograr cumplir con lo que se espera de nosotros. Y comenzamos a desarrollar una màscara que nos lleva a emprender metas para lograr el reconocimiento, el respeto y la valoración de nuestro entorno. Sin embargo, nuestros éxitos no se miden por el clamor de los aplausos conseguidos, sino por el grado de bienestar emocional que nos generan. Y para lograr una vida emocional verdaderamente sana y sostenible tenemos que empezar por cambiar el foco de atención de fuera a adentro. Allí es donde encontraremos el amor que tanto anhelamos, camuflado bajo el nombre de autoestima.
CONSTRUIR DE DENTRO A FUERA“Tú eres lo único que falta en tu vida”, OshoLa autoestima se define como la manera en la que nos valoramos a nosotros mismos y la consideración que mantenemos hacia nuestros proyectos vitales, nuestros sentimientos y nuestros valores. Es una necesidad básica para todo ser humano. Y aflora cuando logramos aceptarnos tal como somos y trascendemos la necesidad de reafirmarnos a través de los demás. Para conectar con nuestra autoestima es necesario cuestionar y trascender nuestras creencias limitadoras, redefiniendo nuestras necesidades y prioridades. Y es que, en demasiadas ocasiones, evitamos mirar hacia adentro porque tememos enfrentarnos a nuestro “lado oscuro”. Cuenta una historia que Nasrudín se encontraba una noche dando vueltas sin parar alrededor de una farola, con los ojos enfocados hacia el suelo, cuando un vecino que pasaba por la zona le preguntó si estaba buscando algo. Y éste contestó:“Sí, estoy buscando mi llave“. Así que el vecino se puso a buscarla con él. Después de un rato apareció otra vecina, que les preguntó intrigada qué estaban haciendo. “Estamos buscando la llave de Nasrudín”.Y ella también se animó a ayudarles. Más tarde, otro vecino se unió a ellos y juntos rastrearon la calle en busca de la pequeña llave.Cansado y con ganas de regresar a su casa, finalmente uno de los vecinos le preguntó:
- Nasrudín, llevamos buscando tu llave durante varias horas… ¿Estás seguro de haberla perdido aquí? Y éste negó con la cabeza. - Entonces, ¿dónde crees puede estar? Sin dudarlo, respondió: - La he perdido dentro de mi casa. Sorprendido, otro vecino intervino en la conversación: - ¿Pero por qué la estamos buscando aquí?Nasrudín los miró muy seriamente y les dijo: - Pues porque mi casa está muy oscura y aquí hay más luz. Del mismo modo que Nasrudín, los seres humanos solemos buscar nuestra autoestima en el lugar equivocado… APRENDER A ACEPTAR(NOS)“Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos”, BudaTrabajar nuestra autoestima pasa por conocernos a nosotros mismos y aceptar lo que vamos descubriendo acerca de quiénes y cómo somos. En el proceso, hacemos conscientes nuestras capacidades y potencialidades y asumimos nuestras limitaciones, sin negarlas pero sin recrearnos en ellas. Y entramos en contacto con una visión más objetiva de nosotros mismos, que nos permite cuestionarnos -de forma sana- y evolucionar, comprometiéndonos con nuestro desarrollo como personas.De ahí que construir una autoestima sólida sea fundamental para establecer relaciones saludables con las personas de nuestro entorno, basadas en el respeto mutuo. Para lograrlo, tenemos que conquistar nuestra propia confianza, el mejor antídoto contra ese miedo que no nos permite avanzar. Si creemos en nosotros mismos y en nuestras posibilidades, dejaremos de vernos arrastrados por las opiniones ajenas y seremos capaces de tomar las riendas de nuestra vida. Si nos atrevemos a confiar en lo que somos, podremos responsabilizarnos de nuestras decisiones y acciones.La autoestima es una puerta abierta a la libertad. No en vano, amarnos a nosotros mismos es el primer paso para amar a otros de forma sostenible, abandonando las relaciones de dependencia. Está en nuestras manos observarnos con una perspectiva distinta, tratar de aceptar y apreciar cómo somos y valorar nuestras cualidades y capacidades. Ahí radica la fuente delamor, en conocernos y aceptarnos, lo que nos permite dar lo mejor de nosotros mismos en cada situación, dejando a un lado lo que se espera de nosotros para simplemente,ser nosotros mismos. Al fin y al cabo somos lo que amamos, no lo que nos aman.
EN CLAVE DE COACHING
- ¿De quién depende nuestra autoestima?
- ¿Qué necesitamos de los demás para ser felices?
- ¿Qué nos impide aceptarnos tal como somos?
LIBRO RECOMENDADO
- “La alegría de ser tú mismo”, de Darío Lostado (Dilema)Metamorfosis, Blog de Irene Orce.