¿La conspiración se muda de Washington y se traslada a Bogotá?

*JUAN MARTORANO.   En lo personal, no me sorprende que el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, haya recibido al ex-candidato biperdedor, Capriles Radonski. Recordemos, como una ley física, que los afines se atraen, y eso es así. Para aquellos que pensaron que Santos era nuestro “amigo”. Muy equivocados están. Nunca me he engañado con Juan Manuel Santos. ¿Quien fué el responsable de ejecutar la Operación Militar en donde se asesinó a Raúl Reyes el 1 de marzo de 2008? ¿Quién fué el que en una entrevista dijo que se sentía orgulloso de que Colombia sea considerada el Israel de América? ¿Quien fué el ideólogo de los “falso positivos”? ¿Quien fué el ejecutor de la política de “seguridad democrática” de Alvaro Uribe Vélez? ¿Quién fué uno de los principales responsables de que casi se diera un conflicto armado entre Ecuador, Venezuela y Colombia, en el marco de una política imperial proveniente de los EEUU? Juan Manuel Santos es un hombre ultraconservador y de ultraderecha, nunca ha sido, ni es ni será amigo de Venezuela. Lo que sí es es un zorro viejo de la política colombiana, un hombre muy inteligente y muy astuto. Mucho de lo que él en su momento expreso de Chávez, sus insultos y faltas de respeto al Comandante Supremo y Presidente Inmortal tuvo que recogerlas cuando optó a la candidatura presidencial, y luego que alcanzó la Primera Magistratura de Colombia, no porque el quisiera, sino porque la burguesía y el empresariado colombiano le dió la tarea que normalizara las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela, que por culpa de Uribe Vélez se llevaron a la mínima expresión, y los estaba arruinando. Y Santos, que es un hombre muy pragmático y perteneciente a la godarria bogotana, tendió los puentes y logro la tarea encomendada. No se nos olvide que el término “Mi nuevo mejor amigo” lo espetó Santos en un momento coyuntural que le convenía, a los fines de tender los puentes y reconstruir las relaciones con Venezuela. Y Chávez que era un caballero, y entendiendo dentro del juego geopolítico que compartimos una frontera de más de 2.270 Kilómetros, y una frontera muy dinámica y activa, las relaciones con Colombia son inevitables, y en un gesto de reciprocidad, Chávez también lo adoptó como “amigo”. Pero hasta ahí. A pesar de las diferencias políticas e ideológicas, las relaciones con Colombia han sido cordiales y hasta fraternales. Pero no es menos cierto que, en Colombia no mandan los colombianos, en Colombia mandan los norteamericanos. No se nos olvide que hace algunos días, y antes del recibimiento de Capriles, estuvo por tierras colombianas, el Vicepresidente colombiano Joe Biden, y muy probablemente “torció algunos brazos”. Así que no nos sorprendamos de esta actitud del Presidente Santos ni de altos personeros del Estado colombiano. Su dependencia con el gobierno de los Estados Unidos raya en la sumisión, y ellos deben cogerle sus líneas. No puede pedir paz quien desarrolla una política de Estado sustentada en el terrorismo para garantizar una supuesta paz social. De verdad que resulta lamentable que una nación que busca la paz a un conflicto que tiene más de seis décadas desángrandola reciba el aliento y el estímulo de grupos que quieren desestabilizar a Venezuela. No estamos de acuerdo con Alberto Nolia, quien en sus “Papeles de Mandinga” de ayer miércoles 29 de mayo, tratando de minimizar este hecho, centrado en la vestimenta de Santos o que si recibió a Capriles en su residencia privada. Para los venezolanos y venezolanas patriotas, la actitud del Presidente Juan Manuel Santos recibiendo al criminal Capriles, que por cierto, tiene un juicio abierto en Colombia por concertarse con Uribe Vélez para sabotear la economía colombiana, impidiendo que empresarios colombianos pudieran vender sus productos para crear desabastecimiento en Venezuela, es una afrenta al pueblo venezolano, sin olvidar que Santos sigue las líneas del imperio. Apoyamos las declaraciones del Presidente de nuestra Asamblea Nacional, diputado Diosdado Cabello, al señalar que con este hecho abominable, Santos no descarrilla las relaciones entre Colombia y Venezuela, sino que “El Presidente Santos le está poniendo una bomba al tren de las buenas relaciones que tanto le pidió el (fallecido)  presidente (Hugo) Chávez… le mete una patada a la mesa recibiendo a alguien que está en contra de la paz de Venezuela.”   ¿Será que el espíritu de Santander está revoloteando en el Palacio de Nariño? ¿Será que la conspiración se muda de Washington y se traslada a Bogotá? ¿Será cierta la aseveración del senador fallecido Bob Coverdale de “para dominar a Venezuela, hay que controlar territorialmente a Colombia? Muchas son las interrogantes, ustedes las respuestas. ¡Alerta, Alerta,Alerta que camina, la Espada de Bolívar por América Latina! ¡Independencia y Patria Socialista! ¡Viviremos y Venceremos! *Abogado,Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC). http:// juanmartorano.blogspot. com / http://juanmartorano. wordpress.com/ .jmartoranoster@ gmail.com , j_martorano@ hotmail. com ,juan_ martoranocastillo@yahoo. com. ar . @juanmartorano (Cuenta en Tuiter).