James McAvoy y Robin Wright son muy buenos pero no consiguen crear esa tensión cómplice entre acusada y defensor, se queda todo en una mera exposición de hechos.
Otra lección de lo que es la justicia en Estados Unidos para hacernos una idea ( si es que no la tenemos clara ya ) de cómo se creó y los valores bajo los que se sustenta el magno imperio.
Para ser una de Robert Redford se me queda corta lo que no significa que esté mal.