Revista Cultura y Ocio

La conspiración

Publicado el 19 diciembre 2011 por Romanas
La conspiración

¿Tiene usted una idea conspiradora de la historia? Yo, sí.Por eso creo que todo lo que está sucediendo, con esas actitudes tan incomprensibles de los líderes mundiales no es caótica y espontánea sino que está conscientemente dirigida desde ese sancta sanctorum del que ya les he hablado otras veces, en el que se refugia el Dios que mueve todas estas máquinas de destrucción que nos asolan.No es posible que esta sucesión de absurdas calamidades sea casual, no es posible que Merkel y Sarkozy sean tan inútiles y no puedan atajar esta serie de plagas que se solucionarían sólo con que el Banco Central Europeo, BCE, se comportara como uno de esos malditos bancos centrales de cualquier país y le diera a la máquina de hacer billetes y comprara toda la deuda soberana que hiciera falta de todos los países de la eurozona.Y, una vez solucionado este problema básico, trataran de coordinar esa serie de medidas que tanta falta nos hacen:1º) contener los respectivos déficits nacionales y2º) coordinar esta política con los estímulos a la producción y el consumo que sean necesarios porque, si no, los déficits se contendrán, el deterioro básico de la economía se detendrá pero no se iniciará la recuperación económica de los países, esencial para la erradicación del desempleo de todas estas economías.Pero, allá, en su sancta sanctorum, de su rascacielos de Nueva York, el nuevo Dios tonante no se detendrá porque, como un buen Dios, no es que quiera cambiarlo todo es que pretende rehacerlo porque, si no, nunca se considerará un auténtico Dios, de modo que se considera obligado a destruirlo todo para volver a crearlo, otra vez, a su imagen y semejanza.Y ¿cuál es esa imagen?¿Y usted me lo pregunta?La imagen ultraliberal. Este mundo todavía no está lo suficientemente deshecho.Todavía quedan por algunos rincones de este asqueroso mundo, en ciertos países, que milagrosamente han conseguido mantenerse al margen de este ola destructiva que está acabando con todo, restos del antiguo Estado del bienestar, la idea absurda de que el hombre, por el mero hecho de serlo, de haber venido a este mundo sin haberlo pedido, tiene algunos derechos inalienables y se trata precisamente de eso: de acabar radicalmente con ésta que es la idea más nociva que nunca pudo concebirse.Hay que acabar con esa idea de que el hombre tiene alguna clase de derechos que contraría el dogma liberal de que sólo es un animal más que puede sacrificarse, que debe sacrificarse impunemente, como los otros animales, siempre que convenga al supremo designio del Sumo  Taumaturgo, que no descansará en su tarea hasta que todo el universo asuma que sólo debe de existir la riqueza y que a ella hay que someter inexorablemente todo lo demás porque la riqueza de las naciones es el paradigma al que tiende, por su propia naturaleza, toda la creación y todo lo demás sólo son obstáculos sacrílegos que deben de ser apartados con toda la violencia del mundo, de un manotazo.De modo que tenían toda la razón los viejos libros que afirmaban que el hombre sólo se ha hecho para el sábado y no el sábado para el hombre, que todo lo humano, por muy sagrado que parezca, debe supeditarse a la riqueza, de manera que ésta se convierta en un totem y tabú, y así adquiera toda su vigencia el viejo mito del becerro de oro.Y, mientras tanto, Merkel y Sarkozy seguirán dando un paso adelante y dos atrás, indefinidamente, hasta que las naciones se rindan ante el nuevo decálogo, que ya anunciaron aquellos profetas que nos parecieron tan ridículos, Thatcher y Reagan, cuando dijeron aquello de que el Estado no era la solución sino precisamente el problema, de modo que habrá que terminar cuanto antes con esos últimos restos que quedan del Estado del bienestar, para que, sobre la Tierra calcinada, ya no existan hombres sino una inmensa legión de esclavos.

Volver a la Portada de Logo Paperblog